EL INCÓGNITO PLAN DEL “DIOS” FIGARI

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La expresión “Plan de Dios”, central en la ideología sodálite desarrollada por Luis Fernando Figari, tiene raíces bíblicas. San Pablo, cuando habla de la buena nueva de las riquezas de Cristo que ha sido llamado a anunciar, señala que también tiene la misión de «aclarar a todos cuál sea el plan del misterio escondido desde los siglos en Dios, el creador de todas las cosas» (Efesios 3, 9). Sin embargo, esto que se refiere al designio de salvación que Dios tiene para toda la humanidad no puede ser extrapolado a la vida de cada persona en particular, y mucho menos se puede pretender que un guía espiritual conozca cuál es el rumbo que debe tomar el destino personal de cada uno de sus subordinados para ajustarse a ese plan divino. Pues es algo que pasa por la conciencia personal de cada uno y que, a fin de cuentas, sólo puede saber Dios en toda su amplitud, pues sólo Él, que conoce y comprende los corazones, tiene la potestad de juzgar a los seres humanos.

Y parece que esa potestad se la apropió Figari, pues dentro de su concepción inmovilista del Plan de Dios, quien era miembro del Sodalicio de Vida Cristiana, lo era por obediencia a los designios de Dios para su vida, y quien se apartaba de la institución incurría en una falta gravísima que le iba a acarrear la infelicidad en este mundo y, con cierta probabilidad, la condena eterna en la otra vida.

En mi post OBEDIENCIA Y REBELDÍA escribí lo siguiente:

«La obediencia es presentada en la ideología sodálite como un camino de libertad, en la medida en que libera de todas las ataduras y hace a la persona disponible para el cumplimiento del Plan de Dios. ¿Pero qué Plan de Dios? Aquel que se expresa en el pensamiento de una sola persona, Luis Fernando Figari. ¿Y que ataduras? Todas aquellas que nos vinculan a la normalidad en este mundo, incluidas las de la responsabilidad y la propia conciencia. ¡Y hay que ver los malabares dialécticos que se hacen para justificar este concepto de libertad como renuncia a decidir por sí mismo!»

Este concepto fundamentalista y sin matices del Plan de Dios sirvió de instrumento para que muchos de los que pasaron por el Sodalicio sufrieran angustia y depresiones, pues apartarse de la institución implicaba una traición radical a lo que Dios supuestamente había planeado desde toda la eternidad. En mi caso, cuando me vi en la necesidad de tomar la decisión de apartarme de la vida consagrada, significó meses de tortura interior que me llevaron incluso a desear la muerte.

Rocío Figueroa ha escrito unas valiosas reflexiones sobre este tema, que ahora reproduzco con autorización suya.

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LOS PROBLEMAS TEOLÓGICOS DEL SODALICIO: ¿PLAN DE DIOS?
por Rocío Figueroa

Escribo no con un afán polémico ni destructivo. Después del destape de los eventos de abusos sexuales, psicológicos y físicos por parte de Figari y algunos miembros del Sodalicio no son pocos los que me preguntan: ¿acaso puede salvarse una institución cuyos fundamentos fueron construidos para manipular las conciencias y que tenía serios problemas en sus concepciones y métodos?

No creo que se pueda hablar de “elementos positivos” y “elementos negativos” de la Familia Sodálite, porque estaríamos equiparando las barbaridades que se cometieron con las bondades que algunas personas recibieron. Como me dijo alguien: es como decir que un papá violaba a sus hijos, pero ¡ojo!, también era bueno porque traía pan a la casa.

El fundador tuvo desde los inicios un comportamiento macabro, cruel, manipulando a los jóvenes y abusando de su poder y dominio. Y utilizó para ello la religión. Eso no es sólo un elemento “negativo”, sino que está en la constitución misma del Sodalicio. No hay posibilidad de seguir adelante si no se va a los cimientos de la institución.

Pero como diría San Agustín, incluso cuando un mal pastor habla sobre Cristo, nosotros no seguíamos al mal pastor, seguíamos las palabras bondadosas de Cristo. El gran problema es que entre las muchas palabras de Figari habían unas que eran “propias” y que las hacía pasar como divinas, y otras que eran realmente de Cristo.

Por eso pienso que toca para esta institución una etapa de profunda revisión y discernimiento de aquello que viene de Figari mismo y aquello que viene del Evangelio. El Evangelio es rico, vivo y puede resucitar a una institución que hoy se está desangrando.

Por ello, como dice el Eclesiastés, hay «un tiempo para destruir y un tiempo para construir» (Ecl 3, 3). Y si el Sodalicio y todas las personas involucradas quieren construir sobre fundamentos sólidos, sobre el mismo Evangelio y el mismo Cristo, sería bueno primero “destruir” todo aquello que viene directamente de un pensamiento retorcido como el de Figari, obviamente dando por hecho que la expulsión de Figari, como diría el cardenal Cipriani, es fundamental, pues dejarlo sería un acto de complicidad ante tan tremendos crímenes.

Por ello, con un afán de una crítica constructiva comenzaré por uno de los temas más queridos por Figari: el “Plan de Dios”.

Una cosa que siempre me llamó la atención es que Figari nos prohibía a todos usar la expresión “voluntad de Dios”, que estaba esparcida por todos los dichos de Cristo y que se encuentra en todos los Evangelios. Él cambió esta expresión por “Plan de Dios”.

Y siempre me pregunté ¿Por qué le tiene tanta aversión a la voluntad de Dios? A la luz de los hechos lo comprendo. En general, un movimiento totalitario depende totalmente de las ideas del líder y de las doctrinas del grupo dirigidas por el líder. Es decir, el pensamiento de Figari era más importante que incluso la Biblia misma. Él prohibía ciertas expresiones bíblicas y consideraba que la expresión “Plan de Dios” era más válida que la misma palabra de Cristo.

Una vez, cuando se lo pregunté de manera muy crítica, me dijo que “voluntad de Dios” no es un buen concepto, pues se puede pensar en una voluntad caprichosa e incomprensible de Dios, mientras “Plan de Dios” apela más a la inteligencia y a un orden por Dios establecido, es más comprensible. Con su respuesta entiendo que él mismo manifestaba así su deseo de control, incluso del mismo Dios. Él no quería un Dios que no se comprenda, sino un Dios que él podía dominar y dominar a otros con su razón.

Por ello creo que sería bueno entender el concepto como lo hace San Pablo como un “plan misterioso de Dios” incapaz de ser conocido en su totalidad y abierto a la dimensión mistérica, y obviamente complementarlo con la voluntad de Dios, que pone el acento en la imposibilidad de dominarla o controlarla.

Por otro lado, hay que criticar que, por supuesto, el intérprete de ese Plan de Dios era el mismo Figari y él extendía este poder a los que éramos superiores. Me sorprende la soberbia que podíamos tener de pensar que podíamos saber cuál era el Plan de Dios para alguien, incluso la mentira de pensar que sabíamos cuál era la vocación de alguien.

Pero justamente eso respondía a esa retorcida postura de que uno es capaz de saber cuál es el Plan de Dios, como si Dios tuviese un proyecto ya escrito y todos teníamos que descubrirlo, ¡y ay de ti si no lo cumplías!

Dios es más disímil de nosotros que parecido. Y esto parece que se ha olvidado en el Sodalicio. Dios es Dios para los que creen en Él, no alguien que puede ser descifrado como un ejercicio mental.

Incluso una oración diaria que se dice en las comunidades reza: «cumplir el Plan de Dios en cada situación concreta de mi vida». ¿Acaso es posible saber cuál es el Plan de Dios en cada situación concreta de tu vida? ¿Acaso el ser humano es capaz de leer la mente de Dios y aplicarla en cada momento? Recuerdo que este tema generaba en muchas personas una especie de ansiedad y escrúpulos de no saber si se estaba cumpliendo o no con el Plan de Dios.

Sin embargo, es mucho más sano justamente la “misteriosa voluntad de Dios”. Porque como dice la Escritura, los planes de los hombres están lejos de los planes de Dios, y nunca podemos saber a cabalidad cuál es la voluntad de Dios, justamente porque es Dios.

Cosa curiosa: la palabra “Plan de Dios” no lo encuentras ni una sola vez en la boca de Jesús. ¿No sería mejor regresar al Evangelio?

La voluntad de Dios la intuyes, la sigues con tu conciencia, entre sombras y oscuridad. El Evangelio nos da grandes pistas, la vida de Jesús da grandes luces, pero aplicarlo a la realidad concreta con toda su complejidad siempre es un camino riesgoso. Pues la fe es más un camino de oscuridad que de luz, como la vida misma, llena de incertidumbres y angustias. La secta busca la seguridad y tranquilidad de la vida. La verdadera religión no quita la incertidumbre de la fe.

La voluntad de Dios para el hombre es más incierta, más arriesgada. Incluye la libertad humana, los cambios, un Dios que no tiene un “plan” ya constituido, sino que lo puede ir cambiando porque para Él no hay pasado, presente y futuro, sino un hoy continuo que, junto con la libertad humana, va siempre siendo remodelado y adaptado pr Él.

En ese misterioso camino de la fe, para Dios no hay un “plan futuro” sino un hoy siempre nuevo que va tejiéndose entre su amor y la libertad siempre creativa del ser humano.

Texto original: http://rocio-figueroa.blogspot.de/2015/12/los-problemas-teologicos-del-sodalicio.html

3 pensamientos en “EL INCÓGNITO PLAN DEL “DIOS” FIGARI

  1. De acuerdo. Con tantas preguntas que uno se hace al leer los periódicos y ver como andan las cosas, con tantas incógnitas desde las que interpretar todo lo que nuestro Creador nos haya dicho, a través de su Hijo, de profetas y escrituras, … uno puede acabar reemplazándo a Èl mismo. La verdad, yo no tengo un crucifijo colgado en la pared de mi cuarto de trabajo. Allí donde debería estar colgado, he colgado una pregunta. Esa pregunta es mi crucifijo, el respeto al misterio. Pero me siento seguro porque sé que siempre está allí, colgado y prodigioso.

    Otra cosa sería convertir mi vida en una cruz para que las personas me adoren. Sería lo diametralmente opuesto. Así caen muchos, traicionan y fracasan. El sodalicio, una cosa de locos.

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  2. Cuando ya habíamos tenido nuestro primer retiro y se nos cambió de animador por cuarta vez se nos habló del gran poder de Luis Fernando,» el poder ver a través de tu alma solo con su mirada, que él podía saber que llevabas adentro».

    Ya el filosofo CB cuestionaba esta visión del Plan de Dios, del Sodalicio y del MVC, la interpretación rígida que le expresaba en mis conversaciones. También padecí y mucho debido a esto, al punto de querer suicidarme por considerarme un traidor por haber fracasado en la vida, respecto a mi vocación.
    Una calificación válida por pertenecer a la tradición bíblica y por lo tanto también eclesial que describiría a Luis Fernando, sería la de falso profeta.

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    • … la del falso profeta que fundó todo un movimiento que le creyó que podía doblar tenedores con el poder de la mente ? Hay muchos movimientos como ese, que a punta de mentiras y dinero se han podido expandir rápidamente … muchos.

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