«¿Sabes jugar gallito ciego?» Eso le preguntó un cura católico en privado a un niño de nombre Jason Day que se estaba preparando para la Primera Comunión en la iglesia Nuestra Señora de la Reconciliación en Camacho, La Molina (Lima). Por supuesto, Jason no sabía. Y finalmente huyó de la presencia del “santo varón”, presintiendo intenciones no tan santas. Jason, ahora un joven actor con una prometedora carrera y activista en contra de la violencia hacia las mujeres a través de la campaña Un Billón de Pie, ha dado a conocer su testimonio sobre un extraño incidente ocurrido con un sacerdote perteneciente a la sociedad de vida apostólica Sodalicio de Vida Cristiana.
No conozco personalmente a Jason, pero su testimonio tiene visos de ser auténtico. Con un estilo directo y sencillo, relata en una columna publicada el 22 de febrero de 2014 en el diario La República (ver http://www.larepublica.pe/columnistas/encuadre/esto-si-es-guerra-22-02-2014) que cuando tenía nueve años de edad y se estaba preparando para la Primera Comunión, tras su primera confesión un sacerdote del Sodalicio lo llevó de la mano a un cuartito que hacía de sacristía detrás del altar y comenzó a hacerle preguntas personales mientras jugaba con sus dedos hasta generar una situación incómoda para el muchacho, la cual hizo que huyera, intuyendo el peligro en que se hallaba. Los detalles que cuenta rezuman autenticidad y nos remiten a un recuerdo guardado en la memoria que busca simplemente transmitir lo que sintió un niño de nueve años en una situación anómala. ¿Puede haber sido esto inventado? No lo creo. Quien inventa hechos que nunca acontecieron con el fin de desprestigiar a otros, generalmente describe situaciones que no dejen ninguna duda de que las acciones de esos otros son malignas y condenables. El relato de Jason, sin embargo, no describe un abuso sexual en toda regla sino un comportamiento ambiguo que a lo más podría ser calificado de imprudente. Que efectivamente había la intención de cometer un abuso, no lo podemos inferir de lo que Jason cuenta, pues a esa conclusión llegó el niño de entonces en base a los sentimientos que despertó en él esa extraña situación. E hizo muy bien en huir, pues la posibilidad de que el sacerdote hubiera querido abusar de él tampoco puede ser descartada de antemano. Simplemente no lo sabemos, y el asunto requeriría ser investigado.
Contra lo que se esperaría de una institución católica que afirma seguir los dictados del Papa Francisco, la reacción inicial del Sodalicio a través de su vocero fue desestimar el testimonio del actor peruano, en vez de abrir una investigación para verificar la autenticidad de los hechos (ver http://www.larepublica.pe/24-02-2014/sodalicio-responde-a-jason-day-tras-acusacion-de-intento-de-abuso-sexual). «No sabemos exactamente qué es lo que quiere sugerir», comentó el representante del Sodalicio a Panorama, programa periodístico de la televisión peruana. «Ese señor nunca se ha acercado al Sodalicio, a una instancia de la Iglesia o a una instancia de la Justicia a hacer una acusación, no se ha acercado a la Policía, a ningún lado. […] No sé por qué hoy, después de 20 años, lo viene a hacer. […] Cuando hay acusaciones inconsistentes, nosotros no respondemos. Respondemos a cosas concretas. Ésta no es una acusación concreta», agregó.
La estrategia no es nueva en el historial que presenta la Iglesia cuando han surgido acusaciones de abusos sexuales: se busca culpabilizar al agredido y presentarlo como agresor. De antemano, antes de haber examinado el asunto a fondo. También se sabe por qué las víctimas no denuncian de inmediato a sus agresores: tienen miedo, o el agresor es una persona que goza de buena reputación y de la confianza de los demás, o simplemente porque debido a su edad no sabe que esas cosas hay que denunciarlas o no sabe cómo hacerlo. Por lo general, se requiere de más de una década para procesar la experiencia y poder hablar de ella. Además, si el supuesto abusador era un sacerdote, ¿quién va tener confianza en la Iglesia o en la institución particular a la que pertenece el sujeto para acudir a ella y hablar de estas cosas, mucho menos un niño? Por otra parte, en el caso de Jason Day no encontramos materia suficiente como para una denuncia. Hacerle preguntas a un niño sobre su familia, sus hermanos, y preguntarle si sabe jugar gallito ciego mientras juega con sus dedos en una habitación donde no hay nadie más no es algo que esté tipicado en ninguna parte como delito.
Y no bastando con las aclaraciones expresadas por el vocero sodálite, lanzaron sobre Jason al perro guardián de la chacra, a saber, a Alejandro Bermúdez, director de ACI Prensa, que no ha parado de ladrar contra el supuesto atacante del Sodalicio. El primer ladrido fue un artículo que lleva el titular manipulador y difamatorio de “Perú: Actor ataca a la Iglesia para frenar denuncias contra su campaña pro aborto” (ver http://www.aciprensa.com/noticias/peru-actor-ataca-a-la-iglesia-para-frenar-denuncias-contra-su-campana-pro-aborto-34846/). Como suele suceder con cierta frecuencia en las notas informativas que publica la agencia, el titular ni siquiera encuentra sustento en el texto de la noticia. Y digo “difamatorio”, porque Jason Day no ha atacado a la Iglesia, sino simplemente ha relatado un incidente de su infancia ocurrido con un cura del Sodalicio. Tampoco ha atacado al Sodalicio, sino más bien ha recomendado que miren en sus propias filas a ver si encuentran casos similares. Por otra parte, el actor peruano tampoco ha estado haciendo una campaña pro aborto sino en contra de la violencia hacia las mujeres.
Los argumentos para rebatir a Jason se pueden resumir como sigue:
- La iglesia Nuestra Señora de la Reconciliación no había sido terminada de construir cuando supuestamente ocurrieron los hechos, y la sacristía no existía.
- ACI Prensa, a la cual Jason Day denomina “la agencia de noticias del Sodalitium”, no está vinculada a organización religiosa alguna, fue fundada por el misionero comboniano Adalberto Maria Mohn en 1980 y tiene un directorio compuesto por laicos.
- La intención del actor sería la de frenar las denuncias de ACI Prensa contra la campaña Un Billón de Pie, considerada por la agencia como una campaña encubierta para promover el aborto y la agenda gay.
A esto se suman los insultos y expresiones ofensivas contra el actor y activista peruano que Bermúdez desparrama en este artículo y en otros de ACI Prensa, en su cuenta de Twitter y en uno de sus Puntos de Vista (audiocomentarios informativos disponibles en la página web de la agencia), calificando a Jason de “actor mediocre”, “actor de medio pelo”, “activista gay”, “farsante”, “mentiroso profesional”, “criaturita”, acusándolo de “mentir e insultar al Sodalicio de Vida Cristiana”, considerando su denuncia producto de un “ataque de infantilismo, vanidad herida, inmadurez, bajeza”, atribuyéndole “frivolidad”, “falta de cerebro” y “acostumbrarse a recibir besitos y aplausos de la gente”.
¿Que hay de cierto en lo que dice ACI Prensa? Analicemos cada uno de los argumentos.
Aunque Jason no menciona ninguna fecha en su artículo, sino solamente su edad, ACI Prensa concluye que los supuestos hechos —de haber ocurrido— hubieran tenido lugar en el año 1994, dos años después de iniciada la construcción del templo y faltando todavía dos años más para su terminación. Se basa para ello en la fecha de nacimiento de Jason que aparece en la página de Internet Movie Database (IMDb) y en su cuenta de Facebook, en las que figura el 8 de junio de 1985. Es así que Jason habría tenido nueve años cumplidos en 1994. De allí concluye con ligereza que Jason Day está mintiendo y que lo que cuenta nunca ocurrió.
La pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿por qué, al descubrir esta inconsistencia, ACI Prensa no contrastó el dato de la fecha de nacimiento que había tomado de dos sitios de Internet y que pueden tener ambos una misma fuente, a fin de verificar si era correcta? ¿Por qué ACI Prensa no hizo una consulta al Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) para determinar cuál es la fecha de nacimiento que aparece en el documento nacional de identidad (DNI) de Jason? ¿O por qué no se comunicó con el Markham College, donde realizó estudios escolares el actor peruano, a fin de obtener este dato? O más fácil: ¿por qué no pidió que se le dejara consultar los archivos de la Parroquia de Nuestra Señora de la Reconciliación, donde deben estar registrados los nombres de aquellos que han hecho la Primera Comunión allí, incluyendo su fecha de nacimiento? Dentro de la calaña de periodismo que hace ACI Prensa, esto no era necesario. Para desacreditar un testimonio bastaba con que la fecha apareciera en páginas de Internet susceptibles de errores, a cuyos datos hay que darles tanta credibilidad como a las enseñanzas del Papa, aun cuando el mismo Jason haya replicado en su cuenta de Twitter que se trata de un dato erróneo, pues su verdadera fecha de nacimiento, la que aparece en su DNI, es el 8 de julio de 1986, añadiendo que la Primera Comunión la hizo en junio de 1996 —cuando tenía nueve años de edad y estaba a punto de cumplir diez— y en ese entonces la iglesia estaba recién terminada de construir. Y esto es un decir, porque si bien la iglesia ya se usaba para el culto divino, faltaban varios detalles de relativa importancia, entre ellos los vitrales. Si la memoria no me falla, la sacristía no había sido aún acondicionada tal como existe en la actualidad, y había una sacristía provisional, que correspondería al cuartito que menciona Jason en su testimonio. Este detalle le da incluso más consistencia al testimonio del actor. Si hubiera descrito la sacristía tal como es en la actualidad, se habría podido sospechar con fundamento que el testimonio es inventado.
Por otra parte, cuando Jason describe a ACI Prensa como “la agencia de noticias del Sodalitium”, lo único que hace es mencionar lo que es un secreto a voces. Alejandro Bermúdez, en su Punto de Vista “Cuando un actor mediocre ataca a la Iglesia”, da su propia versión:
«ACI Prensa es una agencia que —cómo sale en la página web— fue fundada por un misionero comboniano [el P. Adalberto María Mohn] y que muchísimos años después, casi diecisiete años de ser fundada, él encargó a un periodista que resulté siendo yo, y tiene su propio directorio, y no es una agencia oficial ni oficiosa del Sodalicio de Vida Cristiana, la comunidad a la cual yo pertenezco.»
A Bermúdez le debe estar fallando la memoria, o quizás sea fruto de su descuido habitual y su falta de precisión para narrar los hechos, pero diecisiete años después de la fundación de ACI Prensa en el año 1980 —es decir, el año 1997—, el P. Mohn hacía ya diez años que había dejado de existir. Seamos benevolentes y asumamos que fue un lapsus involuntario, pues según la página web de ACI Prensa (ver http://www.aciprensa.com/quienes.htm), Bermúdez es director de la agencia desde el año 1987 —año en que murió el P. Mohn—. En el resto de esos enunciados, hay afirmaciones que ya no pueden ser explicadas bajo la hipótesis de lapsus involuntarios de la memoria. Bermúdez miente descaradamente, o sufre desde ahora de Alzheimer avanzado. Pues él fue elegido para ser director de la agencia después de la muerte del P. Mohn, y no por un directorio, sino a dedo por el mismo Luis Fernando Figari, entonces Superior General del Sodalicio de Vida Cristiana. Pues ACI Prensa ha sido desde sus inicios una iniciativa sodálite, como el mismo Bermúdez me confirmó indirectamente en un e-mail del 11 de septiembre de 2003, cuando critiqué la información que la agencia estaba dando sobre el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación: «¿Cómo un adherente puede contrastar una iniciativa sodálite desventajosamente?» (ver EL INFORME DE LA CVR: HABLA EL DIRECTOR DE ACI PRENSA). El primer director de la agencia fue otro sodálite, Alfredo Garland Barrón, que plasmó de esa manera un proyecto con el cual soñaba Luis Fernando Figari. El P. Adalberto María Mohn apadrinó el proyecto y busco la financiación y el apoyo para ponerlo en marcha, pero él nunca intervino en la gestión periodística de la agencia. En sus inicios, cuando ACI publicaba un boletín periódico, se nos recomendaba a los sodálites que nos suscribiéramos a fin de sostener económicamente esta iniciativa. A lo largo del tiempo, ACI Prensa ha sido el único medio informativo cuya lectura se ha recomendado con carácter cuasi obligatorio dentro de la Familia Sodálite.
Respecto al mencionado directorio de laicos católicos, nos gustaría saber los nombres de las personas que lo conforman. Si Bermúdez no nos puede proporcionar esos nombres, podríamos sospechar de una especie de directorio “fantasma”, así como él presume la no existencia del cura sodálite al que menciona Jason Day en su testimonio, sólo porque éste no quiere revelar su nombre. O tal vez se trate de un directorio similar al consejo editorial que tenía la asociación Vida y Espiritualidad, dirigida por el sodálite Germán Doig en los años ’80 y ’90, que publicaba la revista VE (Vida y Espiritualidad). Yo fui durante años miembro de ese consejo editorial, pero nunca tuve ni arte ni parte en la gestión de la asociación. Germán me hacía llegar cada cierto tiempo las actas protocolares de las reuniones ficticias que se habían realizado, donde ya estaba escrito de antemano lo que cada uno de los miembros del directorio había supuestamente dicho, y yo sólo tenía que estampar mi firma sin leer el documento. Era algo que estaba obligado a hacer en virtud de la disciplina de obediencia que había en las comunidades sodálites. Si Bermúdez fue elegido director de la agencia por un directorio de laicos, ¿no habría sido también de manera similar en una reunión ficticia que consta en actas, pero que nunca se efectuó en la realidad? Conocer los nombres de aquellos que “participaron” en esa elección podría ayudar a despejar las dudas. Nos confirmaría que “oficialmente” ese directorio existió, y nos permitiría entrevistar a sus miembros para saber si la elección de Bermúdez ocurrió en una reunión que se dio efectivamente en la realidad, o si se repite el esquema aplicado con el consejo editorial de la asociación Vida y Espiritualidad.
Respecto al tema del aborto, Jason Day nunca ha declarado nada en absoluto sobre el tema. Y tampoco está obligado a hacerlo, pues la campaña que él dirige se centra en combatir la violencia hacia las mujeres. Resulta, pues, antojadizo e incluso difamatorio considerarlo un activista pro aborto cuando ni siquiera se conoce su opinión sobre el tema, ni tampoco ha promovido de ninguna manera el aborto. Por otra parte, las informaciones sobre Un Billón de Pie como una campaña pro aborto camuflada las toma ACI Prensa de la página web Perú defiende la vida (ver http://www.perudefiendelavida.com/). Con su acostumbrada y peculiar forma de hacer periodismo, ACI Prensa reproduce lo que aparece en esa página sin contrastar debidamente la información. Lo cual debería hacer, considerando que no hay ninguna información en esa página sobre quiénes la gestionan o quiénes están detrás de ella. Se trata, efectivamente, de una web anónima. Si uno consulta la sección “Quiénes somos” de la página en cuestión, se quedará igualmente ayuno de información al respecto, pues no aparece ningún nombre, ninguna dirección, ninguna indicación sobre las personas que contribuyen a mantenerla. ¡Ah, claro, me olvidaba! Está en la web, razón suficiente para que ACI Prensa le asigne toda credibilidad y fiabilidad.
Por otra parte, que algunas asociaciones a favor del aborto se hayan sumado a la campaña Un Billón de Pie no significa que la campaña tenga como núcleo la promoción del aborto, ni que todos aquellos que participan en ella sean abortistas. Además, ¿quien dice que no se puede colaborar con personas y asociaciones en una causa justa aún cuando se tenga discrepancias con ella en otros temas de importancia que no son objeto y materia de esa causa?
Otros argumentos que se han venido repitiendo sólo evidencian la falta de objetividad periodística —e incluso la ignorancia— de Alejandro Bermúdez. A Eve Ensler, la fundadora de One Billion Rising (Un Billón de Pie) la describe como “uno de los personajes más oscuros, marginales y despreciables del mundo público norteamericano”. Su obra Los monólogos de la vagina recibe el calificativo de “basura vulgar”. Incluso Bermúdez llega a afirmar que la obra justifica la violación de una menor de 13 años por parte de una joven de 24 años. Si Bermúdez ha leído la obra, no creo que haya entendido cuál es el sentido de lo que allí se expresa, pues en ella nunca se justifica la violación de nadie.
Como material para la composición de estos monólogos teatrales, Eve Ensler entrevistó a más de 200 mujeres y recogió sus historias personales para volcarlas en un texto de ficción que pudiera hacer tomar conciencia al público en general sobre la violencia a que se ven expuestas las mujeres. Ensler describe con crudeza los hechos, utilizando un lenguaje coloquial directo en primera persona, sin subterfugios y con un estilo provocador, llamando las cosas por su nombre. La autora se limita a presentar las historias, sin emitir juicios morales sobre ellas, dejándole al espectador esa tarea. En el monólogo “The Little Coochie Snocher That Could” —que se basa en lo que una mujer pobre e indigente le contó que a Ensler— encontramos una historia que en una parte se asemeja a lo que Bermúdez describe, pero no se trata de una violación. La protagonista cuenta cómo a cierta edad —13 años en el libreto original, 16 años en las versiones posteriores— se enamoró de una joven de 24 años que vivía en su barrio y se dejó iniciar sexualmente por ella. La misma protagonista, cuando tenía 10 años de edad, fue violada por el mejor amigo de su padre, y este hecho es descrito como una experiencia desagradable y cargada de violencia. En ninguna parte encontramos lo que describe Bermúdez en su Punto de Vista “Cuando un actor mediocre ataca a la Iglesia”, a saber, la narración de una joven de 24 años que seduce con violencia y viola a una menor de 13 años de edad. No sé si su espiritualidad le prohíbe a Bermúdez leer este tipo de literatura no pornográfica de tema sexual, pero si quiere hacerle honor a su oficio de periodista, debería leerla para saber de qué está hablando y no inventar cosas que no son.
Es legítimo tener una valoración moral y religiosa sobre esta obra —y sobre cualquier obra de ficción—, pero eso no justifica un juicio negativo sobre su calidad o su relevancia cultural, pues hay obras con contenidos morales inobjetables de una calidad artística mediocre o ínfima, así como hay obras con contenido moral problemático cuya calidad artística es apreciable, y que incluso resultan más interesantes y enriquecedoras que las anteriores, aún cuando uno mantenga discrepancias con esos contenidos. La moral no puede ser el rasero para determinar el valor o mérito de una obra artística.
Sólo espero que estas reflexiones estén a la altura de lo que Alejandro Bermúdez es capaz de entender. Y que también entienda que, considerando su facilidad para caer en el insulto y el comentario denigrante, su falta de profesionalismo periodístico, su ausencia de escrúpulos para manipular y tergiversar la información, su ignorancia atrevida sobre ciertos temas, resulta comprensible que Jason Day se haya negado a concederle una entrevista, así como también se la ha negado a otros medios por razones que explica en una carta enviada al programa Panorama (ver http://de.scribd.com/doc/208818036/Romper-el-silencio).
Además, la continua insistencia en que el actor peruano dé el nombre del sacerdote que le preguntó si sabía jugar gallito ciego más parece una trampa que otra cosa. Pues mientras no revele el nombre y mantenga una actitud de diálogo y apertura, no hay materia para una denuncia formal ni para un proceso judicial. El mismo Jason ha dicho en su cuenta de Twitter lo siguiente: «Invito a los sodálites a no ser enemigos sino aliados en la batalla por detener la violencia y el abuso sexual. Se empieza por casa.» Pero si cae en la trampa y revela el nombre, se le podría denunciar por difamación. Y Bermúdez sabe muy bien que quienes eran menores de edad cuando pasaron por una experiencia como la que narra Jason, difícilmente podrán tener pruebas de nada cuando finalmente se atrevan a hablar de lo que pasó.
En todo caso, el asunto amerita una investigación, y un testigo importante para aclarar el asunto podría ser Mons. José Antonio Eguren Anselmi, arzobispo de Piura y Tumbes, quien en el año 1996 era párroco de Nuestra Señora de la Reconciliación. Él debe saber qué curas sodálites participaron en la preparación para la Primera Comunión de los niños del Markham College. Ése es el camino a tomar. Y ése parece ser el camino que están tomando las autoridades competentes del Sodalicio, pues no obstante las exabruptos de su vocero y de Alejandro Bermúdez, me ha llegado de buena fuente la noticia de que han invitado a Jason Day a conversar sobre este tema y ayudarlo a que haga la denuncia correspondiente ante el tribunal eclesiástico. Si esto es así, felicito a quienes están a cargo del Sodalicio, y espero que hagan lo correcto. No quisiera tener que sufrir nuevamente una decepción. Que así sea.
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Para mayor información, incluyo enlaces a todo el material generado por ACI Prensa sobre el caso de Jason Day.
Perú: Actor ataca a la Iglesia para frenar denuncias contra su campaña pro aborto
http://www.aciprensa.com/noticias/peru-actor-ataca-a-la-iglesia-para-frenar-denuncias-contra-su-campana-pro-aborto-34846/
Perú: Actor pro aborto rechaza entrevista con ACI Prensa y agudiza inconsistencias de su denuncia
http://www.aciprensa.com/noticias/peru-actor-pro-aborto-rechaza-entrevista-con-aci-prensa-y-agudiza-inconsistencias-de-su-denuncia-40361/
Un Billón de Pie promueve obra teatral que justifica violación de menor de edad
http://www.aciprensa.com/noticias/un-billon-de-pie-promueve-obra-teatral-que-justifica-violacion-de-menor-de-edad-34297/
Director de ACI Prensa exige a actor pro aborto que dé nombre de supuesto abusador o se disculpe por mentir
http://www.aciprensa.com/noticias/director-de-aci-prensa-exige-a-actor-pro-aborto-que-de-nombre-de-supuesto-abusador-o-se-disculpe-por-mentir-27524/
Los millones de dólares de las feministas pro aborto que apoyan a Jason Day
http://www.aciprensa.com/noticias/los-millones-de-las-feministas-pro-aborto-que-apoyan-a-jason-day-61563/
¿Cuál es el valor de la verdad… de Jason Day?
http://www.aciprensa.com/blog/cual-es-el-valor-de-la-verdad-de-jason-day/
PUNTO DE VISTA: Cuando un actor mediocre ataca a la Iglesia
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Asimismo, quien quiera hacerse un juicio sobre Los monólogos de la vagina después de conocer la obra directamente y no por referencias de otros, puede ver la versión que Eve Ensler dirigió y protagonizó para la cadena de televisión HBO en el año 2002. En la versión doblada al español que aquí se incluye, el monólogo “The Little Coochie Snocher That Could” comienza aproximadamente en el minuto 35.
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POST SCRIPTUM (1° de marzo de 2014)
No han pasado ni veinticuatro horas desde la publicación de este post, y ya el Sodalicio ha vuelto a decepcionarme. Me he enterado de que el día de ayer han emitido un comunicado oficial sobre el testimonio de Jason Day (ver http://sodalicio.org/noticias/sodalicio-aclara-acusacion-de-actor-jason-day/). Parece que la carta que le enviaron al actor peruano era sólo el primer paso antes de dar a conocer su versión oficial del asunto. Del texto del comunicado se infiere que ellos no van a mover un dedo para investigar qué puede haber de cierto en el testimonio de Jason, sino más bien ponen sobre sus hombros todo el peso de la carga probatoria, diciendo que tiene “la obligación legal y moral de sustentar” lo relatado. De no presentar pruebas, se considerará su proceder como “una conducta difamatoria”. Y entendemos que llevarán el caso ante los tribunales. Esto más parece una advertencia contra todo aquel que se atreva a dar a conocer públicamente algún testimonio sobre abusos sufridos en la institución.
Como ha ya ha ocurrido antes, el Sodalicio prefiere la ignorancia e incertidumbre sobre abusos o actos imprudentes que puedan haber cometido sus miembros —y mejor aún si no hay pruebas— a la certeza, confirmada por una investigación seria, de la culpabilidad o inocencia de quienes militan en sus filas. Y sabemos en buena lógica que la falta de pruebas no significa necesariamente que algo no haya ocurrido, más aún si se realizó en privado y sin testigos. De la ausencia de pruebas no se infiere una inocencia comprobada, sino solamente una presunción de inocencia.
Asimismo, se vuelve a mencionar el manido argumento de los casos aislados (“episodios pasados y asilados”). Parece que el Sodalicio no aprende. ¿Cuántos “episodios aislados” tendrán que aparecer para que se hable de un problema institucional? ¿Eso significa que hasta ahora no han hecho un análisis de la relación que puede haber entre las estructuras de la institución y los casos de abusos que se han conocido? Sea como sea, el Sodalicio sigue poniendo —como siempre lo ha hecho— la buena imagen de la institución por encima de cualquier consideración, por encima de cualquier persona.
ACI Prensa —que debe sentirse avalada por las palabras positivas que hay en el comunicado sobre la manera en que está tratando el tema de la campaña Un Billón de Pie— informa bajo el titular “Congregación peruana responde a calumnias de Jason Day” sobre el comunicado, repitiendo los mismos argumentos inconsistentes que ha venido repitiendo a lo largo de la semana (ver http://www.aciprensa.com/noticias/congregacion-peruana-responde-a-calumnias-de-jason-day-70341/).
En todo caso, son comunicados como éste los que más afectan la reputación del Sodalicio. Y no precisamente en sentido positivo.