CUESTIÓN DE ESTILO

estilo

El 10 de octubre de 2003 envié un e-mail a cuatro personas vinculadas al Sodalicio de Vida Cristiana, donde les invitaba a leer un informe escrito en 1995 por un numerario del Opus Dei, en el cual se hacía un análisis crítico de esta institución, basándose en los mismos principios que la inspiraron, en la doctrina del fundador Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer y en claves básicas del pensamiento cristiano. Consideraba yo que varias de estas reflexiones críticas eran también aplicables al Sodalicio. El extenso y profundo diálogo que se generó con una de las dos personas que me respondieron es tema de mi post anterior.

La otra persona que me respondió ‒a quien llamaré Adherente Cuatro‒ no abordó directamente el tema, sino que hizo observaciones sobre el tono y estilo de mis mensajes, haciendo referencia a la discusión que tuve con Alejandro Bermúdez, director de ACI Prensa.

Publico aquí el mensaje de ese amigo mío, hecho con muy buenas intenciones y cargado de respeto y espíritu fraternal, incluyendo a continuación la respuesta que yo le di. Viendo el asunto en retrospectiva, resulta interesante ver cómo algunas de las reflexiones que yo hacía en el año 2003 ‒y que fueron dadas a conocer a personas con responsabilidades en el Sodalicio‒ cayeron en saco rato y nunca se hizo nada para someter esos temas a debate y buscar soluciones. Simplemente, fueron tomadas por palabras de un “loco” e ignoradas sistemáticamente. No podía ser de otra manera, cuando siempre han creído que Figari y el Sodalicio tienen la razón, una razón que nadie del “mundo” puede entender. Y que, aparentemente, ni siquiera ellos mismos entienden.

Lean este breve intercambio epistolar y saquen sus propias conclusiones.

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MENSAJE DE ADHERENTE CUATRO
Fecha: 27 de septiembre de 2003

Estimado Martín:

Después de leer toda la diatriba entre Alejandro Bermúdez y tú saco algunas conclusiones.

Creo que tu inquietud de fondo es válida.

Creo que muchas veces tu manera de expresarla es irritante, más allá de la incomodidad natural que pueda generar una crítica, es decir, que es innecesariamente irónica, y eso puede muchas veces diluir y hasta impedir que tu mensaje ayude realmente.

Creo que humildad y espíritu de fraternidad ‒no sé si ésta sea la expresión, tal vez algo de cariño y prudencia‒ son algo que necesitas para que tus aportes ‒valiosos y necesarios‒ sean acogidos. Por esto me alegra mucho el tenor de este último e-mail. Si bien la verdad muchas veces es incómoda y que es parte de nuestro estilo rescatar la buena intención del prójimo, no puedes ser tan exigente de golpe ‒te lo digo con todo cariño: creo que te falta prudencia y serenidad para decir las cosas‒.

Creo que la reacción de Alejandro es comprensible, pero su expresión es imprudente, desaforada y en algunos puntos falta de caridad. Es verdad que no responde con los argumentos que tú le pediste, pero los pediste mal. Me atrevería a ensayar un manera de decir ese mensaje: «Creo que ACI Prensa debería informar con mayor claridad y profundidad, por ejemplo: ¿Cuáles son las difamaciones al Cardenal? ¿Qué es falso en lo que dice la CVR [Comisión de la Verdad y Reconciliación]?» Descalificar un documento que ya está circulando, por mucho que sea viciado, no ayuda en nada; es mucho más inteligente plantear en qué miente o se equivoca. En fin, algo así. Sé que es lo mismo que has dicho, pero de repente debiste decirlo sin carga y a las personas involucradas ‒Alejandro, en este caso‒. En asuntos eclesiales tan delicados creo que la ironía sobra.

Saludos a la familia,

Adherente Cuatro

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RESPUESTA DE MARTIN SCHEUCH
Fecha: 27 de septiembre de 2003

Querido Adherente Cuatro:

Quisiera que comprendas que mi manera de decir las cosas es producto de una evolución que se ha dado a través de los años. Y sólo diciéndolas como las digo es que he obtenido respuestas o reacciones, aunque sean viscerales como las de Alejandro. Te puedo poner un ejemplo. Durante años ‒y estamos hablando de más de una década‒ manifesté mis observaciones frente a cambios inconsultos que se había hecho a algunas letras de mis canciones ‒y probablemente con las mejores de las intenciones, incluso tal vez por el mismo Luis Fernando Figari [entonces Superior General del Sodalicio de Vida Cristiana]‒, que habían terminado por arruinar la poesía de la canción, por lo menos en las partes afectadas. Algo similar hice respecto a algunas interpretaciones que hizo Takillakkta de mis canciones. Solamente cuando hice públicas mis observaciones en una página web [que publiqué en el año 2000], con ese estilo que he ido adquiriendo a través de los años, es que se pudo establecer ‒no sin previo conflicto‒ un diálogo con Javier Leturia [director de Takillakkta] que todavía sigue, y donde hemos llegado a buscar soluciones que nos satisfagan a ambos. [NOTA: Lamentablemente, este diálogo ‒que siempre fue muy ocasional‒ se interrumpió con la publicación de mi blog LA GUITARRA ROTA.]

Por otra parte, mi intención primera al escribir sobre el tema de la CVR y ACI Prensa era recoger información de algunas personas, que me permitieran tener una opinión más amplia. El texto tenía que tener cierta mordiente, para evitar pasar desapercibido. Es probable que no me den la razón, pero tengo la certeza de que las cosas no serán iguales que si no hubiera escrito mis opiniones al respecto.

Considera que en mi manera de decir las cosas el uso del adjetivo calificativo es escaso, y si lo uso es como conclusión de una serie de hechos descritos previamente. Y lo irritante de lo que escribo probablemente resida en la imposibilidad de negar esos hechos, aunque, como podrás ver en mi intercambio epistolar con Adherente Seis, he tenido que modificar algunas apreciaciones al ser confrontado con hechos complementarios o distintos a los que yo describía. En ese sentido, la “carga” de lo que escribo puede consistir en la escasez de adjetivos ‒sea laudatorios o recriminatorios‒, que hacen que el interlocutor se sienta “cargado” al ser confrontado con hechos que lo afectan. Deduzco de lo que me sugieres que me falta dorarle un poco la píldora al interlocutor, y no presentar los hechos con una desnudez tan descarnada.

Tocando otro punto, no son pocos los que me han dicho que mi mensaje debería haber sido dirigido a Alejandro Bermúdez en primer lugar. Sin embargo, mi intención era recoger previamente otras opiniones al respecto. Por eso mismo, no veía el imperativo moral de enviárselo a él en primer lugar. Tampoco tengo la certeza de que Alejandro sea en última instancia quién decide qué se publica o no en ACI Prensa, o si la línea y selección de las noticias es sugerida desde más arriba. En todo caso, de ninguna manera el mensaje fue enviado con la intención de que Alejandro no se enterara en absoluto del mismo. Entre los destinatarios se encontraban [cuatro sodálites muy amigos suyos]. Si hubiera tenido la intención de que Alejandro no se enterara para nada de lo que había escrito, ¿crees tú que le hubiera enviado mis opiniones a estas personas en concreto?

Por último, no sé cómo determinar lo que es un asunto eclesial delicado o no. Tengo la impresión de que todo aquello en lo que estamos involucrados como Sodalicio se considera dentro de los asuntos delicados, mientras que respecto a los asuntos con los cuales no comulgamos es lícito utilizar un “efectismo brutal” o dejar de lado las formalidades diplomáticas. Por eso mismo, creo haber recibido respuestas tan poco corteses, que argumentan a tajo y destajo con la falacia ad hominem y que han buscado colgarme calificativos antes de examinar lo que digo ‒lo cual no es tu caso‒.

Como reflexión final, pongo a tu consideración lo siguiente. Probablemente algún día, consideradas las magnitudes que está alcanzando el Sodalicio, habrá alguien que se pondrá a investigar su historia y se encontrará con documentación de hechos incómodos de nuestra historia que actualmente se callan o se presentan bajo una interpretación benévola. Sería preocupante que, a semejanza del Opus Dei, terminemos desmintiendo esos hechos sin presentar las pruebas del caso. Porque ya existe una dicotomía entre una historia oficial del Sodalicio ‒la que presentan algunas de nuestras publicaciones‒ y la historia real ‒que es la que hemos vivido los que estuvimos vinculados desde la década de los ’70‒, la cual contiene muchos detalles adicionales que no se mencionan sino en los círculos más secretos e íntimos. ¿Crees que en alguna posible futura biografía de Germán Doig escrita por alguno de los nuestros se mencione que fumaba marihuana cuando era joven?

Creo que hay que reflexionar al respecto, más aún cuando ACI Prensa, que informa sobre acontecimientos, parece siempre darle preferencia a noticias que hacen propaganda de las actividades de la Familia Sodálite ‒lo cual, a mi parecer, convierte este medio en un simple amplificador de lo que hacemos, antes que en una entidad al servicio de la Iglesia universal‒.

Un fuerte abrazo,

Martin

4 pensamientos en “CUESTIÓN DE ESTILO

  1. Pingback: Aclaraciones. El Sodalitium y el pensamiento único – En un mundo Hush

  2. aci prensa es algo serio, tergiversa escandalosamente las noticias y las personas lo leen y escuchan como si fueran fidedignas, y lo peor es que no hay que investigar mucho para encontrarle incompatibilidades.

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