SAN ROMERO DE AMÉRICA

Mons. Óscar Arnulfo Romero (1917-1980)

Mons. Óscar Arnulfo Romero (1917-1980)

Mons. Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador asesinado el 24 de marzo de 1980 por mano de un sicario enviado por un grupo paramilitar a favor del gobierno salvadoreño, será finalmente beatificado por el Papa Francisco. Su proceso había estado bloqueado, dizque por razones políticas.

Pues después de su muerte la teología de la liberación lo elevó a símbolo del martirio en Latinoamérica y ejemplo de opción preferencial por los pobres. Y es sabido que los liberacionistas no han gozado del favor de ciertas eminencias eclesiales ni de los Papas anteriores. No extraña, pues, que cuando a fines de los 70 le pregunté a Alfredo Garland, sodálite y autor de un panfleto contra la teología de la liberación, su opinión sobre Romero, me contestara: «Es un tonto útil».

Porque Mons. Romero nunca fue un progresista; al contrario, fue considerado un conservador fiel al Magisterio eclesial. Si no fuera por los últimos tres años de su existencia, su vida podría describirse como la de un eclesiástico bueno sin nada destacable.

El cambio se originó cuando ejerció de obispo de la diócesis de Santiago de María, la más pobre de El Salvador, entre diciembre de 1974 y febrero de 1977. Allí conoció la situación injusta en que vivían los campesinos salvadoreños y la represión violenta que sufrían. Allí entró en diálogo con los miembros de la Comunidad Pasionista de Jiquilicho, simpatizantes de la teología de la liberación, y se inició un proceso de cambio que lo llevaría a comprometerse con las angustias e inquietudes del pueblo salvadoreño. Allí se forjó este santo de carne y hueso, que tanto incomoda a los conservadores.

(Columna publicada en Exitosa Diario el 11 de febrero de 2015)

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Es indudable que Mons. Romero desarrolló su prédica a favor de la liberación cristiana en ese momento histórico de la década de los 70, cuando América Latina era un hervidero de dictaduras y revoluciones, en medio de las cuales varios movimientos políticos y sociales de diverso signo ideológico luchaban por la liberación política, social y económica de tantos pobres sometidos a injusticias, opresión y violencia en el continente. En ese contexto, Mons. Romero nunca redujo la auténtica liberación que enseña la iglesia a alguna de estas dimensiones, aunque de sus palabras se concluye que éstas tienen que estar incluidas de alguna manera en la liberación del pecado que trae Jesucristo. En este sentido se puede concluir que, desde una perspectiva pastoral, Mons. Romero hizo teología de la liberación, aunque nunca se interesara por los escritos académicos con influencias marxistas de otros teólogos de la liberación. Al respecto, puedo citar unas palabras del Discurso de Mons. Oscar Arnulfo Romero al recibir el doctorado honoris causa por la Universidad de Lovaina, pronunciado el 2 de febrero de 1980, considerado por muchos como su testamento teológico y pastoral:

«Sabemos ahora mejor qué significa la encarnación, qué significa que Jesús tomó carne realmente humana y que se hizo solidario de sus hermanos en el sufrimiento, en los llantos y quejidos, en la entrega. Sabemos que no se trata directamente de una encarnación universal, que es imposible, sino de una encarnación preferencial y parcial; una encarnación en el mundo de los pobres. Desde ellos podrá la Iglesia ser para todos, podrá también prestar un servicio a los poderosos a través de una pastoral de conversión; pero no a la inversa, como tantas veces ha ocurrido.

El mundo de los pobres con características sociales y políticas bien concretas, nos enseña dónde debe encarnarse la Iglesia para evitar la falsa universalización que termina siempre en connivencia con los poderosos. El mundo de los pobres nos enseña cómo ha de ser el amor cristiano, que busca ciertamente la paz, pero desenmascara el falso pacifismo, la resignación y la inactividad; que debe ser ciertamente gratuito pero debe buscar la eficacia histórica. El mundo de los pobres nos enseña que la sublimidad del amor cristiano debe pasar por la imperante necesidad de la justicia para las mayorías y no debe rehuir la lucha honrada. El mundo de los pobres nos enseña que la liberación llegará no sólo cuando los pobres sean puros destinatarios de los beneficios de gobiernos o de la misma Iglesia, sino actores y protagonistas ellos mismos de su lucha y de su liberación desenmascarando así la raíz última de falsos paternalismos aun eclesiales.

Y también el mundo real de los pobres nos enseña de qué se trata en la esperanza cristiana. La Iglesia predica el nuevo cielo y la nueva tierra; sabe además que ninguna configuración socio-política se puede intercambiar con la plenitud final que Dios concede. Pero ha aprendido también que la esperanza trascendente debe mantenerse con los signos de esperanza histórica, aunque sean signos aparentemente tan sencillos como los que proclama el tercer Isaías cuando dice que “construirán su casa y que la habitarán, plantarán viñas y comerán de sus frutos” (Is 65, 21). Que en esto haya una auténtica esperanza cristiana, que no se esté rebajando la esperanza a lo temporal y humano, como se dice a veces despreciativamente, se aprende en el contacto cotidiano de quienes no tienen casa ni viña, de quienes construyeron para que otros habiten y trabajan para que otros coman los frutos».

Ciertamente, durante mucho tiempo compartí la opinión de que Mons. Romero era un “obispo rojo”, como se me había transmitido en el Sodalicio de Vida Cristiana, hasta que en los primeros años de este siglo pude conocer el proceso de cambio que había experimentado Mons. Romero en su experiencia pastoral con los más pobres de los pobres en la diócesis de Santiago de María. Desde entonces tengo una inmensa admiración por este hombre de Dios, y me es difícil leer algunas de sus homilías sin que se me estruje el corazón y se me asomen un par de lágrimas a los ojos. Destaco sobre todo la homilía que pronunciara un día antes de su muerte, de la cual cito las siguientes palabras:

«Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles… Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: “No matar”. Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión».

Fiel a su política de manipulación de la información, Alejandro Bermúdez y ACI Prensa han sido muy reticentes respecto a los anuncios de la beatificación de Mons. Romero (ver, por ejemplo, https://www.aciprensa.com/noticias/no-hay-nada-oficial-sobre-beatificacion-de-mons-romero-95605/). Y en uno de sus recientes Puntos de Vista, que lleva el título de “Mons. Romero y los nuevos mártires” (https://www.aciprensa.com/podcast/download.php?file=10492), Bermúdez introduce la figura de Mons. Romero —sobre el cual no dice prácticamente nada— para explayarse luego extensamente sobre el martirio de los sacerdotes polacos Michele Tomaszek y Zbigneo Strzalkowski, de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, y el sacerdote italiano Alessandro Dordi, asesinados en agosto de 1991 en el Perú por el grupo maoísta Sendero Luminoso. Sintómaticamente, para el director de ACI Prensa tiene mucho más importancia transmitir información sobre tres sacerdotes misioneros —ciertamente ejemplares— ejecutados por un grupo extremista de izquierda, mientras no parece darle el mismo peso a quien fuera asesinado por un grupo extremista de derecha. Ahora los esfuerzos de la así llamada agencia de noticias parecen ir en la línea de desvincular a Mons Romero de todo aquello que suene a teología de la liberación (ver “Mons. Romero nunca se interesó por la teología de la liberación, asegura su secretario personal”, https://www.aciprensa.com/noticias/video-mons-romero-nunca-se-intereso-por-la-teologia-de-la-liberacion-asegura-su-secretario-personal-42365/), no obstante que la liberación es un tema recurrente en la prédica del mártir salvadoreño.

Mons. Óscar Arnulfo Romero, del cual soy devoto desde hace varios años y a quien le agradezco haber contribuido con su ejemplo a abrirme los ojos a la verdadera esencia de una Iglesia pobre y peregrina entendida como Pueblo de Dios que va construyendo el Reino en la historia, seguirá incomodando desde la tumba a aquellos que creen que una opción por los ricos y los poderosos es compatible con el Jesús de los evangelios.

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Transcribo aquí el hermoso poema que compusiera Mons. Pedro Casaldáliga, figura señera de la teología de la liberación, en homenaje a Mons. Romero:

SAN ROMERO DE AMÉRICA, PASTOR Y PADRE NUESTRO

El ángel del Señor anunció en la víspera…

El corazón de El Salvador marcaba
24 de marzo y de agonía.
Tú ofrecías el Pan,
el Cuerpo Vivo
—el triturado cuerpo de tu Pueblo;
Su derramada Sangre victoriosa
—¡la sangre campesina de tu Pueblo en masacre
que ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada!

El ángel del Señor anunció en la víspera,
y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte;
como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de tu Pueblo.

¡Y se hizo vida nueva
en nuestra vieja Iglesia!

Estamos otra vez en pie de testimonio,
¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!
Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.
Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente.
Romero de la Pascua latinoamericana.
Pobre pastor glorioso, asesinado a sueldo, a dólar, a divisa.

Como Jesús, por orden del Imperio.
¡Pobre pastor glorioso,
abandonado
por tus propios hermanos de báculo y de Mesa…!
(Las curias no podían entenderte:
ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo).

Tu pobrería sí te acompañaba,
en desespero fiel,
pasto y rebaño, a un tiempo, de tu misión profética.
El Pueblo te hizo santo.
La hora de tu Pueblo te consagró en el kairós.
Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio.

Como un hermano herido por tanta muerte hermana,
tú sabías llorar, solo, en el Huerto.
Sabías tener miedo, como un hombre en combate.
¡Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana!

Y supiste beber el doble cáliz del Altar y del Pueblo,
con una sola mano consagrada al servicio.
América Latina ya te ha puesto en su gloria de Bernini
en la espuma-aureola de sus mares,
en el retablo antiguo de los Andes alertos,
en el dosel airado de todas sus florestas,
en la canción de todos sus caminos,
en el calvario nuevo de todas sus prisiones,
de todas sus trincheras,
de todos sus altares…
¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos!

San Romero de América, pastor y mártir nuestro:
¡nadie hará callar tu última homilía!

Pedro Casaldáliga

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BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

La Palabra viva de Monseñor Romero (Homilías de Romero)
http://servicioskoinonia.org/romero/homilias/indice.htm

Mons. Óscar Arnulfo Romero
La dimensión política de la fe desde la opción por los pobres. Una experiencia eclesial en El Salvador, Centroamérica (Discurso de Mons. Oscar Arnulfo Romero al recibir el doctorado honoris causa por la Universidad de Lovaina, pronunciado el 2 de febrero de 1980)
http://servicioskoinonia.org/relat/135.htm

Óscar Romero
La violencia del amor (selección de textos) (The Bruderhof Foundation, 2004)
http://servicioskoinonia.org/biblioteca/pastoral/RomeroBrokmanViolenciaDelAmor.pdf

Óscar A. Romero
Monseñor Óscar A. Romero. Su diario (2003)
http://servicioskoinonia.org/romero/varios/RomeroOscar-SuDiario.pdf

Zacarías Diez y Juan Macho, Pasionistas
«En Santiago de María me topé con la miseria». Dos años de la vida de Mons. Romero (1975-1976) ¿Años del cambio? (Servicios Koinonía, 2005)
http://servicioskoinonia.org/biblioteca/pastoral/DiezMachoRomero.zip

María López Vigil
Piezas para un retrato (1993)
http://servicioskoinonia.org/biblioteca/pastoral/LopezVigilPiezasRetrato.zip

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DOCUMENTAL RADIOFÓNICO

Documentos RNE
Monseñor Romero: de obispo conservador a profeta de los pobres (20 mar 2010)
http://mvod1.akcdn.rtve.es/resources/TE_SRDOCU/mp3/5/8/1268930680285.mp3