HITLER Y FIGARI

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“El Nazi”. Ése era uno de los apodos con que era conocido Luis Fernando Figari en su época escolar en el Colegio Santa María de Monterrico.

Curiosamente, el chileno Franz Pfeiffer Richter, fundador del Partido Nacional Socialista Obrero de Chile y autor de Los neo-nazis en Sudamérica (1978), menciona en su libro a un tal Luis Figari como el “dirigente peruano” vinculado al Frente Nacional Socialista en el Perú.

Y en las épocas iniciales del Sodalicio, uno de los libros que encarecidamente recomendaba Figari era Piloto de Stukas de Hans-Ulrich Rudel, piloto de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial que nunca renegó del nazismo.

¿Hay semejanzas entre Figari y Hitler?

Adolf Hitler fue en su infancia y juventud en Austria un sujeto gris, que no destacó en nada. De bajo rendimiento escolar, con pretensiones artísticas de resultados mediocres —patentes en sus acuarelas—, nunca obtuvo un rango militar superior al de cabo, pues carecía de dotes de mando. Posteriormente desarrollaría una ideología de dudosa calidad intelectual y crearía un mundo propio donde él sería objeto de culto, llevando a una nación entera al abismo.

A Figari también se le recuerda como un personaje gris en el colegio, que no sobresalía en nada. Aunque siempre tuvo ínfulas intelectuales, sus escritos revelan sin embargo un pensamiento ideologizado, de corto alcance y mediocre. Y alejado de la realidad. También el creó un mundo propio —en mucho menor escala—, donde él era el centro y donde podía disponer de las personas a su antojo.

Y ciertamente también habría suscrito lo que Hitler proponía en 1923: «Respetar al superior, no contradecir a nadie, obedecer a ciegas».

(Columna publicada en Exitosa el 5 de diciembre de 2015)

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Margaret Thaler Singer (1921-2003) fue una psicólogica clínica estadounidense que se dedicó al estudio de los cultos o grupos de características sectarias. Lo que ella señala sobre los líderes de cultos puede aplicarse a grosso modo también a líderes como Hitler y Figari. He aquí la traducción de un pasaje de su libro Cults in Our Midst (Jossey-Bass Publishers, San Francisco 1995):

«Un culto es un espejo de lo que hay en el interior del líder del culto. No se le ponen limitaciones. Puede hacer que sus deseos y fantasías tomen vida en el mundo que crea a su alrededor. Puede llevar a personas a cumplir sus órdenes. Puede hacer del mundo que lo rodea realmente su mundo. Lo que la mayoría de los líderes de cultos logran es similar a las fantasías de un niño que juega, creando un mundo con juguetes y utensilios. En ese mundo de juego el niño se siente omnipotente y crea un ámbito propio por unos minutos o por unas horas. Mueve los muñecos. Están a sus órdenes. Le devuelven sus propias palabras. Los escarmienta como quiere. Es todopoderoso y hace que su fantasía tome vida. Cuando veo las mesas de juego y las colecciones de juguetes que algunos terapeutas de niños tienen en sus oficinas, pienso que un líder de culto debe mirar alrededor y colocar personas en su mundo creado tanto como el niño crea sobre la mesa de juego un mundo que refleja sus deseos y fantasías. La diferencia está en que el líder de culto tiene a seres humanos de verdad a sus órdenes cuando crea un mundo en torno suyo que brota del interior de su cabeza.

Las nociones idiosincráticas del líder del culto impregnan el sistema que pone en operación. No hay ninguna retroalimentación. No se permite ninguna crítica. Cuando al final logra que sus seguidores sean lo suficientemente obedientes, puede ejercer poder ilimitado y hacer que sus seguidores realicen cualquier acto que él ordene. Se convierte en el director más poderoso que uno se pueda imaginar. No meramente un director de juguetes y actores, sino un director de vidas reales en actos reales basados en sus deseos y fantasías. Así como el niño mueve juguetes en un paisaje imaginario, el líder del culto mueve, dirige, reprende —incluso mata— a aquellos que desobedecen.»

3 pensamientos en “HITLER Y FIGARI

  1. Es un buen paralelo.
    Exactamente a eso – en este breve ejemplo – me refiero al referir que existe una relación psicográmica entre el lider megalómano enfermo y la manera en que propicia una estructura social alrededor de él a manera de institución. Casi siempre se trata de personas enfermas que quieren cambiar a todo el mundo o a toda una sociedad a través de una relación de objeto, y que por lo tanto lo intentarán sin empatía real, por lo que no podrá mejorar la calidad moral de su entorno ni de sí mismo.
    Se sirven de reflexiones pseudofilosóficas para «sellarlas» dentro de un sistema de pensamiento a través del cual obligan a relacionar nociones, unas con otras, para tener que llegar siempre a las conclusiones limitadas que afloran de sus conflictos personales. Primero caen los patológicamente afines y los demás se dejan llevar por hambre de reconocimiento o problemas menores.

    En el sodalicio quedan, sin embargo, hartas personas que tienen una postura abierta y amorosa, pero no tienen porqué dejar que se les aten las manos ! Cuál es el problema en desatárselas ?
    Haz lo que haces, dijo Confucio …

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  2. Ah, y ya va siendo hora de pedir en la wikipedia que cambien el contenido sobre figari, que no refleja a la realidad para nada. Mirar aquí :
    https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Fernando_Figari
    Contenido que no nos cuenta sobre su manera de esconderse, al no rechazar la prescripción de las denuncias ni presentar pruebas opuestas a ellas.
    Igual con la pág. del sodalicio allí, cuya ‘cúpula oficial’ obliga a cientos de personas decentes en sus filas a encubrir las porquerías institucionalizadas por ellos. Como que si ‘ellos’ fuesen el sodalicio (?)

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  3. Salvando las grandes distancias, en efecto son innegables las raíces facistas del pensamiento Figari. Hay pruebas que acreditan la similitud del Sodalicio con la Falange española, es lo quiso crear Figari desde el inicio. El facismo es un sistema totalitario, que genera un control total de la persona, anulando su individualidad y libertad, y que la utiliza para un fin superior. Y ese es el pensamiento original que inspiró la creación del Sodalicio. Todo el Sodalicio (creación de Figari), sus métodos, estructuras, etc; son de inspiración facista, no cristiana.

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