LA PROFUNDA HUELLA DEL ABUSO SEXUAL

iris_galey_y_su_padre

Iris Galey con su padre: «¿Por qué hacías eso, papá?»

La suiza Iris Galey (nacida en 1936 en Basilea) escandalizó en 1988 a la opinión pública con su primer libro, Yo no lloré cuando papá murió – Historia de un incesto [Ich weinte nicht als Vater starb. Geschichte eines Inzests. Zytglogge, Gümligen 1988], en que trataba abiertamente un tema tabú. Pues desde sus 9 a sus 14 años de edad su padre, director de una empresa química, abusó sistemáticamente de ella. Y le dejó un trauma que la acompañaría toda su vida.

El año pasado acaba de publicar una nueva versión del libro con una segunda parte añadida: Yo no lloré cuando papá murió … y aborrecí el sexo hasta que encontré el amor – Historia de un incesto y una sanación” [Ich weinte nicht, als Vater starb … und hasste Sex, bis ich Liebe fand. Geschichte eines Inzests und einer Heilung. Münchner Verlagsgruppe, München 2015].

Recién con su tercer esposo, cerca de cumplir los 80 años, le perdió el miedo al sexo y pudo disfrutarlo verdaderamente, gracias al respeto y la dedicación de un hombre que era capaz de renunciar a la unión sexual por amor. Iris Galey aprendió que podía decir “no”.

Su vida fue difícil. Cuando a los 14 años reveló lo que su padre hacía con ella, éste se suicidó pegándose un tiro. Su primer matrimonio fue infeliz, pues su esposo le pegaba con frecuencia. A los 30 años volvió a casarse y se fue a Nueva Zelanda, donde su esposo terminó uniéndose a una secta fundamentalista. Tuvo dos hijas, una en cada matrimonio. Actualmente es terapeuta y conferencista en Suiza, dedicando su tiempo a ayudar a víctimas de abusos sexuales.

La historia de esta valiente mujer nos muestra cuán profunda es la huella de un abuso sexual, una herida abierta que a veces nunca cicatriza. O que se cura después de toda una vida.

(Columna publicada en Exitosa el 30 de enero de 2016)

________________________________________

El 26 de noviembre de 2015 la Süddeutsche Zeitung publicó una carta de Iris Galey a su padre, donde describe con palabras explícitas y perturbadoras cómo la atormentaron durante décadas las cosas que su progenitor hizo con ella. He aquí el texto.

PAPÁ, ERES UN CERDO
por Iris Galey

Fue mi vida la que tú manchaste casi para siempre, papá. Yo era una niña de nueve años, y tú, con el cronómetro en marcha, me sobabas ‘allí’ con tu pulgar, y si no hacía puntualmente aquello que tú llamabas ‘venirse’, entonces me reprendías y me hacías daño.

¿Por qué hacías eso, papá?

Si tú estudiaste y fuiste director de una empresa química suiza. Así que con seguridad podías pensar.

Yo he necesitado mucho tiempo antes de ser capaz de pensar, después de que hubiste batido mi cerebro, como los huevos revueltos del desayuno, pues tú violaste mi pequeño cuerpo al igual que mi pensamiento entero. Tú no me enseñaste ninguna capacidad normal de vivir, ningún lenguaje habitual.

Tú me quitaste el piso debajo de los pies. Pues tú me enseñaste que lo errado es correcto y que lo correcto es errado.

Aprendí rápido a fingir ese sentimiento increíblemente hermoso que aparecía junto con la náusea sin limites provocada por el asco. Y hacía como que de verdad ‘me venía’, para que no me reprendieras y no me hicieras daño.

Entonces te engañaba, para que se acabaran tus tocamientos repugnantes y tus miradas asquerosas a eso de abajo.

Papá, eres un cerdo.

Yo sabía que debía exhalar gemidos y retorcerme y poner rostro apasionado, con labios fruncidos, como querías verlo tú. No obstante que decías que todas las mujeres son repulsivas.

Y cuando tú creías que yo ‘me venía’, casi nunca sentía nada en realidad. Pero más tarde, cuando estaba tendida sola en mi cama, sentía ese gran deseo que tú despertaste en mí, sin que yo quisiera.

Me atormentaba.

Era el anhelo de esos sentimientos, que habrían de aparecer sin papá. Pero tú dijiste que si lo hacía, pecaba, sería castigada y me iría al infierno.

Cuando el impulso era muy grande, lo hacía, pero luego fingía que no lo había hecho.

¿Es por eso que tantas mujeres deben simular algo, porque tantas son objeto de abusos de parte de papás como tú? Dicen que una de cada cuatro niñas y uno de cada siete niños.

Es así que yo tenía que ser embustera. He necesitado toda una vida para volver a ser yo misma. Yo esperaba y le rezaba a ese ser desconocido llamado Dios que llegara el día en que ya no tuviera ese impulso.

Pero un esposo desea que su mujer tenga ese impulso y sea ‘sexy’. De modo que tuve que seguir fingiendo.

Ya no tengo ese impulso y eso me pone contenta. Pero cuando todavía era una niña pequeña, pensaba que estaba condenada a fingir algo para siempre, incluso ante mí misma.

Cuando tú hacías lo que tú llamabas ‘venirse’, entonces siempre querías que yo… en la boca… ¿cómo pudiste, papá? Por un pelo no me asfixiaste.

Y entonces, poco después en la escuela, como niña entre niñas, yo me sentía tan distinta y que no formaba parte de eso. Ni en el bus escolar, ni en el salón de clases, ni en el recreo. Pues, después de ti, yo no formé parte nunca más de nada. Yo era como una ciudad bombardeada y en escombros, una ruina demolida. ¿O era el esqueleto maloliente de un pescado muerto pintado por Dalí?

Y cuando estaba esperando hijos, deseaba que fuera una niña, pues un niño con un pene, como el que tú tenías, papá, no lo hubiera podido soportar. Ejercías un control terrible en mi cabeza. Simplemente no te ibas…

Yo intentaba no mirar esa cosa que en ti siempre apestaba. Y el miedo a que me mataras y mataras a tiros a mamá todavía está en mí. Desde que quemaste vivo a mi ratoncito, al que yo amaba.

¿Por qué hiciste eso, papá?

¿Eras realmente mi papá?

En el matrimonio fui feliz cuando finalmente ya no tenía que ocuparme de esas partes del cuerpo. Eso no lo pude lograr ni siquiera con 77 años de edad, es decir, desde mi noveno hasta casi mi octogésimo año de vida. Eso es demasiado tiempo, papá, para algo aborrecido de manera absoluta.

Pero yo no sabía que también podía decir que no. Por eso toda esa gente decía entonces que eso iba a llegar a mí en algún momento.

Yo envidio a cada niña que no tuvo un papá así, que la echó a perder como tú lo hiciste. Vete pues ahora para siempre, vete, y llévate también contigo la palabra ‘papá’.

Recién cuando supe que mi actual esposo habría renunciado a ello, por amor a mí, no obstante que me deseaba, pude hacerlo por amor. Ahora soy feliz, monstruo enfermo y abominable, pues no pudiste arruinar mi vida entera.

Una parte de mi vida la pasé reconstruyendo mi ciudad. Siempre en búsqueda, volteé cada piedra como las mujeres entre los escombros de Berlín. Encontré el cemento para volver a edificar mi capacidad de vivir. No me quebré.

Mi esposo simplemente ama todo en mí, de modo que me siento mejor de ser mujer, después de que tú, viejo horroroso, me decías que yo soy como todas las mujeres, seres inferiores malolientes, repulsivos y sangrantes sin derechos.

Las voces e imágenes tuyas, tonto y enfermo comemierda, desaparecen ahora de mi cabeza. Ya no me siento como una ‘nada’. Conozco a muchos que se han rendido antes de tiempo debido a los daños que han ocasionado y siguen ocasionando personas como tú.

Ahora tengo al hombre y amante más amoroso, comprensivo y cariñoso del mundo, porque nunca me presiona, nunca me reprende y me deja decir ‘no’ cuando yo quiero. Disfruto cada momento con él, pues ahora ya no hay más sexo, sólo amor.

Y he comprobado que puedo ser feliz en cualquier parte, cuando estoy “en casa” en mí misma. Y ahora, en esta maravillosa edad en que soy una joven de casi 80 años podría vivir en cualquier parte del mundo, precisamente porque me siento en mí misma como en casa.

No olvides que a ti, ese despreciable y viejo hijo de puta llamado padre, lo he enterrado en un hueco en el desierto del Sinaí, y nunca te atrevas a salir nuevamente de allí.

El rol más triste en todo esto, en nuestro trauma-drama familiar, lo jugó mamá. ¿Te vengaste de ella en mí, porque amaba a otro hombre y no dormía contigo?

Yo no te odio ni a ti ni a mamá, pues quién sabe qué cosa os convirtió en aquello que erais. Pero de ahora en adelante vosotros dos no habéis existido nunca para mí y esas palabras que empiezan con P o M no las voy a pronunciar nunca más con mi boca.

Con estas letras os borro sencillamente por completo.

Yo soy yo, soy feliz y me he reconquistado a mí misma.

Y soy increíblemente feliz de haber recibido de ti solamente los daños a largo plazo. Yo podría haber abusado compulsivamente de niños pequeños o incluso haberme convertido en una asesina. Y no fue así.

(Traducción al español: Martin Scheuch)

________________________________________

TEXTO ORIGINAL

Süddeutsche Zeitung
Papa, du Schwein (26. November 2015)
http://www.sueddeutsche.de/leben/kindesmissbrauch-papa-du-schwein-1.2751766

12 pensamientos en “LA PROFUNDA HUELLA DEL ABUSO SEXUAL

  1. se me revuelven las tripas. Los adultos que hacen esas cosas se encuentran a otro nivel moral y con el sentimiento de responsabilidad que tiene un niño, y no puede «sentir» al menor con el que intenta o hace esas cosas. Una persona así está profundamente enferma y suele atraer alrededor suyo a personas con problemas graves, y no sabe realmente que carece de empatía.

    El «psicólogo» sodálite del Castillo hubiera tenido contacto con esa niña y con su padre durante décadas, y no se hubiera dado cuenta de nada ? Tiene esta persona una licencia ? Se le está dejando ejercer o cómo es ?

    Me gusta

  2. Discúlpenme lo que voy a poner, pero… «A la m…. que asco!!!» Qué tipo de «persona» hace eso? y a su propia hija !

    Gracias Martin por compartirlo. No por morbo, sino que es esperanzador ver que, a pesar de toda la monstruosidad que vivió esta persona, Dios supo -de alguna manera- cuidarla para que, como ella misma dice, no se convierta en otra victimaria; sino al contrario, que haya podido llegar a sanarse y encontrado la felicidad y el amor en su vida.

    Me gusta

    • Dios supo cuidarla??!!, cuidarla cómo?
      Mas bien habría que preguntar por qué Dios permitió que le ocurriera algo tan espantoso tantas veces durante tanto tiempo!

      Me gusta

      • Qiuén sabe, para que finalmente esa mujer escriba lo que escribió y alerte a la sociedad en un asunto que necesitaba urgentemente ser destabuizado (?).
        Para que a todos se nos prenda la lucecita y hagamos algo al respecto (?).
        Y para que quienes ejercen el crimen de encubrir estos horrores empiecen lentamente en un nuevo proceso de vida, más reflexivo y asuman que «ser cauto» es algo que se realiza prioritariamente con uno mismo (?).
        De líneas torcidas se vale Dios (?).

        Me gusta

      • Claro, para empezar nada de eso debió sucederle, ni a ella ni a nadie.

        A lo que me refiero es que, ella fácilmente pudo convertirse en una persona peor, que cometiera los mismos -o incluso peores- crímenes de los que fue víctima. En su alma, en su corazón, supo cuidarse de no convertirse en una victimaria que haga más daño a otras personas.

        Me gusta

  3. @NCPM, Dios permite todo por el libre albedrío, pero lo que importa es cómo termina nuestra vida y qué nos depara después de la muerte. Todos sufrimos de una forma u otra en esta vida, algunos más que otros, algunos durante más tiempo que otros. No soy teólogo pero creo que lo que importa es cómo morimos, más que cómo vivimos. Y de acuerdo a esta historia, a esa mujer le esperar sólo buenas cosas por delante.

    Me gusta

    • De acuerdo. Habria que considerar a quienes viven una espiritualidad enferma como que si nunca fuesen a morir … El problema de errar a ese nivel es que se puede morir dos veces.

      Me gusta

    • @Javier
      ¿Libre albedrío de quién? ¿del padre abusador? ¿y qué hay de la víctima,
      una niña de 9 años?

      El texto de SJRM que comenté fue
      » Dios supo -de alguna manera- cuidarla para que, como ella misma dice, no se convierta en otra victimaria»

      Y en aquellos que sufrieron abuso y sí se convirtieron en victimarios ¿Dios no supo cuidarlos?
      Si Dios no supo lo que sucedería no es omnisciente,
      si no quiso intervenir no es tan bondadoso como se cree,
      si no pudo hacer nada al respecto no es omnipotente,

      Tremendo embrollo,
      En casos como este prefiero abstenerme de intentar descifrar los designios divinos.

      Me gusta

      • Creo que habría que considerar que – según las escrituras – Dios también abandona por terceras causas. Coincido que es difícil de interpretar. A mí me da qué pensar > cómo se puede interpretar ese pasaje en el que se afirma que los homosexuales son así porque son dejados por Dios ? Tomando en cuenta el argumento genético (no totalmente probado) quedaría que Dios abandona de nacimiento, lo que no tendría ni pies ni cabeza. Falta trabajo hermenéutico. Lo que se ve según las estadísticas es que en el área de represión de la sexualidad se dan crímenes sexuales, se dan más que en el área de p.ej. homosexuales que no tienen tapujos con su sexualidad.

        Facto es la manera en que un abuso sexual en un menor destroza su lenguaje sexual, su identidad sexual y sexualidad e interacción con todos sus compañera/os en el futuro.

        Me gusta

  4. @NCPM, sí, el libre albedrío del perpetrador. O piensas que el libre albedrío es selectivo? La víctima es un indicador de las consecuencias del libre albedrío de la humanidad. Por favor no mezcles temas emocionales. Si Dios manipulara a la humanidad para evitar tragedias como la expuesta, entonces no existiría el libre albedrío. Sus razones, como dices, son indescifrables.

    Me gusta

    • No sé si Dios ‘manipula’ a la humanidad pero se supone que interviene en la historia, en el devenir de la existencia humana pues no es el Dios Deísta que crea el universo y luego se limita a observar.

      En el caso de esta niña, si Dios no quiso evitar la tragedia ¿Es realmente misericordioso?,
      si no pudo hacer nada para evitarla ¿Es realmente omnipotente?

      Es un Misterio, por eso en casos como este es preferible suspender el juicio sobre designios divinos y libre albedrío.

      Caso contrario tenemos comentarios en post previos publicados por defensores al ultranza del SCV; las frases ‘Dios escribe derecho en líneas torcidas’, ‘Dios obra de manera misteriosa’ para justificar que los abusos y maltratos sufridos por decenas de jóvenes eran parte del ‘Plan de Dios’, pasos necesarios para que surgiera una organización con gente buena y decente que vive su compromiso cristiano y hace el bien a la sociedad.

      Me gusta

Deja un comentario