EL COMPAÑERO FRANCISCO

El Papa Francisco con Evo Morales, Presidente de Bolivia, durante el Encuentro de Movimientos Populares

El Papa Francisco con Evo Morales, Presidente de Bolivia, durante el Encuentro Mundial de Movimientos Populares

Cuando el Papa Francisco describió el llamado del Señor que todo cristiano está invitado a aceptar como «salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio», se trataba de una manera audaz de plantear la misión cristiana, por lo menos en boca de un Sumo Pontífice. Era un rechazo del estilo de vida burgués que llevan muchos católicos, incluyendo curas y obispos.

Francisco, bajo el patrocinio del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” y la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, convocó el 28 de octubre en el Vaticano a representantes vivos de esas periferias en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares.

Allí les dirigió estas palabras: «Aquí hay cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas, todo tipo de cooperativistas y trabajadores de oficios populares que están excluidos de los derechos laborales, que se les niega la posibilidad de sindicalizarse, que no tienen un ingreso adecuado y estable. Hoy quiero unir mi voz a la suya y acompañarlos en su lucha».

Son tan sólo algunas palabras de un emotivo discurso que podría haber pronunciado un dirigente social comprometido con su pueblo.

Recientemente, el cardenal Raymond Burke, adalid de los conservadores, declaró a la revista Vida Nueva: «Hay una fuerte sensación de que la Iglesia está como una nave sin timón». Y el mismo Francisco le confesó a un obispo amigo suyo, según cuenta el jesuita González Faus: «la derecha eclesial me está despellejando. Me acusan de desacralizar el papado».

Adelante, compañero Francisco, el pueblo avanza seguro de que la Iglesia pocas veces ha estado en mejores manos.

(Columna publicada en Exitosa Diario el 5 de noviembre de 2014)

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El Encuentro Mundial de Movimientos Populares se realizó a lo largo de tres días, del 27 al 29 de octubre de este año. Pero el momento central lo constituyó el discurso del Papa que, por su importancia, reproduzco a continuación en su totalidad.

Buenos días de nuevo, estoy contento de estar entre ustedes, además les digo una confidencia, es la primera vez que bajo acá, nunca había venido. Como les decía, tengo mucha alegría y les doy una calurosa bienvenida.

Gracias por haber aceptado esta invitación para debatir tantos graves problemas sociales que aquejan al mundo hoy, ustedes que sufren en carne propia la desigualdad y la exclusión. Gracias al Cardenal Turkson por su acogida. Gracias, Eminencia por su trabajo y sus palabras.

Este encuentro de Movimientos Populares es un signo, es un gran signo: vinieron a poner en presencia de Dios, de la Iglesia, de los pueblos, una realidad muchas veces silenciada. ¡Los pobres no sólo padecen la injusticia sino que también luchan contra ella!

No se contentan con promesas ilusorias, excusas o coartadas. Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONGs, planes asistenciales o soluciones que nunca llegan o, si llegan, llegan de tal manera que van en una dirección o de anestesiar o de domesticar. Esto es medio peligroso. Ustedes sienten que los pobres ya no esperan y quieren ser protagonistas, se organizan, estudian, trabajan, reclaman y, sobre todo, practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres, y que nuestra civilización parece haber olvidado, o al menos tiene muchas ganas de olvidar.

Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en una mala palabra, no se puede decir; pero es una palabra mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero: los desplazamientos forzados, las emigraciones dolorosas, la trata de personas, la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de ustedes sufren y que todos estamos llamados a transformar. La solidaridad, entendida, en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los movimientos populares.

Este encuentro nuestro no responde a una ideología. Ustedes no trabajan con ideas, trabajan con realidades como las que mencioné y muchas otras que me han contado… tienen los pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha! Queremos que se escuche su voz que, en general, se escucha poco. Tal vez porque molesta, tal vez porque su grito incomoda, tal vez porque se tiene miedo al cambio que ustedes reclaman, pero sin su presencia, sin ir realmente a las periferias, las buenas propuestas y proyectos que a menudo escuchamos en las conferencias internacionales se quedan en el reino de la idea, es mi proyecto.

No se puede abordar el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos. Qué triste ver cuando detrás de supuestas obras altruistas, se reduce al otro a la pasividad, se lo niega o peor, se esconden negocios y ambiciones personales: Jesús les diría hipócritas. Qué lindo es en cambio cuando vemos en movimiento a Pueblos, sobre todo, a sus miembros más pobres y a los jóvenes. Entonces sí se siente el viento de promesa que aviva la ilusión de un mundo mejor. Que ese viento se transforme en vendaval de esperanza. Ese es mi deseo.

Este encuentro nuestro responde a un anhelo muy concreto, algo que cualquier padre, cualquier madre quiere para sus hijos; un anhelo que debería estar al alcance de todos, pero hoy vemos con tristeza cada vez más lejos de la mayoría: tierra, techo y trabajo. Es extraño pero si hablo de esto para algunos resulta que el Papa es comunista.

No se entiende que el amor a los pobres está al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia. Voy a detenerme un poco en cada uno de éstos porque ustedes los han elegido como consigna para este encuentro.

Tierra. Al inicio de la creación, Dios creó al hombre, custodio de su obra, encargándole de que la cultivara y la protegiera. Veo que aquí hay decenas de campesinos y campesinas, y quiero felicitarlos por custodiar la tierra, por cultivarla y por hacerlo en comunidad. Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no por guerras o desastres naturales. El acaparamiento de tierras, la desforestación, la apropiación del agua, los agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al hombre de su tierra natal. Esta dolorosa separación, que no es sólo física, sino existencial y espiritual, porque hay una relación con la tierra que está poniendo a la comunidad rural y su peculiar modo de vida en notoria decadencia y hasta en riesgo de extinción.

La otra dimensión del proceso ya global es el hambre. Cuando la especulación financiera condiciona el precio de los alimentos tratándolos como a cualquier mercancía, millones de personas sufren y mueren de hambre. Por otra parte se desechan toneladas de alimentos. Esto constituye un verdadero escándalo. El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable. Sé que algunos de ustedes reclaman una reforma agraria para solucionar alguno de estos problemas, y déjenme decirles que en ciertos países, y acá cito el Compendio de la Doctrina Social de la IGLESIA, «la reforma agraria es además de una necesidad política, una obligación moral» (CDSI, 300).

No lo digo solo yo, está en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Por favor, sigan con la lucha por la dignidad de la familia rural, por el agua, por la vida y para que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra.

Segundo, Techo. Lo dije y lo repito: una casa para cada familia. Nunca hay que olvidarse que Jesús nació en un establo porque en el hospedaje no había lugar, que su familia tuvo que abandonar su hogar y escapar a Egipto, perseguida por Herodes. Hoy hay tantas familias sin vivienda, o bien porque nunca la han tenido o bien porque la han perdido por diferentes motivos. Familia y vivienda van de la mano. Pero, además, un techo, para que sea hogar, tiene una dimensión comunitaria: y es el barrio… y es precisamente en el barrio donde se empieza a construir esa gran familia de la humanidad, desde lo más inmediato, desde la convivencia con los vecinos. Hoy vivimos en inmensas ciudades que se muestran modernas, orgullosas y hasta vanidosas. Ciudades que ofrecen innumerables placeres y bienestar para una minoría feliz… pero se le niega el techo a miles de vecinos y hermanos nuestros, incluso niños, y se los llama, elegantemente, «personas en situación de calle». Es curioso como en el mundo de las injusticias, abundan los eufemismos. No se dicen las palabras con la contundencia y la realidad se busca en el eufemismo. Una persona, una persona segregada, una persona apartada, una persona que está sufriendo la miseria, el hambre, es una persona en situación de calle: palabra elegante ¿no? Ustedes busquen siempre, por ahí me equivoco en alguno, pero en general, detrás de un eufemismo hay un delito.

Vivimos en ciudades que construyen torres, centros comerciales, hacen negocios inmobiliarios… pero abandonan a una parte de sí en las márgenes, las periferias. ¡Cuánto duele escuchar que a los asentamientos pobres se los margina o, peor, se los quiere erradicar! Son crueles las imágenes de los desalojos forzosos, de las topadoras derribando casillas, imágenes tan parecidas a las de la guerra. Y esto se ve hoy.

Ustedes saben que en las barriadas populares donde muchos de ustedes viven subsisten valores ya olvidados en los centros enriquecidos. Los asentamientos están bendecidos con una rica cultura popular: allí el espacio público no es un mero lugar de tránsito sino una extensión del propio hogar, un lugar donde generar vínculos con los vecinos. Qué hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo. Qué lindas son las ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro. Por eso, ni erradicación ni marginación: Hay que seguir en la línea de la integración urbana. Esta palabra debe desplazar totalmente a la palabra erradicación, desde ya, pero también esos proyectos que pretender barnizar los barrios pobres, aprolijar las periferias y maquillar las heridas sociales en vez de curarlas promoviendo una integración auténtica y respetuosa. Es una especie de arquitectura de maquillaje ¿no? Y va por ese lado. Sigamos trabajando para que todas las familias tengan una vivienda y para que todos los barrios tengan una infraestructura adecuada (cloacas, luz, gas, asfalto, y sigo: escuelas, hospitales o salas de primeros auxilios, club deportivo y todas las cosas que crean vínculos y que unen, acceso a la salud -lo dije- y a la educación y a la seguridad en la tenencia.

Tercero, Trabajo. No existe peor pobreza material – me urge subrayarlo-, no existe peor pobreza material, que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo. El desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales no son inevitables, son resultado de una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima del hombre, si el beneficio es económico, sobre la humanidad o sobre el hombre, son efectos de una cultura del descarte que considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar.

Hoy, al fenómeno de la explotación y de la opresión se le suma una nueva dimensión, un matiz gráfico y duro de la injusticia social; los que no se pueden integrar, los excluidos son desechos, «sobrantes». Esta es la cultura del descarte y sobre esto quisiera ampliar algo que no tengo escrito pero se me ocurre recordarlo ahora. Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona humana. Sí, al centro de todo sistema social o económico tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el denominador del universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de valores.

Y, para graficar, recuerdo una enseñanza de alrededor del año 1200. Un rabino judío explicaba a sus feligreses la historia de la torre de babel y entonces contaba cómo, para construir esta torre de babel, había que hacer mucho esfuerzo había que fabricar los ladrillos, para fabricar los ladrillos había que hacer el barro y traer la paja, y amasar el barro con la paja, después cortarlo en cuadrado, después hacerlo secar, después cocinarlo, y cuando ya estaban cocidos y fríos, subirlos para ir construyendo la torre.

Si se caía un ladrillo, era muy caro el ladrillo con todo este trabajo, si se caía un ladrillo era casi una tragedia nacional. Al que lo dejaba caer lo castigaban o lo suspendían o no sé lo que le hacían, y si caía un obrero no pasaba nada. Esto es cuando la persona está al servicio del dios dinero y esto lo contaba un rabino judío en el año 1200 explicaba estas cosas horribles.

Y respecto al descarte también tenemos que ser un poco atentos a lo que sucede en nuestra sociedad. Estoy repitiendo cosas que he dicho y que están en la Evangelii Gaudium. Hoy día, se descartan los chicos porque el nivel de natalidad en muchos países de la tierra ha disminuido o se descartan los chicos por no tener alimentación o porque se les mata antes de nacer, descarte de niños.

Se descartan los ancianos, porque, bueno, no sirven, no producen, ni chicos ni ancianos producen, entonces con sistemas más o menos sofisticados se les va abandonando lentamente, y ahora, como es necesario en esta crisis recuperar un cierto equilibrio, estamos asistiendo a un tercer descarte muy doloroso, el descarte de los jóvenes. Millones de jóvenes, yo no quiero decir la cifra porque no la sé exactamente y la que leí me parece un poco exagerada, pero millones de jóvenes descartados del trabajo, desocupados.

En los países de Europa, y estas si son estadísticas muy claras, acá en Italia, pasó un poquitito del 40% de jóvenes desocupados; ya saben lo que significa 40% de jóvenes, toda una generación, anular a toda una generación para mantener el equilibrio. En otro país de Europa está pasando el 50% y en ese mismo país del 50% en el sur el 60%, son cifras claras, óseas del descarte. Descarte de niños, descarte de ancianos, que no producen, y tenemos que sacrificar una generación de jóvenes, descarte de jóvenes, para poder mantener y reequilibrar un sistema en el cual en el centro está el dios dinero y no la persona humana.

Pese a esto, a esta cultura del descarte, a esta cultura de los sobrantes, tantos de ustedes, trabajadores excluidos, sobrantes para este sistema, fueron inventando su propio trabajo con todo aquello que parecía no poder dar más de sí mismo… pero ustedes, con su artesanalidad, que les dio Dios… con su búsqueda, con su solidaridad, con su trabajo comunitario, con su economía popular, lo han logrado y lo están logrando…. Y déjenme decírselo, eso además de trabajo, es poesía. Gracias.

Desde ya, todo trabajador, esté o no esté en el sistema formal del trabajo asalariado, tiene derecho a una remuneración digna, a la seguridad social y a una cobertura jubilatoria. Aquí hay cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas, todo tipo de cooperativistas y trabajadores de oficios populares que están excluidos de los derechos laborales, que se les niega la posibilidad de sindicalizarse, que no tienen un ingreso adecuado y estable. Hoy quiero unir mi voz a la suya y acompañarlos en su lucha.

En este Encuentro, también han hablado de la Paz y de Ecología. Es lógico: no puede haber tierra, no puede haber techo, no puede haber trabajo si no tenemos paz y si destruimos el planeta. Son temas tan importantes que los Pueblos y sus organizaciones de base no pueden dejar de debatir. No pueden quedar sólo en manos de los dirigentes políticos. Todos los pueblos de la tierra, todos los hombres y mujeres de buena voluntad, tenemos que alzar la voz en defensa de estos dos preciosos dones: la paz y la naturaleza. La hermana madre tierra como la llamaba San Francisco de Asís.

Hace poco dije, y lo repito, que estamos viviendo la tercera guerra mundial pero en cuotas. Hay sistemas económicos que para sobrevivir deben hacer la guerra. Entonces se fabrican y se venden armas y, con eso los balances de las economías que sacrifican al hombre a los pies del ídolo del dinero, obviamente quedan saneadas. Y no se piensa en los niños hambrientos en los campos de refugiados, no se piensa en los desplazamientos forzosos, no se piensa en las viviendas destruidas, no se piensa, desde ya, en tantas vidas segadas. Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción, cuánto dolor. Hoy, queridos hermanas y hermanos, se levanta en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón y en los movimientos populares, el grito de la paz: ¡Nunca más la guerra!

Un sistema económico centrado en el dios dinero necesita también saquear la naturaleza, saquear la naturaleza, para sostener el ritmo frenético de consumo que le es inherente. El cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la desforestación ya están mostrando sus efectos devastadores en los grandes cataclismos que vemos, y los que más sufren son ustedes, los humildes, los que viven cerca de las costas en viviendas precarias o que son tan vulnerables económicamente que frente a un desastre natural lo pierden todo. Hermanos y hermanas: la creación no es una propiedad, de la cual podemos disponer a nuestro gusto; ni mucho menos, es una propiedad sólo de algunos, de pocos: la creación es un don, es un regalo, un don maravilloso que Dios no ha dado para que cuidemos de él y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre con respeto y gratitud. Ustedes quizá sepan que estoy preparando una encíclica sobre Ecología: tengan la seguridad que sus preocupaciones estarán presentes en ella. Les agradezco, aprovecho para agradecerles, la carta que me hicieron llegar los integrantes de la Vía Campesina, la Federación de Cartoneros y tantos otros hermanos al respecto.

Hablamos de la tierra, de trabajo, de techo… hablamos de trabajar por la paz y cuidar la naturaleza… Pero ¿por qué en vez de eso nos acostumbramos a ver como se destruye el trabajo digno, se desahucia a tantas familias, se expulsa a los campesinos, se hace la guerra y se abusa de la naturaleza? Porque en este sistema se ha sacado al hombre, a la persona humana, del centro y se lo ha reemplazado por otra cosa. Porque se rinde un culto idolátrico al dinero. Porque se ha globalizado la indiferencia!, se ha globalizado la indiferencia: a mí ¿qué me importa lo que les pasa a otros mientras yo defienda lo mío? Porque el mundo se ha olvidado de Dios, que es Padre; se ha vuelto huérfano porque dejó a Dios de lado.

Algunos de ustedes expresaron: Este sistema ya no se aguanta. Tenemos que cambiarlo, tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos. Hay que hacerlo con coraje, pero también con inteligencia. Con tenacidad, pero sin fanatismo. Con pasión, pero sin violencia. Y entre todos, enfrentando los conflictos sin quedar atrapados en ellos, buscando siempre resolver las tensiones para alcanzar un plano superior de unidad, de paz y de justicia. Los cristianos tenemos algo muy lindo, una guía de acción, un programa, podríamos decir, revolucionario. Les recomiendo vivamente que lo lean, que lean las bienaventuranzas que están en el capítulo 5 de San Mateo y 6 de San Lucas, (cfr. Mt 5, 3 y Lc 6, 20) y que lean el pasaje de Mateo 25. Se los dije a los jóvenes en Río de Janeiro, con esas dos cosas tiene el programa de acción.

Sé que entre ustedes hay personas de distintas religiones, oficios, ideas, culturas, países, continentes. Hoy están practicando aquí la cultura del encuentro, tan distinta a la xenofobia, la discriminación y la intolerancia que tantas veces vemos. Entre los excluidos se da ese encuentro de culturas donde el conjunto no anula la particularidad, el conjunto no anula la particularidad. Por eso a mí me gusta la imagen del poliedro, una figura geométrica con muchas caras distintas. El poliedro refleja la confluencia de todas las parcialidades que en él conservan la originalidad. Nada se disuelve, nada se destruye, nada se domina, todo se integra, todo se integra. Hoy también están buscando esa síntesis entre lo local y lo global. Sé que trabajan día tras día en lo cercano, en lo concreto, en su territorio, su barrio, su lugar de trabajo: los invito también a continuar buscando esa perspectiva más amplia, que nuestros sueños vuelen alto y abarquen el todo.

De ahí que me parece importante esa propuesta que algunos me han compartido de que estos movimientos, estas experiencias de solidaridad que crecen desde abajo, desde el subsuelo del planeta, confluyan, estén más coordinadas, se vayan encontrando, como lo han hecho ustedes en estos días. Atención, nunca es bueno encorsetar el movimiento en estructuras rígidas, por eso dije encontrarse, mucho menos es bueno intentar absorberlo, dirigirlo o dominarlo; movimientos libres tiene su dinámica propia, pero sí, debemos intentar caminar juntos. Estamos en este salón, que es el salón del Sínodo viejo, ahora hay uno nuevo, y sínodo quiere decir precisamente «caminar juntos»: que éste sea un símbolo del proceso que ustedes han iniciado y que están llevando adelante.

Los movimientos populares expresan la necesidad urgente de revitalizar nuestras democracias, tantas veces secuestradas por innumerables factores. Es imposible imaginar un futuro para la sociedad sin la participación protagónica de las grandes mayorías y ese protagonismo excede los procedimientos lógicos de la democracia formal. La perspectiva de un mundo de paz y justicia duraderas nos reclama superar el asistencialismo paternalista, nos exige crear nuevas formas de participación que incluya a los movimientos populares y anime las estructuras de gobiernos locales, nacionales e internacionales con ese torrente de energía moral que surge de la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común. Y esto con ánimo constructivo, sin resentimiento, con amor.

Yo los acompaño de corazón en ese camino. Digamos juntos desde el corazón: Ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ninguna persona sin la dignidad que da el trabajo. Queridos hermanas y hermanos: sigan con su lucha, nos hacen bien a todos. Es como una bendición de humanidad. Les dejo de recuerdo, de regalo y con mi bendición, unos rosarios que fabricaron artesanos, cartoneros y trabajadores de la economía popula de América Latina.

Y en este acompañamiento rezo por ustedes, rezo con ustedes y quiero pedirle a nuestro Padre Dios que los acompañe y los bendiga, que los colme de su amor y los acompañe en el camino dándoles abundantemente esa fuerza que nos mantiene en pie: esa fuerza es la esperanza, la esperanza que no defrauda, gracias.

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FUENTES

Religión Digital
Francisco: “Reclamar tierra, techo y trabajo no es comunista, es la doctrina social de la Iglesia” (28 de octubre de 2014)
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2014/10/28/francisco-reclamar-tierra-techo-y-trabajo-no-es-comunista-es-la-doctrina-social-de-la-iglesia-religion-iglesia-vaticano-movimientos-populares.shtml

Vida Nueva
Raymond Leo Burke: “A muchos les parece que la nave de la Iglesia ha perdido la brújula” (30.10.2014)
http://www.vidanueva.es/2014/10/30/raymond-leo-burke-a-muchos-les-parece-que-la-nave-de-la-iglesia-ha-perdido-la-brujula/

José Ignacio González Faus
¿Desacralizar el papado? (20.10.2014)
http://blogs.periodistadigital.com/miradas-cristianas.php/2014/10/20/idesacralizar-el-papado-

La Declaración Final del Encuentro Mundial de Movimientos Populares se puede leer aquí:
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2014/10/30/religion-iglesia-vaticano-solidaridad-papa-francisco-excluidos-sistema-pobres-hoac-encuentro-movimientos-populares-vaticano.shtml

42 pensamientos en “EL COMPAÑERO FRANCISCO

  1. O sea el Papa dijo :
    «Aquí hay cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas, todo tipo de cooperativistas y trabajadores de oficios populares que están excluidos de los derechos laborales, que se les niega la posibilidad de sindicalizarse, que no tienen un ingreso adecuado y estable. HOY QUIERO UNIR MI VOZ A LA SUYA Y ACOMPAÑARLOS EN SU L U C H A».

    Ahora no vendrá la derecha en la Iglesia con que el Papa es marxista, o algo por allí ? 😀

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  2. Hubieran sido Luis Fernando Figari (sodalicium) o Josemaría Escrivá (opus dei) – alguna vez a lo largo de todas sus vidas – capaces de pronunciar palabras como esas ?

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  3. ¿Y el purpurado Burke, con su capa más larga que la cola de un vestido de novia, dice que la Iglesia «no tiene rumbo» porque Francisco no ha puesto el énfasis en su agenda moral medieval? ¡Nunca la Iglesia ha sido más fiel al Evangelio, amando al prójimo como Cristo, y no fastidiando con reglas y rituales, como los fariseos!

    Saludos.

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  4. Y no creo que sean capaces, siguen hablando del diablo y que el mundo está en su contra, que los homosexuales y su agenda y más bla bla bla, pero de los derechos de los trabajadores él no a la explotación laboral ( si ellos mismos explotan a sus trabajadores) ni lo mencionan.
    Que extrañó ellos siempre están hablando que Latinoamérica es la esperanza del cristianismo y que Europa esta jodida moralmente, pero en muchos países de Europa no ves niños trabajando no ves tanta corrupción y cosas que pasan en nuestros religiosos países.
    Explotar laboralmente a las personas me parece una de las peores inmoralidades.

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    • «Explotar laboralmente a las personas me parece una de las peores inmoralidades.»
      – De hecho lo es !

      – Y lo más triste de eso es hacerlo con la pretensión de realizarlo en nombre de Xto. Semejante hipocresía.
      Cuándo Figari o Escrivá defendieron los derechos de los trabajadores ? Cuando pensaron sodalicio o opus dei en una estrategia para combatir la injusticia, o entender la solidaridad en función al problema estructural que todos conocemos, y que se menciona en el Magisterio de la Iglesia ?
      Pero para atacar al Papa, dejando que lo ataquen los de su ala, la derecha eclesial – para atacarlo solapadamente > allí sí están buenos !

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  5. ¡Por fin el Papa destituyó a Burke de su alto cargo en la Curia! ¿Cuándo será que alguien desplace a Bermúdez por todo el veneno y odio que destila en sus formas de comunicación? El pésimo manejo que ha hecho en CASI de esta destitución es muestra de su doble juego, oscilando entre la simulación de lealtad al Papa y la abierta rebeldía, al «conservadurizar» todo cuanto ocurre en la Iglesia. ¡Qué tipo tan nefasto!

    Saludos.

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    • Bueno el Catecismo les pide vivir la castidad a los homosexuales y el Papa cita al Catecismo, el Papa está equivocado? O aún le falta un empujoncito para aceptar las parejas homosexuales en la Iglesia?

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      • El Catecismo habla de dos cosas: el carácter involuntario de la tendencia homosexual y que los homosexuales deben ser acogidos con respeto, delicadeza, compasión, etc. (discurso compasivo y acogedor) y, por otro lado, afirma que como tendencia y como práctica es objetiva e intrínsecamente desordenada, depravación grave, que no puede recibir aprobación en ningún caso y que, por ende, deben ser castos, etc. (discurso condenatorio). Se supone que tienen coherencia, pero parecen como dos discursos, pudiéndose enfatizar uno u otro, sin negar al otro. En mi impresión, el Papa Francisco ha enfatizado el primer elemento que menciono (el respeto e inclusión, por la esencial condición humana y el derecho de todos a relacionarse con Dios, porque la Iglesia debe acompañar a todos en su condición y porque Dios nos ha hecho libres y no es posible una injerencia espiritual en la vida personal) sin enfatizar, casi ni mencionar, pero tampoco negar, lo segundo; incluso ha afirmado que se debe hablar de ello siempre «en un contexto» y que no es necesario estar hablando de esas cosas «sin cesar».

        En otras palabras, en mi opinión el Papa asume que se debe partir de la idea de que toda persona merece ser acogida y relacionarse con Dios, pese a su condición y/o debilidades, pues todos somos igualmente pecadores y nadie puede lapidar a nadie, ni obsesionarse con ver pajas en ojos ajenos, pues todos tenemos vigas en los propios. Al igual que la homosexualidad, el Catecismo califica a la masturbación como un «acto intrínseca y gravemente desordenado» y condena todo deseo o placer sexual sin intención procreativa. ¿Qué tanto se enfatiza esto? La Biblia condena innumerables veces (muchas más que a la homosexualidad) a la usura (todo préstamo con intereses), y la Iglesia condenó enfáticamente este pecado por muchos siglos (Dante colocaba en el mismo infierno a sodomitas y usureros, en el anillo interior del séptimo infierno) y hoy en día nadie habla de este pecado tan condenado en la Edad Media (y hasta 1831, cuando ya era letra tan muerta, que simplemente se retiró como pecado), sino que se hallaron infinidad de subterfugios morales y teológicos para ‘desculpabilizar’ esta práctica, pese a todo lo que dice la Biblia y la Tradición al respecto. Es decir: es posible no enfatizar el carácter pecaminoso de algún acto (sin cambios doctrinales) y también, aunque a más largo plazo, son posibles los cambios doctrinales, pese a lo que insistan los ultraconservadores.

        Para mí, a lo que apunta la tendencia del Papa es lo idóneo: un cambio de tono, de énfasis, aceptando sin juzgar, pues las opciones son dos: o se fomenta la homofobia y se excluye a los homosexuales, orillándolos a alejarse de Dios (se diga lo que se diga, ésta es la postura conservadora, donde la acogida y compasión queda en simple hipocresía, pues no ocultan su asco hacia los homosexuales), o se acepta a todos en su condición, partiendo del principio de que todos somos pecadores y que todos estamos llamados por igual a la santidad y la conversión (¿acaso gente como Burke o Bermúdez no conocen la soberbia o la ira?, ¿sólo la lujuria es condenable? Como decimos en México: o todos coludos o todos rabones). Basta ya de juzgar y condenar; si me condeno por ser homosexual (estoy convencido de que si me condeno no será por eso), será mi responsabilidad, es asunto de mi conciencia, de mi libertad, de mi relación con Dios; pero los ultraconservadores no se imaginan cuánto odio destilan y cuánto daño hacen al insistir obsesivamente en condenar públicamente a la homosexualidad, cuánto enferman las mentes de los padres para repudiar a sus hijos, cuántos suicidios propician indirectamente, cuánta represión absurda y amargadora generan. Estoy cansado, harto, fastidiado de que curas ignorantes o laicos psicópatas se dediquen a decirme que estoy mal.

        Saludos.

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      • Bien dicho Merodak, una lección en humanismo cristiano. La Iglesia Católica es Iglesia por sus puertas abiertas y no por el moralismo guachimanista de instituciones que a puertas cerradas se esconden a hacer finalmente lo que ellos mismos discriminan, inclusive cosas que sí son realmente malas, como la pederastía o la pedofilia.

        Jorge, Martin ya te aclaró que el catecismo no es infalible, le dijiste «sí» y ahora repites el mismo argumento ?

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      • Gracias por tu respuesta, si me permites responderte. Concuerdo en tu interpretación del Catecismo, una persona no puede ser condenada nunca por sus tendencias más si por sus actos, eso es lo que muestra el Catecismo. Y un bautizado siempre tiene la dignidad de ser hijo de Dios y un no bautizado la dignidad intrínseca que todo ser humano tiene. Esto también es enseñado por el Catecismo. Pero creo que el Papa Francisco lo que busca es un cambio en la Pastoral de la Iglesia, es decir, mostrar el anuncio del evangelio, y no enfocarse únicamente en el tema condenatorio o de pecado; pero y aquí me permito discrepar contigo, el Papa no deja de lado nunca el anuncio condenatorio de los actos personales. Por eso la cita en la entrevista es completa. Jesús, también hacía lo mismo, acogía al pecador y le pedía un cambio. Él nunca condenó a alguien sino que acoge a la persona y le muestra la Salvación y luego le pide un cambio, un cambio de vida, conversión. Eso es lo que el Papa Francisco quiere que nos enfoquemos, involucrarnos con las personas y ayudarlas, mostrarles a Jesús y su Buena Nueva y luego vendrá la conversión si la persona lo desea. Eso es lo que hacía Jesús. Claro que se tiene que acompañar a todos pero no se puede dejar de lado, y el Papa no lo hace en la frase que he citado, la petición de una vida de acuerdo a lo que la Iglesia te pide (sustentada en la Palabra de Dios). Ahora bien de esta posición se derivan dos puntos, una persona que convive y tiene una pareja del mismo sexo puede ser acogida en la Iglesia? Claro que sí, pero si sabiendo lo que la Iglesia le pide no quiere dejar de convivir con su pareja ni dejar de tener relaciones sexuales, lo mejor no sería que se cuestione realmente si debe continuar relacionándose con Dios dentro de la Iglesia, ¿eso no es coherencia ante la condena de las propias opciones personales? Lo mismo opino para el caso de los usureros, ladrones, empresarios que no pagan impuestos ni sueldos a sus trabajadores, infieles, etc, que deciden no convertirse ni hacer el esfuerzo por mantenerse libres de pecado. Si no hay una intención de cambiar, de abandonar la vida pasada, dónde queda la frase del Señor: “Anda y no peques más”. Aquí hay un punto interesante tú consideras que los actos homosexuales no son pecados, eso la Iglesia no lo enseña y el Papa tampoco ha cambiado esa doctrina.

        El Sínodo ha sido claro por ejemplo, repite claramente la enseñanza del Catecismo y de la Iglesia en este tema, inclusive con más dureza de la esperada por muchos: «Non esiste fondamento alcuno per assimilare o stabilire analogie, neppure remote, tra le unioni omosessuali e il disegno di Dio sul matrimonio e la famiglia»
        Si caemos en nuestra debilidad debemos levantarnos con el propósito de enmienda y hacer el esfuerzo serio de no volver a caer en el mismo pecado. Pero también hay que tomar opciones radicales, una vez que se decide seguir a Jesús en la Iglesia Católica. Este tema que comento desde una óptica distinta a la tuya es muy apasionante, como acoger en su debilidad a las personas homosexuales tomando por completo en cuenta lo que señala la Biblia, el Magisterio y la Tradición sobre los actos homosexuales, será un tema para discutir todo un año antes del Sínodo y después se continuará discutiendo.
        Sobre la usura, el Catecismo también la menciona y de manera muy fuerte:
        2269. Los traficantes cuyas prácticas usurarias y mercantiles provocan el hambre y la muerte de sus hermanos los hombres, cometen indirectamente un homicidio. Este les es imputable (Cf. Am 8, 4-10).
        2438 Diversas causas, de naturaleza religiosa, política, económica y financiera, confieren hoy a la cuestión social “una dimensión mundial” (SRS 9). Es necesaria la solidaridad entre las naciones cuyas políticas son ya interdependientes. Es todavía más indispensable cuando se trata de acabar con los “mecanismos perversos” que obstaculizan el desarrollo de los países menos avanzados (Cf. SRS 17; 45). Es preciso sustituir los sistemas financieros abusivos, si no usurarios (Cf. CA 35), las relaciones comerciales inicuas entre las naciones, la carrera de armamentos, por un esfuerzo común para movilizar los recursos hacia objetivos de desarrollo moral, cultural y económico “redefiniendo las prioridades y las escalas de valores”(CA 28).

        ¿Quién sacó a la usura de la categoría de pecados? Ambos números del Catecismo se encuentran en la parte de los Mandamientos, al igual que la homosexualidad. No ha habido ningún cambio doctrinal, o acaso la Iglesia promueve la usura? Porque lo que planteas es que se deje de lado el aspecto pecaminoso de los actos homosexuales, se acepten y se bendigan.

        Pero decir que los actos homosexuales son pecaminosos no significa que a uno le den asco los homosexuales, quizás tú quieras que te acepten con todo, pues no es posible, la Iglesia no lo hace con los actos homosexuales, eso no es un tema de ultraconservadores, es un tema de la Iglesia. Se aceptan a todas las personas y todos estamos llamados a la santidad y conversión. ¿Te convertirías para dejar de tener actos homosexuales? Eso es lo que plantea el Papa y la Iglesia. Y lo mismo plantea a los soberbios, vanidosos, fariseos, ladrones, lujuriosos, infieles, etc. Pues hasta este momento ya podrás concluir que tanto el Papa al citar el Catecismo, como yo al respaldar su posición te estamos diciendo que están mal los actos homosexuales. Saludos.

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      • Gerundio, Martín tiene una postura que yo no he respaldado, ningún Papa la ha respaldado, y si quieres ver mi respuesta textual es la siguiente:
        «Gracias Martín, respuesta clara. Solo un pequeño comentario, el Papa hace mal en señalar el Catecismo en la siguiente respuesta?: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia Católica lo explica de una forma muy bella a esto.”

        Como verás no acepto la manera como plantea la importancia del Catecismo de la Iglesia, le doy gracias por su respuesta y le digo que su respuesta es clara, le digo que es correcta?. Inclusive lanzo una pregunta adicional.

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      • Hola, Jorge. Gracias por su respuesta.

        Conozco los ‘argumentos’ contra la homosexualidad, la doctrina de la Iglesia al respecto y la ‘única’ posibilidad que tengo (tenemos los homosexuales) de ser acogidos en la Iglesia, pese a lo que dice el Catecismo: la castidad absoluta; también conozco la ambigüedad del discurso del Papa, que permite que los ‘ortodoxos’ lo aplaudan, y lo aplauda Elton John. Lo que sucede es que la Iglesia se ha enredado en un edificio de infalibilidades, apriorismo, fariseísmo y contradicciones. Me explico: infalibilidades, porque, aunque sólo es dogma lo definido como tal, resulta que no se puede ni chistar ante la mínima doctrina de nota a pie de página en el Catecismo o cualquier documento oficial, urdiendo un edificio de certezas infalibles e inmutables, que le pesan demasiado; apriorismo, porque parte de un esquematismo idealista sobre la naturaleza humana (muy fiel a Aristóteles, pero que recuerda más a Platón) que está alejado de la realidad humana (si quiero acercarme a Dios, debo dejar a mi pareja de 15 años, porque no somos complementarios, no nos amamos realmente, hacemos simulacros sexuales, mímicas, nos ‘hacemos daño’, porque eso dice un texto construido por un grupo de célibes infalibles, y sólo así seré fiel al Evangelio, aunque Cristo ni mencionó media palabra sobre la homosexualidad ni prescribió la castidad, salvo como vocación, y ¿esto me dice algo?, ¿esto le dice algo a la gente?, ¿esto parte del conocimiento de la vida humana, más allá de apriorismos deductivistas?, ¿esto es ‘acoger’? -tan incómoda es la palabra ‘acoger’ que se quitó del documento final del Sínodo, aunque está en el Catecismo-. Esto es indolencia pura, como, por ejemplo, pretender obligar a una mujer a criar sola a sus hijos porque no puede volver a casarse, o que deje al hombre que la ama y le dio la mano pues de lo contrario está excomulgada); fariseísmo, porque tal parece que Cristo se desgastó siendo enérgico con esos hipócritas legalistas, para que sus infalibles seguidores instauraran un neo fariseísmo (¿acaso los mismos apóstoles no abandonaron reglas arcaicas, sencillamente por inviables, como la circuncisión?); y contradicciones, porque «donde dije digo, digo Diego», nos acogen, no damos asco, pero se les llena la boca llamándonos abominación, diciendo que destruimos la sociedad y la familia, que somos análogos a la zoofilia, clamadores de la ira de Dios, etc., etc. Claro, es mucho pedir esperar respeto y reconocimiento de nuestra condición personal, más allá de prejuicios, pues hasta los derechos humanos más elementales los regatean; por ejemplo, los grupitos ultras tienen derecho a gritarnos «God hates fags!», como lo hacen los bautistas gringos, y que nadie atente contra su derecho inalienable a insultarnos, pero nosotros no tenemos derecho a esperar reconocimiento y respaldo del Estado para nuestras uniones, porque eso «no es un derecho». ¡Cuánta congruencia! No tienen ni la más remota idea de lo que significa una sociedad laica y plural.

        En fin, tiene Ud. razón en dos cosas: yo no puedo pretender convencer a nadie, ni que la Iglesia ajuste su doctrina (nunca lo ha hecho, ¿verdad?), pues tiene pleno derecho, infalibilidad, etc., para enseñar lo que le plazca, aceptar o rechazar a quien quiera, y poner las condiciones que guste; mi opción debe ser, sin duda, relacionarme con Dios ‘extra ecclesiam’, donde ‘nulla salus’ (¿o ya dejó de ser dogma? Ya no sé). Mi derecho sagrado a relacionarme con Dios choca con el derecho sagrado de la Iglesia de ser aduana estricta. Bien, me hago a un lado (de hecho, ya estoy a un lado desde que estoy con mi pareja, yendo a misa ocasionalmente y casi en el atrio, sin absolución, ni comunión, etc., porque la tendencia que decidí aceptar y vivir en vez de suicidarme, es una aberración para Dios, que espera de mí la castidad absoluta porque así lo interpreta la Iglesia). Es un asunto que resolví hace muchos años; asumo las consecuencias de mi identidad, de mis actos y de mi derecho a ser lo que soy. No espero un cambio de discurso en la Iglesia para mí, hace mucho que mi excomunión ‘de facto’ me tiene sin cuidado porque he superado las antropomorfizaciones pueriles sobre Dios de quienes viven con terror a Dios, en vez de amarlo y amar a los demás, sino que lo que me preocupa es lo que menciono al final en mi anterior comentario: que se fomenta el odio, la frustración, la exclusión, el rechazo hacia tantas personas, en especial adolescentes, que son tan vulnerables, y que muchas veces reciben de sus padres ignorantes, adoctrinados por la Iglesia (o la secta que sea), repudio, exigencia de cambio (son conducidos a las abominables ‘terapias de reconversión’, o a grupos de represión abyecta, como Courage), o simplemente deben abandonar a su familia, o suicidarse; eso se da, se da todos los días, y no se trata de victimización alguna, pues es una realidad, pero sin duda las reglas aprioristas y legalistas, al más puro estilo fariseo del «hombre para el sábado», que afirman que la homosexualidad es mala, porque es mala, sin argumento alguno, pesan más que la persona, que su dignidad, su tranquilidad, su realización, su vida misma.

        Sólo una última aclaración. Con todo respeto, creo que desconoce el tema de la usura que he mencionado. Los pasajes que Ud. señala son mínimos, indirectos y entienden por usura lo que quedó luego de una purga doctrinal muy paulatina. Lo explico brevemente. La usura es literalmente el cobro por el uso del dinero, es decir, todo cobro de intereses. La Biblia condena cuando menos unas 9 veces a la usura, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento. Jesús dice explícitamente, como obligación para todos, sin ambigüedad alguna: «presten sin esperar NADA en cambio» (Lucas 6, 35). Platón y, sobre todo, Aristóteles, condenaban la usura por considerarla antinatural, pues el dinero es estéril, no puede generar dinero. Basados en esto, los Padres de la Iglesia, los Concilios, la escolástica, los Papas, los reyes y emperadores, el Derecho canónico, etc., prohibieron y condenaron unánimemente la usura, que además se asociaba a los judíos deicidas, quienes la practicaban en la Edad Media (pensemos en ‘El mercader de Venecia’ de Shakespeare). A pesar de todo, el ascenso del capitalismo en la Baja Edad Media impulsó que los cristianos practicaran la usura (muchos mercaderes enriquecidos ‘invertían’ así su dinero). Lo interesante es que la misma Iglesia, en particular los Templarios, eran prestamistas (lo fue en las colonias españolas de América hasta las Reformas borbónicas). De tal modo, ocurrió algo importante a fines de la Edad Media: progresos de la reflexión económica (distinguir entre el dinero como medio de intercambio y como capital, que sí es productivo), distinguir entre ‘interés’ (cobro moderado) y ‘usura’ (cobro excesivo), títulos extrínsecos a los contratos de préstamo para establecer que, aunque el contrato mismo no generaba dinero alguno, las circunstancias del préstamo sí: ‘damnum emergens’, ‘lucrum cessans’, ‘periculum sortis’, ‘poena conventionalis’, ‘titulus legis civilis’, ‘stipendium laboris’, ‘ratio incertitudinis’, etc. Así se ajustó la doctrina, hasta que bajo el pontificado del papa Pío VIII, la Penitenciaría Apostólica publicó el 16 de septiembre de 1830 un rescripto que estipulaba la plena licitud del cobro de un interés ‘moderado’ en los préstamos monetarios, sin necesidad de justificarlo mediante algún título extrínseco. Le recomiendo el excelente texto «La bolsa y la vida» del eminente medievalista Jacques LeGoff o algunos buenos textos de historia del pensamiento económico, como el de Ferguson o el de Scheifler Amézaga.

        SE DICE: la Iglesia siempre se opuso al interés excesivo, hay continuidad doctrinal; FALSO: se oponía a todo interés, fiel a un mandato muy claro del Evangelio. SE DICE: la Iglesia sigue condenando la usura; VERDAD A MEDIAS: desde la ‘Rerum novarum’ y todas las encíclicas sobre asuntos sociales, y el mismo Catecismo, la mencionan muy poco o nada, y sólo como parte de los abusos económicos, no como una falta gravísima a la caridad, pecado antinatural, etc., como lo era en la Edad Media. SE DICE: la Iglesia reconoció los cambios en la ciencia económica que distinguieron entre dinero y capital, algo que no se sabía en la antigüedad ni la Edad Media; VERDAD A MEDIAS: Cristo es muy claro, y todos los pasajes bíblicos son unánimes; y si la Iglesia es tan abierta a la ciencia, ¿por qué sólo admite lo que le conviene? La despatologización de la homosexualidad por la OMS, los estudios biológicos que demuestran que en muchísimos mamíferos se dan comportamientos homosexuales, las evidencias sobre el carácter genético (por ende, natural) de la homosexualidad, lo patológico de la represión sexual, lo aberrante de las ‘terapias de reconversión’, los estudios de género, que son ciencia social (no ideología) y que demuestran la construcción social de los roles sexuales, etc., todo eso se ignora, se combate, se pretende refutar, tapando con ello el sol con un dedo. Eso es lo que convierte al Catecismo ‘infalible’ en letra muerta, porque se desfasa del conocimiento y de la realidad social. En vez de que la Iglesia combata a la cultura, como pretende Burke y la gente de su calaña, que ven al diablo hasta debajo de la cama, la Iglesia debe dialogar con la cultura, como lo propuso el Papa Juan XXIII y como, creo, lo propone Francisco.

        Pero repito lo que ya apunté: admito que no tengo derecho a esperar cambio alguno en la Iglesia, puede seguir siendo un selecto club de santos, obsesionada con los tabúes más arcaicos sobre la sexualidad, y yo reconozco que quedo al margen. Como afirma el lema inglés: ‘Dios y mi derecho’; más aún: ‘Dios y mi conciencia’.

        Saludos.

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      • Hola, gracias por responder a mi respuesta. Disculpa que no haya respondido antes.
        Discrepo por completo en que exista una ambigüedad en lo que el Papa enseña, en realidad lo que el Papa hace es vivir lo que el Catecismo explica, aceptar y no juzgar a las personas pero no aceptar que el matrimonio o uniones homosexuales sean conformes con la doctrina católica. Tú afirmas que hay un castillo de certezas infalibles e inmutables, esto se deriva de un solo sentido. La Iglesia solo es depositaria de lo que Dios ha manifestado a través de la Biblia y la tradición de la Iglesia. No puede cambiar esa enseñanza por más que se plantee que es desfasada, antigua, sin sentido, “poco humana”, “poco científica”, etc.
        Es muy curioso organizar solamente la fe en base a los 4 evangelios y a partir de ahí tratar de justificar que Dios quiere que aceptemos en la Iglesia Católica las relaciones homosexuales y que se pueda señalar que no son pecaminosas o que tampoco es pecaminoso establecer que las relaciones fuera del matrimonio son un pecado. Pues bien la enseñanza de la Iglesia Católica se sustenta y fundamenta en el total de la Revelación que incluye toda la Biblia y el Magisterio de la Iglesia, eso tú lo sabes, no te gusta porque cuestiona tus opciones personales, pero es así y seguirá siendo así. Si tomará la postura que tú tienes podría afirmar que Jesús no prohibió la Usura, total al afirmar que se debe prestar sin esperar nada a cambio se refiere únicamente a un préstamo de la ropa y no de dinero, total aplicado a un espacio histórico concreto. Si hiciera eso pues no tendría la necesidad de seguir para nada los mandatos que dio Jesús, todo sería interpretable y punto.
        Pregunto el Señor Jesús al pedirle a las personas no pequen más y exigirles un cambio de vida, ¿no los acogía? Claro que está en el Sínodo, pues el documento cita el Catecismo como fuente del punto que menciona la homosexualidad. No es indolencia decirle a las personas que sus actos son pecaminosos. Al contrario la verdad siempre nos hará libres y permitirá que las personas opten mejor. Es mejor actuar conociendo la verdad completa. ¿Neo fariseísmo en el tema del divorcio? Si claro, nuevamente si citas la Biblia te darás cuenta que no es así, Jesús dio pocas indicaciones muy claras una de ellas fue sobre el matrimonio y su indisolubilidad y las consecuencias de que una persona casada se junte con otra persona. Qué puedes decir ahí? ¿Qué se cambie todo para que las personas se sientan más alegres, más acogidas? Y bueno algunos lobbies de la Ideología de Género si tienen como objetivo desmontar la sociedad patriarcal que significa el matrimonio. Eso está en documentos y declaraciones, no se refiere a todos los homosexuales, pero si a los que como el Papa Francisco menciona: hacen lobbies. Alguien en la Iglesia ha dicho que está bien que les griten “God hates fags!”? Puedes darme la cita. O te refieres solo a los bautistas gringos que nada tienen que ver con la Iglesia Católica. Claro que tienen derecho a ser reconocidos jurídicamente, lo mismo que la unión de dos o más personas en poligamia, lo mismo que la unión solidaria entre dos viejitas y un sobrino o sobrina que las cuide; o entre un viejito y la enfermera que lo cuida desde hace más de 40 años. Todos debemos tener el derecho de ordenar la vida como nos plazca. Pero ninguno tiene derecho a cambiar la denominación de matrimonio que ha existido siempre, aunque ya se haya realizado. Ojo no existe un derecho humano al matrimonio de las personas del mismo sexo. De manera clara lo explica el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y también la Carta de los Derechos Humanos y estamos en una sociedad laica y plural.
        Sobre la Nulla salus te pido que revises el Catecismo y verás lo que enseña la Iglesia Católica. No es una interpretación de la Iglesia es una enseñanza directa en la Biblia y en el Magisterio de la Iglesia. No es algo sujeto a interpretación, lo siento.
        Es muy gracioso como usted señala que USTED si ama a Dios y a los demás y los que no aceptan que las relaciones homosexuales sean actos queridos por Dios no lo amen y no amen a los demás. Es realmente curiosa esta interpretación, también bastante antojadiza y farisea. Y sobre las causas que los actos homosexuales son perniciosos, por más que se expliquen para usted eso es incorrecto no existe ni la menor duda en su ser sobre este punto. Entonces perderíamos el tiempo discutiendo. La Iglesia enseña algo y lo seguirá haciendo y usted no quiere cambiar su conducta y sus opciones, pues bien las reglas están clarísimas y deberían seguir así. Pero todo ese rollo de los adolescentes que se suicidan y que son conducidos al odio propio, pues sabe una cosa, no se la creo, usted tiene un deseo que la Iglesia al final lo acepte o acepte su conducta y opciones; porqué será? Yo no lo sé.
        Gracias por su explicación sobre la usura. Revisaré toda la información que menciona, siempre es importante aprender un tema desconocido para uno.
        Sabía usted que la despatologización de la homosexualidad de la OMS se da como consecuencia de la despatologización de la homosexualidad por la APA? Y que la APA retira la categoría de enfermedad psiquiátrica a la homosexualidad en una votación por mayoría? Y que luego el promotor de este cambio, el doctor Nicholas Cummins, señale que el tema de la homosexualidad sea tratado como un tema político de derechos civiles antes que un hecho científico. Por lo tanto investigaciones posteriores han sido evitadas y prohibidas por ser políticamente incorrectas. Y los estudios de género tienen poco de ciencia social y mucho de ideología. Afirmar que el rol sexual es una construcción social es algo científico? Por favor. Sabías que hace unos años se cerró el Instituto de Género Nórdico NIKK por carecer de base científica en sus afirmaciones “científicas” sobre los roles de género y las políticas sociales y laborales. Esta decisión se toma luego de un documental en donde se expone claramente que los estudios de género son anticientíficos. El documental es de HARALD EIA, búscalo. Los estudios de género son ideológicos 100%.

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      • Te cito, Jorge:

        La Iglesia solo es depositaria de lo que Dios ha manifestado a través de la Biblia y la tradición de la Iglesia. No puede cambiar esa enseñanza por más que se plantee que es desfasada, antigua, sin sentido, “poco humana”, “poco científica”, etc.

        Es cierto que la Iglesia no puede cambiar la Palabra de Dios recibida a través de la Biblia y la Tradición. Pero eso no significa que no se puedan cambiar o dejar ciertas interpretaciones, que no reflejan toda la riqueza contenida en esa Palabra de Dios. Para colmo de los colmos, al igual que los fariseos en los tiempos de Jesús, los conservadores no suelen admitir que lo suyo es interpretación sino que identifican sus posiciones como enseñanzas directas de Dios que no admiten ninguna modificación. Ellos no interpretan, los demás sí.

        Francamente, no creo que la Palabra de Dios pueda reducirse a enunciados tan rígidos y semánticamente limitados. La Palabra de Dios es viva y son precisamente los cambios sin perder lo esencial los que demuestran su fecundidad y riqueza. Muestra de ello es el Concilio Vaticano II, que inició un cambio revolucionario en la Iglesia, bebiendo directamente de las fuentes. Y el Papa Francisco ha enarbolado la antorcha de ese cambio, para abrir nuevas fronteras para el Pueblo de Dios peregrino en este mundo. Y para acoger con los brazos abiertos a aquellos que se han alejado debido a la dureza inflexible de la carca conservadora y retrógrada.

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      • Jorge dijo : «Ahora bien de esta posición se derivan dos puntos, una persona que convive y tiene una pareja del mismo sexo puede ser acogida en la Iglesia? Claro que sí, pero si sabiendo lo que la Iglesia le pide no quiere dejar de convivir con su pareja ni dejar de tener relaciones sexuales, lo mejor no sería que se cuestione realmente si debe continuar relacionándose con Dios dentro de la Iglesia, ¿eso no es coherencia ante la condena de las propias opciones personales?».

        – Ycómo explicas que la intención del Papa Francisco era no juzgarlos, sino acoger a las parejas homosexuales en la EUCARISTÍA ?

        Porque los capitalistas achorados sí la reciben …

        ——-

        Aparte (Jorge, para variar) :
        Dijiste : «“Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?»

        – El Papa dijo «criticarlo» o «JUZGARLO» ?. Oooootra manipulación ???

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      • Gerundio, nuevamente vuelves a afirmar que el Papa quiere cambiar la doctrina de la Iglesia. En tu imaginario está que el Papa quiere cambiar la Iglesia y aceptar a las parejas homosexuales. No engañes. Y para dejar claro un tema, las personas homosexuales que tiene pareja, claro que pueden comulgar, se acercan en la cola de comunión y lo hacen. Nadie les prohibe salvo que el párroco sepa de su condición. Pero la Iglesia enseña y no ha cambiado para nada esta posición que comulgar en pecado mortal es motivo de condenación. Por lo tanto, quien comulgue sabe que lo hace en pecado mortal. Eso lo enseña la Iglesia y también el Papa.
        Vamos a poner completa la frase, pues ahora pretendes decir que manipulo. Aquí te dejo el enlace del diario el Mundo de España, que es de donde tomé la frase: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/29/internacional/1375094497.html. Hay otras fuentes que mencionan la palabra JUZGARLO. Lo importante es que el Papa inmediatamente hace mención a lo que enseña el CATECISMO (horror para Gerundio: el CATECISMO).

        En fin nada de manipulación.

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      • No Gerundio, el problema no es el CATECISMO, que no es FALIBLE en temas de fe y aquí hablamos de temas de fe. El CATECISMO también habla de la resurrección y tampoco es un hecho científico. El problema es que la enseñanza de la Iglesia se resume en el CATECISMO, pero esta es consistente desde siempre en el tema de los actos homosexuales.

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      • Y el Catecismo sigue siendo un documento que no es ex-cátedra y por lo tanto falible, así como la fe es personal, la de cada quien, la fe REAL, y no la fe ideal que tú quisieras imponerle a otros. El tema de la homosexualidad está en un proceso y el Catecismo también ha tenido un proceso, en que no es idéntico al que hubo antes. A dónde nos llevará ese proceso ? Esa es una pregunta que ni tú ni yo podemos contestar.

        By the way, el Catecismo no niega la naturaleza homosexual. Chequea la palabra «NATURALEZA». El Catecismo habla de intuición en la homosexualidad y no la excluye de la perfecta creación divina. Esto debería significarte algo. El proceso seguirá su camino, y a él no le importará tu opinión ni la mía. Chequea también la forma tan incompleta en que el Catecismo vincula la homosexualidad a la naturaleza, sin excluírla. Yo diría que la Iglesia no tiene claridad con el tema, y con toda seguridad carece de vínculo científico. Es decir : NO SABE, y no sabe que hacer.

        Graciosa es la manera tan contradictoria en que establece las áreas de ejercicio entre el deseo homosexual y el deseo heterosexual. Los homosexuales ni siquiera entran en el cuadro de procreación del que tanto cohete revienta la Iglesia. Y ahora resulta que el deseo homosexual no tiene ningún objeto en este contexto, ninguna dualidad entre el amor conyugal y la castidad, como sí es en la heterosexualidad ?

        Menuda lógica.

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  6. Gracias Merodak Baladan por la cátedra y por la lección de humanidad. Nadie tiene derecho a interferir en la fe del otro. Si la Iglesia Católica sigue estigmatizando la sexualidad humana seguirá perdiendo personas de tu calidad, pero no podrá impedir tu derecho a creer en el Dios del amor.

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  7. El Problema – aparte – es la fuerte cantidad de fieles que finalmente se alejan de las puertas de la Iglesia, porque no se sienten bienvenidos. Estamos hablando acá de personas honestas que quieren tomar parte en los ritos y sacramentos, pero que no pueden sentirse bienvenidos – no por su propia actitud – sino por la de los que se han autodenominado porteros.

    http://www.huffingtonpost.com/2014/11/13/latin-american-catholics_n_6151420.html?&ncid=tweetlnkushpmg00000067

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      • En realidad el retiro de los católicos hacia los grupos evangélicos ocurre porque no ven en los católicos un ejemplo de vida cristiana tal como lo pide la Biblia, he puesto varios ejemplos de como los evangélicos se oponen abiertamente en posiciones más radicales a la Unión Civil Homosexual. En el Perú el fenómeno es curioso pero los evangélicos van al frente en la lucha contra los derechos LGTBI. Y un punto final de este tema, en Perú la mayoría de artistas se mostraron a favor de la Unión Civil Homosexual, menos la llamada REINA DEL MEDIO DÍA. Porqué? Pues porque asiste a una iglesia evangélica. Esta señora, Gisella Valcarcel no está a favor y la mandaron callar porque no debería haber nadie con «poder» de opinión que se muestre en contra del proyecto de ley, bueno la señora siguió manifestándose en contra. Ella es evangélica.

        La Iglesia tiene su posición pero los evangélicos son realmente fundamentalistas en estos temas y ellos si señalan claramente en muchas redes sociales: GOD HATES FAGS!. Si yo fuese homosexual no estaría tan alegre.

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      • Estás equivocado : God doesn’t HATE fags. God loves fags and no fags the same.

        Dejaste entrever . en tu punto de vista – de dónde nacen tus ‘argumentos’.

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      • No mi estimado Gerundio. Yo no odio a los homosexuales y tampoco creo en esa fatídica frase repetida por los evangélicos en EEUU. Pero los evangélicos en Perú si que muestran un rencor y un odio hacia los homosexuales. Tengo un comentario pendiente de aprobación por parte de Martín sobres los grupos evangélicos que son realmente fundamentalistas en temas de la homosexualidad y los actos homosexuales. No estaría tan contento que los católicos engrosen las filas de los evangélicos.

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    • Sustentar el retiro de fieles de la Iglesia porque esta no «adapte» su enseñanza a la homosexualidad o la sexualidad carecen de fundamento y de sustento.
      ¿Quienes fueron los principales opositores de un proyecto de ley en Perú denominado Unión Civil Homosexual? Pues los cristianos protestantes, convocaron a una marcha que tuvo más de 50 mil personas según los organizadores, aquí la noticia: http://elcomercio.pe/lima/sucesos/union-civil-realizaron-marcha-contra-proyecto-ley-noticia-1727003. Ahora si ustedes revisan la participación en la marcha a favor de la Unión Civil Homosexual organizada por los colectivos pro derechos LGTBI y la marcha en contra organizada por los evangélicos se darán cuenta que la mayor convocatoria la tienen los evangélicos.

      Los protestantes son los que se batieron en cada medio de comunicación y en las redes sociales para que el proyecto de Ley Unión Civil Homosexual no sea aprobado citando la Biblia, llamando abominación a los homosexuales y sus relaciones. Los obispos no llamaron a las personas homosexuales abominables, si afirmaron que las relaciones homosexuales son contrarias a la naturaleza. No hubo representantes de Iglesias protestantes que afirmaran estar a favor de este proyecto, quizás haya grupos muy pequeños, pero la gran mayoría demostró lo contrario.

      Aquí otro ejemplo: http://diario16.pe/noticia/48302-grupo-religioso-lleva-al-congreso-un-millon-firmas-contra-union-civil
      Conseguir un millón de firmas, nadie ha desmentido que sea un millón de firmas. Los congresistas Julio Rosas y Humberto Lay, ambos pastores evangélicos han logrado que el proyecto de ley entre en la congeladora y sea modificado por otros proyectos de ley.

      Los principales opositores a la reglamentación del aborto terapeútico son los congresitas evangélicos que he mencionado, aquí un enlace sobre lo que piensan las Iglesias evangélicas.

      Los evangélicos han mostrado ejemplos de manera pública de personas que han dejado su pasado transexual, ningún representante de la Iglesia Católica ha mostrado eso: http://diariocorreo.pe/miscelanea/cnn-difunde-fotos-de-transexual-peruano-que-90612/
      http://elcomercio.pe/lima/sucesos/transexual-pide-al-reniec-que-le-devuelva-su-identidad-varon_1-noticia-1592958

      Y la cereza que corona la acción evangélica en este punto, el letrero colocado frente a la ex – PUPC, que generó gran polémica entre estudiantes, colectivos pro LGTBI y demás grupos políticamente correctos: http://diario16.pe/noticia/49642-joven-demanda-bethel-colocacion-paneles-contra-union-civil http://diariocorreo.pe/miscelanea/polemica-por-panel-en-contra-de-la-union-civ-38744/
      Bethel Televisión es una cadena evangélica.

      Por eso puedo afirmar que los más radicales en cuanto a la posición sobre la homosexualidad y los actos homosexuales son los evangélicos.

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  8. Es increíble la forma tan manipulativa en que la derecha y su terror a los cambios positivos (traduciendo > horror a perder el poder) se desempeñan en la escena medial !
    Aquí un buen ejemplo de uno que SÍ entiende a un Xto solidario, que sabe lo que es un problema estructural y que hace algo :
    http://actualidad.rt.com/actualidad/view/145289-cura-mexicano-pena-nieto-sirve-capital-eeuu
    http://actualidad.rt.com/programas/entrevista/view/145248-entrevista-alejandro-solalinde-cura-activista-mexicano

    El padre Alejandro Solalinde, la envidia de la derecha en la Iglesia ! No como otros que – tristemente – ya conocemos …

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    • ¡Así es, Gerundio! ¡El Padre Solalinde y el Obispo Raúl Vera, orgullo de los mexicanos y de toda la Iglesia y la sociedad, por su celo evangélico auténtico! Claro, el clero conservador los margina y critica, y Bermúdez afirma que son herejes, pero las críticas de ese gordinflón iracundo y soberbio se traducen como elogios, es casi un Premio Nobel.

      ¡Saludos!

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  9. Estimado Jorge: Agradezco su respuesta. Es evidente que discrepamos en nuestras opiniones, que ya hemos expuesto libremente. Respeto su punto de vista y le agradezco mucho el diálogo. No veo necesidad de mayor intercambio de ideas.

    Le envío un cordial saludo y que Dios lo bendiga.

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  10. Hola, Jorge,

    1) Coincido en que el Papa sigue al Catecismo al expresarse sobre la homosexualidad. Ya apunté previamente que, en mi opinión, la ambigüedad surge del Catecismo mismo al tratar el tema, pues postula lo que pueden percibirse como dos discursos diferentes: acogedor y condenatorio. Podrá decirse que es porque distingue la persona del pecado, o la tendencia de la práctica, etc., pero según se enfatice uno u otro aspecto del discurso, resulta una ambigüedad, cuando menos aparente. Sé también que ni el Papa ni ningún Obispo defienden el matrimonio homosexual, sino el cambio pastoral, de énfasis, sobre el tema. Sencillamente, un mayor respeto, sin sacrificar con ello la doctrina moral. Y creo que es el camino correcto.

    2) Coincido también en que la base de la doctrina es la enseñanza de la Revelación y la Tradición, a la cual la Iglesia debe ser fiel. Sin embargo, ello no anula que, sin sacrificar nunca la fidelidad al mensaje esencial, la Iglesia ha logrado matizar o adecuar doctrinas a lo largo de su historia bimilenaria, porque el Magisterio es muy rico, muy diverso, muy vivo, y porque la posibilidad de adecuar la hermenéutica de los pasajes bíblicos o magisteriales siempre está presente. Por ejemplo, el Concilio Vaticano II hizo esas adecuaciones o reformulaciones (con respecto al “extra ecclesiam nulla salus”, entre muchas otras cosas, pese a que es estrictamente evangélico, en ‘Lumen Gentium’ 16), y este tipo de matices fueron los que hicieron que los lefebvristas lo declaran herético (mucho más allá del ritual de la Misa, aunque sea lo que más se menciona). Precisamente, de este último punto derivo el sentido de mi afirmación anterior: la Tradición es mayormente una riqueza, pero también puede ser un peso. Menciono otro ejemplo: la pena de muerte. Hoy en día la Iglesia la desrecomienda totalmente, pero no niega su validez y moralidad, porque así lo dicta la Tradición, pese a que el sistema penal moderno se centra en la readaptación y no tanto en la punición, y pese a que implique una violación al derecho a la vida. Este tipo de cosas son las que pesan, las que resultan parte secundaria del edificio doctrinal y que, sin embargo, no pueden simplemente hacerse a un lado de la noche a la mañana.

    3) Sé que los Evangelios no son la única base de la doctrina, pero sí la más importante. Es innegable que Jesucristo no habló de la homosexualidad en ellos, pero San Pablo sí. No pretendo que la Iglesia cambie su doctrina al respecto, ya lo he expuesto. Por supuesto que me agradaría, porque estoy convencido de que sería un cambio positivo, no sólo para mí, sino para muchísimas personas que quisiéramos relacionarnos con Dios en comunión con la Iglesia en la cual fuimos bautizados y a la que (al menos yo, aunque no lo crea), amamos. Pero no soy utopista ni pretendo que la Iglesia me dé gusto. A lo más que aspiro es a un cambio pastoral y de énfasis, y creo que es a lo que apunta el Papa. Pero la Iglesia lo definirá según lo crea conveniente, yo no tengo ni voz ni voto.

    4) Habla de mis “opciones personales”. En efecto, vivir mi condición homosexual fue mi opción y asumo mi plena responsabilidad por ello. Pero creo que no es adecuado pluralizar demasiado las “opciones”. Me explico: tengo tendencia homosexual desde que tengo memoria, no sé porqué. No tengo vocación para la castidad. Mi opción ha sido vivir mi condición con una pareja monógama. Pude optar por casarme con una mujer y hacerla y hacerme infelices; pude optar por la castidad forzada, pero insisto en que no tengo vocación para ello; pude optar por la promiscuidad; pero preferí, en conciencia, optar por lo que consideré lo más adecuado para mi vida, según mi condición. Y estoy convencido de que no me hago ni le hago daño a nadie con ello. Ya lo he apuntado: si ello me excluye de la Iglesia, lo asumo.

    5) No sé cuál fue el contexto exacto en que Jesús expresó “dar sin esperar nada en cambio”, pero la Iglesia siempre lo interpretó como refiriéndose a cualquier tipo de bien material. De hecho, la Vulgata utilizó para el pasaje la palabra “mutuum”, término jurídico romano que alude al préstamo gratuito de bienes, de cualquier tipo. El “Padre nuestro” también habla, sin duda alguna, de perdonar las deudas. Pero dejemos ese tema.

    6) Sí, el Señor Jesús dijo a la mujer adúltera “no peques más”, lo sé. También se acercó sin pedirle cambio alguno a la samaritana, despreciada por los judíos por su legalismo. Mi “problema” es que no veo lo pecaminoso de una relación homosexual monógama, honesta y fiel. Sé lo que dice la Biblia, sé lo que enseña la Iglesia, pero no encuentro “verdad” en ello, pues si no percibo el daño por ningún lado, no puedo concebirlo como pecado más allá del legalismo, por eso también hablé de “neofariseísmo”. Pero repito lo que ya he dicho varias veces: es mi opinión personal, respeto lo que la Iglesia enseña.

    7) Sobre el tema del divorcio, efectivamente parece ser un tema muy congruente y contundente en la Biblia. Pero las Iglesias Ortodoxas sí lo practican (son el referente que han citado el Sínodo y el Papa), pues existen algunos pasajes neotestamentarios que parecen abrir la opción. Según Mateo (19, 9), Cristo dijo: “El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio” (la palabra griega es “pornéia”, que alude a distintos tipos de inmoralidades), y San Pablo afirmó: “Pero si el cónyuge que no cree desea separarse, que lo haga, y en ese caso, el cónyuge creyente no permanece ligado al otro, porque Dios nos ha llamado a vivir en paz” (1 Corintios 7, 15). No soy yo quien saca de estos pasajes las posibles excepciones, sino las Iglesias Ortodoxas, y no invento al afirmar que el Vaticano contempla este referente como opción. En un reciente cuestionario-consulta enviado por la Santa Sede a las Diócesis del mundo, se pregunta: «La pastoral sacramental en lo que se refiere a los divorciados que se han vuelto a casar necesita de una mayor profundización, evaluando también la práctica ortodoxa y teniendo presente la distinción entre la situación objetiva de pecado y las circunstancias atenuantes. ¿Cuáles son los pasos posibles? ¿Qué sugerencias para remediar los impedimentos no necesarios?” (la cita la tomo de ACI, no de la “prensa secular”: https://www.aciprensa.com/noticias/divorciados-homosexuales-y-aborto-en-preguntas-del-papa-francisco-a-obispos-para-sinodo-47940/). La Iglesia evaluará la situación. Para mí, es fariseísmo o legalismo el énfasis excesivo en las reglas sin tomar en cuenta las circunstancias y atenuantes (que el mismo Catecismo contempla en el párrafo 1860), olvidando que “el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”, pero esto sólo es mi juicio personal.

    8) Sobre los “lobbies”, depende de lo que entendamos por ello. Yo lo concibo como un grupo organizado que presiona para defender sus intereses o impulsar ciertas cosas. Cuando el Papa habló del problema de hacer “lobby”, se refería al presunto “lobby gay Vaticano”, constatado por múltiples declaraciones, incluso de guardias suizos, y coincido completamente con él en que un “lobby gay” en el Vaticano es un grave problema, por muchas razones. Sobre la intención de otros presuntos “lobbies” de gays en el mundo, no puedo hablar, pues no pertenezco ni conozco a ninguno. Mi opinión personal es que sí existen algunos grupos que buscan impulsar ciertas reformas en pro de la comunidad de la diversidad sexual, pero no concibo que ello busque destruir nada, sino sólo incluir, ampliar derechos, etc.

    9) Estoy completamente de acuerdo en que la Iglesia defienda su concepto de matrimonio, sobre todo porque se trata de un sacramento, pero respaldo plenamente que las leyes civiles incluyan en el derecho al matrimonio a parejas de personas que de otra forma no tendrían respaldo legal alguno. Si esas uniones se llaman matrimonio o no, me resulta irrelevante. Lo que me parece importante es la inclusión y la garantía de derechos para dos personas que deciden libremente formar una vida en común. Y no creo que una unión de pareja pueda equipararse con “un viejito y su enfermera” u otros casos, porque una unión de pareja es una vida en común, por amor de pareja, y en tal caso requiere una garantía especial. Con respecto a “redefinir” el matrimonio, en efecto jurídicamente se ha dado, se ha cambiado en muchos lugares la enunciación “un sólo hombre y una sola mujer” por “dos personas”. Pero no veo el problema en ello, pues quien tenga la tendencia afectiva y sexual para unirse con alguien del sexo opuesto y formar una familia “tradicional”, podrá hacerlo y tendrá todos los derechos y garantías, lo mismo que quienes no tienen dicha tendencia. El matrimonio monógamo, heterosexual, indisoluble y exogámico es una construcción histórica, no estrictamente “natural”, pues ha habido y hay otros tipos de unión entre personas (de hecho o de derecho): poligamia, la pederastia griega, endogamia, divorcio, hasta incesto como entre los antiguos faraones o en algunos casos del Antiguo Testamento, etc. Con ello no estoy negando el enorme valor del matrimonio “tradicional” y la necesidad de salvaguardarlo, pero una redefinición de términos no lo cambia en nada, sino que sólo incluye a personas antes excluidas, por lo que no me parece que implique un cataclismo social. Por otro lado, los derechos humanos enunciados no son dogmas, pueden tener agregados o reformulaciones, y su propia enunciación lo permite plenamente (véase la “Declaración Universal de Derechos Humanos”, Arts. 1, 2 y 30). Desconozco a detalle el caso del Tribunal Europeo que menciona, pero lo cierto es que en Europa casi todos los países tienen matrimonio o unión homosexual, hasta la catolicísima Malta. En una sociedad laica y plural el Estado debe legislar para todos, reconociendo su esencial igualdad y diversidad, como las dos caras de una moneda de la Unión Europea.

    10) No sé si algún católico ha afirmado “God hates fags!”, aclaré que me refería a los bautistas gringos (recién un pastor ha declarado que, siguiendo a la Biblia, debería matarse a todos los homosexuales para eliminar el Sida). Lo que quise expresar es que la homofobia existe en el Cristianismo y que la Iglesia católica no está exenta. Sólo cito un ejemplo. La “Instrucción sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión al Seminario
    y a las Órdenes sagradas” afirma: “Dichas personas [los homosexuales] se encuentran, efectivamente, en una situación que obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres y mujeres” (http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/documents/rc_con_ccatheduc_doc_20051104_istruzione_sp.html). No puedo evitar leer esto como homofobia, incomprensión y prejuicio.

    11) Nunca he dicho que yo sí ame a Dios y a los demás, y que quienes piensan distinto a mí, no lo hagan. Por supuesto que me esfuerzo por amar a Dios y a los demás, en mi total falibilidad humana, como lo hacen (se supone) todos los cristianos y personas de buena voluntad. Lo que he intentado decir es que amar a Dios y al prójimo es lo que “resume toda la Ley y los profetas”, es el “Mandamiento nuevo”, y ése debe ser el eje de la vida cristiana, no el legalismo obsesionado con reglas, a veces imposibles de cumplir. Pero es sólo mi opinión.

    12) Quiero pensar que al poner en duda los suicidios de adolescentes por ser rechazados por su homosexualidad lo hace simplemente por desconocimiento, pues créame que de otro modo me ofendería sobremanera. No he inventado ni exagerado nada. Es una realidad y un problema muy grave que afecta a muchas personas. La homofobia existe, los crímenes de odio existen, la amargura por el autorrechazo existe, las personas que se autodestruyen por depresión severa debido al rechazo o a ser incapaces de aceptarse a sí mismos, son una realidad. Hay muchísima información al respecto en internet. Le dejo sólo dos vínculos como ejemplo: http://www.eluniversal.com.mx/notas/760005.html y http://www.lavanguardia.com/salud/20120910/54347677622/el-43-jovenes-homosexuales-que-sufren-acoso-escolar-se-ha-planteado-el-suicidio.html No se trata de victimizar a nadie, menos a mí mismo. Se trata de una realidad. Los homosexuales somos un grupo vulnerable por muchos motivos y de muchas formas, no le quepa duda al respecto. Por eso el Papa nos incluye dentro de los “heridos sociales”. Eso no tiene nada qué ver con la moralidad o inmoralidad de la tendencia o la práctica homosexual, pues antes que cualquier cosa está la persona, el valor de la vida y el derecho a vivir con dignidad y tranquilidad.

    13) Sobre los estudios de género, depende de qué entendamos por “ideología”. Hay muchas conceptualizaciones teóricas, pero apeguémonos a lo que dice la RAE, ideología es: “Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.”, es decir, es una cosmovisión. En tal sentido, toda persona o grupo (científico, religioso, etc.) posee una ideología como premisas básicas de su pensamiento. Así pues, los estudios de género tienen ideología, como la Iglesia y como todos. El problema es qué se entiende por estudios de género. Existen muchas variantes, algunas muy radicales en efecto, pero en general giran obviamente en torno a la noción de género, que significa: “una identidad masculina/femenina que es relacional y socialmente construida, y puede entonces analizarse cómo se afianza su significado en ciertas prácticas y contextos sociales” (según Joan W. Scott). No se trata de afirmar que la sexualidad (lo biológico) es intercambiable o irrelevante, sino que los roles de varones y mujeres son socio-históricamente condicionados y cambiantes, y ello es indubitable. El Éxodo entendía a la mujer como una propiedad más del marido, San Pablo afirmaba “mujeres: sométanse a sus maridos” y hace pocos años las mujeres no eran ciudadanas y no podían votar ni ser votadas, pero hoy en día esto ha cambiado afortunadamente. Ése es un ejemplo de los estudios de género, que son ciencia social, no están en contra de nada ni nadie, y no implican cuestionar la condición biológica (“sexo”) de hombres y mujeres. Aclaro: la Iglesia no tiene porqué aceptarlos, pero tampoco tiene porqué verlos como simple “ideología” (como si se tratase de ideas falsas o perniciosas) o enemigos.

    14) Sé cuál fue el proceso de despatologización de la homosexualidad y no veo problema en ello. Participaron instituciones científicas que, con base en evidencia y mediante procesos de votación (la Iglesia ha definido dogmas de fe por votación en los concilios) reconocieron que no existía nada de patológico en la tendencia o práctica de la homosexualidad por sí misma. La ciencia no se basa en verdades absolutas, sino que es conocimiento siempre tentativo y perfectible. Del mismo modo que los científicos buscaban “curar” la homosexualidad mediante lobotomías o tormentos similares, reconocieron que la evidencia indicaba que no es una patología y, por ende, no es curable. Creo que la evidencia más contundente es que es posible vivir una vida plena, sana, feliz, sin hacer daño a sí mismo ni a nadie más, siendo homosexual. También está la evidencia de que la homosexualidad se da en muchas especies animales; es algo natural en los mamíferos, cuando menos. No sé si es un tema politizado, pero si lo es, me congratulo de que así sea. Le ha costado mucho a la humanidad superar prejuicios que tanto daño hicieron y ni la ciencia (si fuese el caso) está por encima del bien de las personas. No hace mucho, un científico, premio Nobel, declaró: “El abrumador deseo de la sociedad de hoy es asumir que las mismas capacidades de raciocinio son una herencia universal de la humanidad. Podría ser. Pero simplemente quererlo no basta. Eso no es ciencia» (http://es.wikipedia.org/wiki/James_Dewey_Watson), resucitando con ello el fantasma nefasto del racismo. Lo que usted llama “corrección política”, yo lo llamo conveniente consenso social. La homosexualidad está despatologizada y descriminalizada, gracias a Dios, y eso es ciencia y es ley, y ello, para mí y mucha gente, ha sido un enorme avance de la humanidad.

    Perdón por extenderme tanto, pero tenía varias cosas qué comentar. No pretendo convencerlo de nada, ni imponer nada. He expuesto mis puntos de vista y le agradezco a Ud. y a Martín la oportunidad que me han dado de hacerlo.

    Saludos cordiales.

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  11. Bravo Merodak, se ve que expresas muchos de tus fundamentos desde un punto de vista vivencial – aún cuando subrayas lo argumental, manteniendo una apertura envidiable.
    Leyéndote uno se pregunta cosas importantes, cosas como : porqué la empatía necesita menos fundamentos que la moral …

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  12. Felizmente los derechos humanos no requieren de fundamento, es un logro de nuestra cultura, del ejercicio mundial de empatía producido por el horror del holocausto.

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