LO QUE CIPRIANI NO APRENDIÓ SOBRE EL ABORTO

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Cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima

Conocí a Juan Luis Cipriani en 1983 cuando yo era un joven estudiante de teología y él profesor de teología moral en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima.

Como profesor era bastante mediocre, pues sus pocas luces y su espíritu sectario asimilado en el Opus Dei no le permitían tener la libertad de pensamiento como para profundizar humanamente en las situaciones éticas concretas que nos presenta la vida. Pero como repetidor de manuales y fórmulas anquilosadas, era un experto.

Aún así, parece que no llegó a memorizar todo. Pues su oposición tajante y sin distinciones al aborto terapéutico no está refrendada por ningún moralista católico serio, ni encuentra sustento en la doctrina del Magisterio de la Iglesia.

Dice la Carta de los Agentes Sanitarios (1995) del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios: «Cuando el aborto viene como consecuencia prevista pero no intencionada ni querida, simplemente tolerada, de un acto terapéutico inevitable para la salud de la madre, éste es moralmente legitimo. El aborto es consecuencia indirecta de un acto en sí no abortivo».

Asimismo, el vocero de la Santa Sede, P. Lombardi, declaró en marzo de 2009, después de una visita del anterior Pontífice a Angola (África): «Benedicto XVI no ha dicho que haya que rechazar el aborto indirecto —terapéutico—, sólo se ha expresado contra los programas de salud reproductiva que defienden el aborto como medio de control de la natalidad».

¿Cómo, cómo? ¿O sea que en ciertas circunstancias y dadas ciertas condiciones un aborto terapéutico puede ser moralmente legítimo? ¿Te has enterado, Juan Luis? Todavía estás a tiempo de aprender. Aprende pues, hermano.

(Columna publicada en Exitosa Diario el 2 de julio de 2014)

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Ciertamente, junto con la Iglesia católica, me opongo por principio al aborto, y considero que un aborto sólo es permisible cuando está en juego la salud o la vida de la madre.

Dice el Catecismo de la Iglesia Católica: «La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida» (n. 2270).

El problema en qué se entiende por “vida humana”. San Agustín y Santo Tomás de Aquino sostenían que ésta empieza entre 40 y 46 días después de la fecundación, cuando al embrión le es insuflada el alma de parte de Dios. La Iglesia asumió esta doctrina como posición oficial durante unos tres siglos, a partir del Concilio de Trento. Recién en el siglo XIX con el Papa Pío IX se asume la doctrina de que la vida humana comienza con la concepción.

Las ciencias tampoco están de acuerdo sobre cuándo comienza una vida humana. Cito las palabras de Frei Betto, en un artículo de marzo de 2009: «Para la genética, el feto es humano a partir de la segmentación. Para la ginecología-obstetricia, desde la anidación. Para la neurofisiología, sólo cuando se forma el cerebro. Y para la psicosociología, cuando se da una relación personalizada».

La doctrina actual de la Iglesia no se basa en ninguna evidencia incuestionable ni en ningún dato que esté contenido en la revelación divina. Tampoco es dogma de fe. Más bien, parecería ser que se asume la idea de que la vida humana se inicia con la fecundación del óvulo en base a la falta de una certeza absoluta. Por si las dudas. Como no se tiene cómo determinar cuando comienza exactamente la vida humana, se va por lo seguro y se dictamina que la existencia propiamente humana se inicia en la concepción, con lo cual un óvulo fecundado deberá ser considerado un ser humano. Lo cual no deja de presentar problemas y dificultades. Pues actualmente se sabe que es enorme la cantidad de óvulos fecundados que no llegan a anidar en el útero y son expulsados de manera natural y espontánea. Aun sin la aplicación de métodos anticonceptivos artificiales, por cada niño que nace hay varios óvulos fecundados —o “niños concebidos”, si asumimos lo que enseña la Iglesia— que son desechados y eliminados por la naturaleza sin intervención humana. Con lo cual Dios, el creador y diseñador del sistema de reproducción humana, se convertiría en el mayor abortista del mundo. Y francamente, me cuesta aceptar este absurdo.

La Declaración sobre el aborto (1974) de la Congregación para la Doctrina de la Fe intentó darle un sustento científico a la posición actual de la Iglesia, afirmando que la ciencia genética «ha demostrado que desde el primer instante queda fijado el programa de lo que será este ser viviente: un hombre, individual, con sus notas características ya bien determinadas. Con la fecundación ha comenzado la aventura de una vida humana, cada una de cuyas grandes capacidades exige tiempo, un largo tiempo, para ponerse a punto y estar en condiciones de actuar. Desde el momento de la fecundación del óvulo, queda inaugurada una vida que no es ni la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. No llegará a ser nunca humano si no lo es ya entonces» (n. 12). Lo cual ciertamente no disipa las dudas, pues la presencia de toda la información genética de un posible ser humano en una célula viva no es indicio suficiente de encontrarnos con absoluta certeza ante una vida humana en sentido propio. Por eso mismo, no extraña que se termine incluyendo la siguiente cláusula: «desde el punto de vista moral, esto es cierto: aunque hubiese duda sobre la cuestión de si el fruto de la concepción es ya una persona humana, es objetivamente un pecado grave el atreverse a afrontar el riesgo de un homicidio» (n. 13). En otras palabras, se trata de lo mismo que ya he señalado: si hay dudas, se va por lo seguro.

Sea como sea, en casos en que corra peligro la vida de la madre o haya riesgo de daño permanente para su salud, se justificaría, a manera de excepción, una intervención quirúrgica que tenga como consecuencia no deseada la muerte del embrión, la cual, dadas las circunstancias, sería tolerada como un mal que es necesario aceptar.

Como católico creyente sigo considerando que el aborto directo procurado como fin o como medio para otros fines que no sean la vida o la salud de la madre es un delito grave, y no puede ser considerado como un derecho de nadie, así como tampoco existe el derecho a la aplicación de la pena de muerte, que es inmoral desde todo punto de vista y sobre la cual, lamentablemente, la Iglesia católica no se ha pronunciado todavía con la misma “claridad” con la que se pronuncia sobre el aborto. Una “claridad” con puntos ambiguos, que no justifica de ninguna manera los exabruptos de los representantes de los sectores más conservadores de la Iglesia, que tildan de “asesinos” a quienes por una u otra razón han optado por un aborto, o designan a una guía de aborto terapéutico como “guía para matar”. Pero ya se sabe que la discusión alturada y respetuosa no forma parte de las costumbres de quienes pertenecen a la “derecha bruta y achorada”, que también cuenta con “dignos” ejemplares y eminencias en la Iglesia católica.

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A través de los enlaces correspondientes se pueden leer los siguientes materiales de referencia:

Congregación para la Doctrina de la Fe
Declaración sobre el aborto (25 de junio de 1974)
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19741118_declaration-abortion_sp.html

Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios
Carta de los Agentes Sanitarios (1995)
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/hlthwork/documents/rc_pc_hlthwork_doc_19950101_charter_sp.html

Religión Digital
Artículo de Frei Betto sobre el aborto (13 de marzo de 2009)
http://blogs.periodistadigital.com/religion.php/2009/03/17/p223768

ABC
El Vaticano no condena el aborto terapéutico si permite la cura de la madre (21 de marzo de 2009)
http://www.abc.es/20090321/nacional-sociedad/vaticano-condena-aborto-terapeutico-200903211955.html

25 pensamientos en “LO QUE CIPRIANI NO APRENDIÓ SOBRE EL ABORTO

  1. Uyyy ahora utilizas insultos políticos peruanos «Derecha Bruta y Achorada», cuidado te lanzan el término «Caviar», aunque con lo poco que ganas económicamente estarían equivocados en darte ese calificativo.

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    • Por lo tanto no puede ser ‘caviar’, pues, no ? ‘Caviar’ llamaría yo a los hipócritas que «hablan» de la doctrina social de la iglesia pero defienden zu Porsche, estos abundan sin la menor duda en la derecha bruta y achorada. Prefiero protagonisar la austeridad, y tú ?

      El tema siguen siendo quienes utilizan un puesto autoritario en la iglesia para pretender hacer valer preceptos que carecen de valor, que no reflejan ni siquiera la postura real de la Iglesia, y fuera de todo contexto realmente científico defienden intereses políticos a través de poses. Acá se cruzan la ignorancia con la prepotencia.

      Alégrate más bien, que ni tú ni yo, ni Martin fuimos abortados. No desperdicies tu vida en defender castillos que no protegen nada sino tus propios intereses, por no decir los de Cipriani :/

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  2. Querido Martin: más allá de las antipatías hacia Cipriani lo que citas se llama como bien sabes «principio de doble efecto». Si se lee con atención lo terapéutico no es el aborto sino el acto no abortivo que puede tener como consecuencia, incluso prevista, el aborto. Eso no es de ninguna manera un «aborto terapéutico», tal cosa no existe. No debemos mezclar el principio de doble efecto (un acto que tiene un efecto querido, la salud de la madre y uno no querido, la muerte del embrión) con un aborto que es un acto directo de matar al no concebido. Matar al inocente nunca es terapéutico porque no cura nada.

    Para ser más claro: un «aborto terapéutico» no puede ser jamás ni de manera alguna,algo ético, bueno o aceptable moralmente por la sencilla razón de que no existe tal terapia que consista en matar al inocente. Un ejemplo para ponerlo más claro: Gianna Beretta se niega a recibir un tratamiento para el cáncer que hubiera matado al hijo que llevaba en el vientre, eso es un acto heroico justamente porque si no se negaba, es decir recibía el tratamiento y su hijo moría, hubiera sido moralmente lícito. Nadie está obligado a ser héroe, todos estamos obligados a obrar rectamente. Repito lo terapéutico es curar, el efecto no deseado sería la muerte del embrión, de eso no se sigue algo llamado «aborto terapéutico», mucho menos el intento de legalizarlo basándose en una ley que básicamente protege al médico de responsabilidades penales justamente en las situaciones de doble efecto. No existe en la legislación peruana un «aborto legal».

    Querido amigo: si lo has hecho intencionalmente has mentido y si no, te has equivocado. Espero de corazón que sea lo segundo. Si fuera lo primero, te pido de corazón que pidas perdón y en cualquiera de los dos casos que rectifiques este punto. La Iglesia jamás ha aceptado algo llamado «aborto terapéutico». Un abrazo y mis oraciones.

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    • Estimado Manuel:

      Entiendo tu preocupación sobre el tema. Ciertamente, el Magisterio de la Iglesia no usa el término “aborto terapéutico”, pues éste admite bajo su manto tanto el aborto directo como el indirecto, siendo sólo éste último justificable si está en juego gravemente la salud o la vida de la madre. En ningún momento he afirmado que todo aborto terapéutico sea moralmente legítimo.

      Sin embargo, hay intervenciones quirúrgicas que pueden ser consideradas abortos, y no solamente acciones neutras que tienen como efecto colateral la muerte del feto. Según la terminología que se use, se las puede llamar aborto indirecto o aborto terapéutico. Pero los hechos son los mismos. Cuando en un embarazo ectópico se retira el feto del sitio donde ha anidado, se le está quitando toda posibilidad de vivir. Se le está abortando. En la mayoría de los casos, tampoco tendría probabilidades de seguir viviendo mucho tiempo. Sin embargo, la intervención es necesaria para evitarle daños permanentes a la madre.

      También podría darse el caso de un embarazo donde la madre tiene una enfermedad grave que debe ser tratada, y sin tratamiento no es capaz de sobrevivir hasta que el bebé en su vientre sea viable, con lo cual su muerte acarrearía también la muerte del bebé. Aquí deja de ser relevante cómo se va a realizar la intervención, pues esperar a que el bebé muera por sí solo a consecuencia del tratamiento —con todo el sufrimiento que ello conlleva—, o realizar una intervención quirúrgica para retirar al bebé, en el fondo da lo mismo, pues lo que se busca no es la muerte del bebé, sino la vida de la madre. El aborto sería también indirecto. En todo caso, aquí estamos ante una situación extrema difícil de evaluar moralmente, y donde las personas involucradas (médicos, madre, familiares) deben actuar según les dicte su conciencia. Lo que si me parecería inmoral es dejar que la madre muera —y por ende también el bebé— sólo por no querer practicar una intervención necesaria.

      El aborto terapeútico por razón de la salud psicológica de la madre sí me parece cuestionable, y aquel que se realiza por defectos genéticos del feto me parece condenable.

      Al respecto, me parece pertinente la conclusión a la que llega Mons. Thomas Gumbleton, obispo auxiliar emérito de Detroit, en un artículo de noviembre de 2007:

      «Siempre hay que tener en cuenta la conclusión de una lectura cuidadosa y detenida de los textos oficiales de la Iglesia Católica: un aborto terapéutico (para el fin de salvar la vida de la madre) no es condenado por la iglesia si no es “aborto directo”» (ver http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2007/11/27/opinion/64748).

      Por otra parte, Manuel, la expresión “matar al inocente” me parece un cliché cargado emocionalmente, que no ayuda a aclarar el asunto. El hecho de que el bebé sea inocente no tiene nada que ver con el tema. Pues yo considero que el derecho a la vida lo tiene todo ser humano, sea inocente o culpable. ¿O acaso piensas que matar a un culpable es mucho menos grave?

      En todo caso, no estoy mintiendo, sino expresando con toda libertad lo que pienso. Estoy abierto al diálogo. Y aquí manifiesto las reflexiones que me ha suscitado el tema, sin pretender dar una respuesta clara, pues no la tengo. Pero tampoco me convencen del todo los enunciados de aquellos que creen tener todo claro.

      Como siempre te lo he dicho, esta discrepancia que podamos tener no afecta el respeto y el cariño que te tengo.

      Un abrazo.

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    • La legalidad del aborto terapéutico en el Perú se desprende de la normativa penal: El artículo 119 del Código Penal establece que no es punible el aborto practicado por un médico con el consentimiento de la mujer embarazada o de su representante legal, si lo tuviere, cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y persistente. Lo que no había era el protocolo o la norma que reglamentara esta ley, lo que no la hace ilegal. Más aún, ya entró en vigencia el protocolo de aborto terapéutico desde el 29 de Julio, por si le queda alguna duda de la legalidad.
      En ese punto le pdiría lo mismo: si lo ha hecho intencionalmente ha mentido y si no, se ha equivocado. Espero de corazón que sea lo segundo, por ignorar temas legales y constitucionales. Si fuera lo primero, le pido de corazón que pida perdón y en cualquiera de los dos casos que rectifique ese punto.

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      • «(…) para evitar en su salud un mal grave y persistente» –
        Pregunto : se considera acá también el aspecto psicológico ? Allí yo no sabría qué pensar, para mi se complica el tema dado que conocí un caso. La madre de la última chica con la estuve en el Perú, antes de venirme a Alemania enloqueció y estuvo al punto del suicidio. Sin embargo decidió tenerla aunque las consecuencias eran – al menos hasta el año de 1993 del todo visibles para todo el mundo. Mi tendencia moral sería de no incluír el tema psicológico, pero a veces dudo.

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  3. Hmmm… mi humilde opinión :

    Está bien deslindar lingüísticamente y nombrar con precisión, sin embargo existe pues un ‘algo’ que la prensa y la cultura popular llaman y han nombrado ‘aborto terapéutico’. La palabra existe, si no no la utilizaría nadie, y la verdad es que la utiliza todo el mundo. No por llamarle de otra forma estaríamos hablando de una cosa diferente.

    Habría entonces que llamarlo con (mayor) precisión, en eso tienes razón. Llamémosle p. ej. ‘interrupción del embarazo por decisión preferencial, con consecuencia abortiva’. El problema es que lo llames como quieras llamarlo, el contenido (el acto del que estamos hablando) es el mismo, y lo que defiende Cipriani sigue siendo lo mismo que defiende.

    Acá no cambia nada, ni ha habido mala intención – sino intentar comunicar utilizando una noción al alcanze de todos.
    Lo que sí, se entiende que es preferible llamar a las cosas por su nombre – con mayor precisión – de acuerdo. Habría que llamar a todos los periódicos para proponer otra expresión.

    Por otra parte se cita ya desde antes en el texto de Martin lo que intentas aclarar en cuanto que ya estaba claro. Por ejemplo :

    1) Dice la Carta de los Agentes Sanitarios (1995) del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios: «Cuando el aborto viene como consecuencia prevista pero no intencionada ni querida, simplemente tolerada, de un acto terapéutico inevitable para la salud de la madre, éste es moralmente legitimo. El aborto es consecuencia indirecta de UN ACTO EN SÍ NO ABORTIVO».

    y

    2) P. Lombardi : «Benedicto XVI no ha dicho que haya que rechazar el aborto INDIRECTO -terapéutico-, sólo se ha expresado contra los programas de salud reproductiva que defienden el aborto como medio de control de la natalidad».
    (Nótese que el mismo P. Lombardi utiliza – parcialmente – esa expresión).

    La postura de Martin es, en el tema del aborto, dicho sea de paso, la misma que yo tengo, yo no veo la menor mala intención de ‘mentir’ o ‘equivocarse adrede’. Algo debes haber interpretado mal.

    Saludos y que el amor de Dios te acompañe !

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  4. La Conferencia Episcopal también se ha pronunciado en contra del aborto terapeutico, al igual que el cardenal. Porqué, entonces, el artículo se centra solemante en el cardenal? No debería ser «Lo que los obispos no aprendieron…», o «Lo que la Iglesia no aprendio…», o «Lo que mons. Piñeiro no aprendio….», etc ? Porqué centrarse en criticar solamente al cardenal pro defender un a postura que es de toda la Iglesia ?

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    • La postura de toda la Iglesia, que yo comparto, es la de considerar el aborto como un delito gravísimo. Y eso es lo que dice el comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana (http://www.iglesiacatolica.org.pe/cep_prensa/archivo_documentos/comunicado-cep_no-mataras-al-ninho-en-el-seno-materno_010714.pdf). Sin embargo, no menciona para nada la figura del aborto indirecto, que es moralmente permisible si media una razón terapéutica de peso, como, por ejemplo, cuando la salud de la madre está en riesgo grave. En este caso, un aborto terapéutico estaría permitido si es a la vez un aborto indirecto, donde la muerte del bebé es efecto de los intentos de salvar la salud o la vida de la madre.

      El comunicado se limita a repetir la enseñanza de la iglesia sobre el aborto sin entrar en distinciones, y por eso mismo yerra en el blanco, pues la Guía del aborto terapéutico no una norma que introduzca el aborto sin restricciones. Si hay que criticarla, por lo menos hay que hacer un poco de análisis y señalar lo que podría admitirse y lo que sería incorrecto desde el punto de vista de la moral cristiana.

      Ademas, designar a esta guía como una «norma que abre las puertas, por primera vez en la historia del Perú, al aborto» es incorrecto, pues el aborto terapéutico era legal en el Perú desde 1924, y esta guía lo único que hace es reglamentar esa norma legal.

      Dice además el comunicado: «Con la presente norma el Ministerio de Salud ha ignorado la voluntad de la mayoría de los peruanos que, en diversas ocasiones y en multitudinarias marchas, tanto en Lima, como en Arequipa, Iquitos, Piura, Puno, Trujillo, Cusco y otras ciudades del país, han expresado la defensa de la vida y el rechazo al aborto». Se hubiera ignorado la voluntad de la mayoría de los peruanos si se se hubiera introducido el aborto sin condiciones. Por otra parte, una marcha es una demostración de fuerza, pero no necesariamente un instrumento de diálogo ni un argumento racional. Las marchas multitudinarias que hubo en la Alemania de Hitler, por ejemplo, no demuestran nada. Y puede ser que si hagamos una encuesta, la mayoría de los peruanos estarían en contra del aborto. Pero si se planteara situaciones concretas donde peligra la vida de la madre, ¿también estarían en contra? ¿O apoyarían el aborto indirecto que permite la Iglesia? No lo sé. Y tampoco creo que la Conferencia Episcopal Peruana tenga datos al respecto. ¿Dónde están las encuestas?

      Sigue diciendo el comunicado: «Los especialistas en la materia muestran que en casos excepcionales, donde la vida de la madre y la de su hijo corren riesgo, existen hoy múltiples recursos disponibles, gracias a la tecnología médica, que pueden salvar ambas vidas». Esto es fácil decirlo, pero la ciencia médica no puede hacer milagros. ¿Qué me dices de estas noticias?

      – Muere en Irlanda una mujer a la que se negó el aborto de un feto inviable (http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/11/14/actualidad/1352919338_098702.html)
      – Joven dominicana embarazada muere en medio de debate sobre el aborto (http://cnnespanol.cnn.com/2012/08/17/joven-dominicana-embarazada-muere-en-medio-de-debate-sobre-el-aborto/)

      En fin, el comunicado está bien como alegato contra el aborto, pero como argumentación contra la norma concreta que el Estado peruano ha aprobado, me parece muy flojo. Además, tampoco creo que todos los obispos del Perú estén de acuerdo con la manera en que se ha formulado. Da la impresión de ser un documento hecho con premura y a la volada.

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  5. Martín,

    En primer lugar, tienes una gran confusión en la definición de aborto. El llamado «aborto terapéutico» y lo que antes se denominaba «aborto indirecto» son cosas distintas. Aborto es matar al niño por nacer deliberadamente y por la razón que sea (incluida la.»terapéutica»). Cuando una madre tiene p. ej. un embarazo ectópico o un coriocarcinoma, la interrupción del embarazo no constituye un aborto, porque el fin es curar y no matar al niño por nacer, aquí se aplica el principio del doble efecto. Situaciones como las descritas siempre se tratan médicamente y no era necesaria ninguna «guía» con causales ambiguas. Te recomiendo que estudies Bioética.

    En segundo lugar, no existe -para la ciencia -duda sobre el inicio de la vida humana, la cual se da en el momento de la concepción o fecundación.. Revisa mejores fuentes.

    En tercer lugar, desde la moral católica- el aborto directo nunca es lícito (ni siquiera el llamado «terapéutico»). Lo que antes se llamaba aborto indirecto, no califica dentro de la categoría del «terapéutico». Una vez más, revisa mejores fuentes, comenzando por el Catecismo.

    El protocolo es cuestión sí es «una guía para matar» (¿has visto el numeral número 11 de la misma y la caja de Pandora que se abre? , ¿sabes que aborto -incluido el «terapéutico»-sigue siendo un delito en el Perú?)……… Me preocupa ver como -en los últimos tiempos- te ha dado por defender lo indefendible.

    GA.

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    • La Guia del aborto terapéutico pone como objetivo «estandarizar los procedimientos para la atención integral de la gestante en los casos de Interrupción Voluntaria por Indicación Terapéutica del Embarazo menor de veintidós (22) semanas con consentimiento informado, cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente». A ver, dime si aquí el objetivo es matar al niño en el vientre de la madre. Si he entendido bien, el objetivo es salvar la vida o la salud de la madre amenazada de daño grave. Si hay otros medios para conseguir este fin sin necesidad de recurrir al aborto, entonces éste no estaría permitido.

      Me queda claro que «aborto terapéutico» y «aborto indirecto» no son conceptos idénticos, pues el concepto de aborto terapéutico admite la interrupción del embarazo por motivos de salud psicológica de la madre o por malformaciones genéticas del niño, lo cual me parece inaceptable. Pero un aborto terapéutico puede ser aborto indirecto, cuando el aborto es consecuencia de una intervención para proteger la vida o la salud de la madre.

      Si crees que la guía no era necesaria, ¿entonces cuál es el problema en que exista? Las causales son claras. La causal número 11 es sólo una cláusula que permite incluir cualquier otra causal que cumpla con las condiciones señaladas y que no se haya comtemplado en la guía. No es una caja de Pandora que abra la puerta al aborto por cualquier causa que sea.

      Cuando dices que la ciencia no tiene dudas de que la vida comienza en la fecundación o concepción, me queda claro que eso es lo crees. Lo que no tiene claro la ciencia es cuando comienza la «vida humana». ¿Puede una célula fecundada con toda la información genética de un ser humano ser considerada ya un ser humano? ¿Es el proyecto lo mismo que su concreción en la realidad? Un espermatozoide es una célula humana viva, pero no es un ser humano.

      Tu imperativo de revisar buenas fuentes es sólo una indicación para revisar fuentes que confirmen lo que tú piensas. Y las fuentes no nos eximen de la obligación de pensar por nosotros mismos. El Catecismo de la Iglesia es un compendio muy bueno de la fe católica, pero también tiene sus vacíos y puntos débiles, y no se trata de un texto que no pueda cambiar en algunas partes en el futuro, si ello es necesario.

      Por último, la expresión «defender lo indefendible» aplicada a otros la suelen usar aquellos que consideran una discusión ganada de antemano y, por lo general, se resisten a dialogar y debatir. Se trata de un recurso frecuente en los fundamentalismos religiosos, que se caracterizan por su agresividad: talibanes, conservadores, filofascistas, clericales, papistas, etc.

      Quede claro que no estoy defendiendo la Guía del aborto terapéutico. Pero si se quiere hacer una crítica válida, se debe tener en cuenta el concepto de «aborto indirecto» considerado moralmente legítimo por la Iglesia, hacer un análisis serio de lo que la guía plantea y no simplemente sacar a relucir las diatribas contra el aborto y recurrir a expresiones sensacionalistas como «guía para matar», «asesinato de una vida humana inocente», etc.

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  6. El tema es discutible desde varios puntos de vista, ya sea de fe, de ideología, moral, etc etc, pero es alucinante como ciertos comentaristas como el Sr. Rodriguez y el tal GA repiten el argumento falaz de que el llamado aborto terapéutico es un delito o es ilegal.El aborto, por razones de salud, no es ni era considerado un delito en el Perú, lo que pasaba era que a falta de un protocolo el estado negaba su inclusión en la política pública. Eso no quita legalidad a su práctica en este país cuando se identificaban atribuciones que protegían a las mujeres y establecían condiciones para dar dicha atención. AHora se ha corregido eso con el protocolo.

    Conociendo las instituciones como el Opus y el Sodalicio no me sorprende esas posiciones, ya que se les viene inculcando esa idea de que es delito o es ilegal hasta el cansancio, sin que sus fieles seguidores tengan la capacidad de informarse por su cuenta sobre la ley peruana. Además se ha denunciado el lobby de un tal sr Polo en el congreso para bloquear las iniciativas que no les son de agrado a estas instituciones. Ese Sr. viene tratando de confundir con ese mismo argumento referido al comienzo. Es más la llamada universidad San Pablo (puesto 9,453 del mundo!!) ha malgastado su dinero contratando a ese sr. que obviamente no ha tenido ningún exito en sus objetivos, en vez de mejorar su calidad y tratar de hacer aguna investigación para salir de ese hoyo. (acá más:http://www.larepublica.pe/05-05-2014/denuncian-que-lobista-cobra-114-mil-soles-a-universidades-para-bloquear-ley-universitaria). Espero que en algún momento sean capaces de salir del soponcio fanático e instruirse un poco más en los temas que comentan para mantener cierto nivel en el debate y no mancharlo con argumentos falsos, producto quizás de la ignorancia, o con mentiras malintencionadas.

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  7. Creo que en lo que todos estamos de acuerdo, es en que no se debe instrumentalizar el tema del aborto bajo el manto generalizador de ‘terapéutico’ para justificar otros actos en los que acabar con la vida de un prenato no tenga como motivación y razón salvar la vida de alguien. Los medios crean para esto – lamentablemente – mucha confusión.

    La pregunta de cuando un prenato es un prenato – o sea a partir de cuándo y porqué – es algo en lo que es difícil ponerse de acuerdo. Están pues, las disquisiciones neurológicas, filosóficas y teológicas, los perfectos caldos de cultivo para discutir eternamente. Pero definitivamente no se trata de aceptar los argumentos de las autoridades – legales o otras, fuera de todo dogma de fe – si estos son contradictorios y/o insuficientes.

    Pero sí creo que un claro deslinde de la terminología ayuda a entender los parámetros de esta conversación.

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  8. Monseñor Cipriani, tiene muy claros los conceptos de aborto indirecto y aborto terapeútico. Buen intento Martín pero ha quedado más que claro que en este caso no son cosas similares y que monseñor aplica correctamente la diferencia rechazando el aborto terapeútico.

    Centrándonos en la Guía Técnica Nacional para la estandarización del procedimiento de la atención integral de la gestante en la Interrupción Voluntaria por indicación terapéutica del embarazo menor de 22 semanas con consentimiento informado en el marco de lo dispuesto en el artículo 119 del Código Penal Peruano. Se ha señalado que el aborto terapeútico es legal en el Perú, pues eso es falso, la figura jurídica del aborto terapeútico en el Código Penal es una conducta que el Estado ha decidido que no sea perseguible penalmente.

    Todo abogado sabe que el delito es una conducta típica, antijurídica y culpable. En este caso el aborto terapeútico es una conducta antijurídica sin embargo el Estado ha decido que esta no sea punible dado que existe una excepcional situación motivacional en que la muerte del concebido: es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente. No se ha legalizado esta conducta lo que el Estado ha decidido es no perseguirla. Existen figuras similares en el Código Penal? Claro que sí, veamos el “artículo 208° del Código Penal, Excusa Absolutorio, Exensión de la Pena: No son reprimibles, sin perjuicio de la reparación civil, los hurtos, apropiaciones, defraudaciones o daños que se causen: 1. Los cónyuges, concubinos, ascendientes, descendientes y afines en línea recta.” El Código Penal no ha legalizado el hurto o defraudaciones entre familiares consanguineos, o quizás para el comentarista Mathias si lo ha hecho. En realidad el Código Penal ha decidido que estas conductas que son antijurídicas o ilegales no sean perseguibles por una política de Estado, busca cuidar la unidad familiar. Ahora bien, es necesario establecer una guía o protocolo para regular la apropiación y el daño por hurto que se generen entre cónyuges? La respuesta es NO. No se puede reglamentar una conducta que es antijurídica. Pero quizás para el señor comentarista Mathias si se pueda regular una conducta antijurídica. Esperemos su respuesta jurídica a este tema.

    Sobre la posición de cuándo inicia la vida? En este caso la Iglesia adopta una posición que no tiene nada que ver con “ir a lo seguro” que afirma Martín, lo que hace la Iglesia es buscar la protección completa del más indefenso, el principio moral y jurídico de defensa del más débil, en este caso el concebido. Pues bien en el Perú el concebido es sujeto de Derecho para todo cuánto le favorece, eso a nivel del Código Civil y de la Constitución Política del Perú. Y qué se entiende por concebido, pues el óvulo fecundado, basta revisar las discusiones realizadas sobre el Código Civil Peruano y la Constitución Política del Perú. La Iglesia Católica y el ordenamiento jurídico peruano han protegido en este caso, siempre al más débil.

    Es interesante que hasta ahora las dos federaciones médicas peruanas (Sindicato Nacional Médico del Seguro Social del Perú y la Federación Médica) se hayan pronunciado en contra de esta guía, básicamente por lo siguiente:
    1. La guía encasilla el acto médico en diagnósticos ya obsoletos en cuanto a su evolución y resultados. Es decir, el desarrollo de la medicina actual puede evitar que la madre muera o tenga un daño irreversible por los eventos señalados en la guía si continúa con su embarazo.
    2. Incongruencia en la relación de los cuadros clínicos y el nivel de atención en el que se pretendería solucionar.
    3. En un acto médico en el que se involucran la vida de la madre y el hijo se prioriza siempre ambas vidas, y las juntas médicas, con el consentimiento informado toman la obligación de informar que existe una alta probabilidad de que el individuo más débil no siga con vida (doble efecto).
    4. Esta norma limita la actuación de los médicos de salvar ambas vidas.
    5. Los médicos han estudiado para salvar vidas no para terminar con ellas.
    6. Vienen utilizando criterios médicos desde hace 90 años no necesitan esta norma para salvar vidas ni para actuar en defensa de las dos vidas o decidir un tratamiento que derive en la muerte de la madre. Se viene discutiendo los temas clínicos en junta médica.
    7. El punto 11 es una interpretación tan amplia como lo que señalan periodistas pro aborto como la señora Patricia del Río que es posible considerar dentro del supuesto mencionado, que embarazos de bebes que no sobrevivirían puedan derivar en un aborto gracias a esta guía (aborto eugenésico). http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/nombre-ley-patricia-rio-noticia-1740219

    Vean los siguientes enlaces:
    http://www.rpp.com.pe/2014-06-30-federacion-medica-rechaza-protocolo-de-aborto-terapeutico-noticia_704187.html

    http://es.gaudiumpress.org/content/60677-Crece-en-Peru-la-polemica-sobre-la–Guia-para-el-Aborto-Terapeutico-

    Entonces es necesaria la guía? Pues creo que el cardenal Cipriani tiene muy claro lo que enseña la Iglesia, parece que Martín y sus seguidores no. Nuevamente vale la pena confiar en la Iglesia antes que en Martín y sus seguidores. Ojo que en este caso la posición de la Iglesia es protección total del ser humano por nacer.

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    • Mi estimado Gustavo:

      Interesante tu manera de razonar. Lamentablemente no resulta concluyente. Sobre todo cuando pretendes demostrar la verdad de tus afirmaciones con un ejemplo. Aquellos que conocen de lógica saben que la argumentación a favor de una tesis en base a ejemplos genera la impresión de certeza, pero en realidad no demuestra nada.

      Por otra parte, si me lees bien, verás que en ningún momento me he manifestado incondicionalmente a favor de la Guía del aborto terapéutico. Sólo he traído a colación la doctrina moral católica sobre el aborto indirecto, señalando que un rechazo tajante en una situación en que está en grave riesgo la salud o la vida la madre me parece incorrecto e incluso inmoral. Ciertamente, hay que hacer todo lo posible para evitar el aborto. En eso te doy la razón.

      Por otra parte, resulta asombroso como el sector conservador de la Iglesia comienza a hablar maravillas sobre el poder de la medicina actual cuando se trata de defender su posición. Y, sin embargo, sigue habiendo muchas situaciones en las que la medicina no puede hacer nada. Más aún en un país como el Perú, donde existe un alto índice de mortalidad materna.

      Por otra parte, no existen argumentos, bíblicos, teológicos o científicos que nos den la certeza absoluta de que el óvulo fecundado sea ya una persona humana. Yo tampoco tengo esa certeza y, por lo tanto, me ciño por el momento a lo que enseña el Magisterio no infalible de la Iglesia. Pero quedan problemas por resolver. Si la Iglesia busca proteger al más indefenso, ¿qué piensa hacer para evitar que tantos “indefensos” óvulos fecundados sean eliminados de manera espontánea y natural por el cuerpo femenino? Se trataría de una masacre en toda regla. ¿Y por qué no defender a los indefensos espermatozoides que mueren a raudales, a fin de que puedan fecundar otros indefensos óvulos, que serán eliminados si no son fecundados? Aunque, como ya he señalado, la fecundación no es garantía de viabilidad, y aun fecundado un óvulo puede ir a parar a Dios sabe dónde.

      Finalmente, yo no soy quien para tener seguidores y tampoco pretendo ser una alternativa a lo que enseña la Iglesia, que no necesariamente es lo que enseña Cipriani. Si su formación teológica es la del Opus Dei, entonces debe ser bastante mediocre (ver http://blogs.periodistadigital.com/in-itinere.php/2014/07/21/opus-dei-examen-de-teologia). Yo soy creyente católico y seguidor del Jesús de los Evangelios, miembro vivo del Pueblo de Dios que es la Iglesia. Además, le tengo alergia a las ideologías, aunque se revistan de ropaje religioso y fidelidad al Papa. Uno contribuye mejor a la fecundidad de Iglesia poniéndose a pensar un poco y participando con sus dudas y preguntas, que arrodillando servilmente el pensamiento ante postulados que, a fuerza de ser repetidos continuamente, dan una falsa impresión de certeza absoluta, pero carecen de sustancia verdadera y raigambre humana.

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      • Mi estimado Martín.

        No resulta concluyente para tí mi estimado Martín, pero si revisas el Código Penal comprenderás lo que señalo. Estamos ante una causal eximiente de responsabilidad pero eso no significa que no exista una conducta antijurídica. No uso la lógica en base a ejemplos, sino en base a un argumento jurídico que tú no has refutado y no creo que refutes pues tu conocimiento abarca otras materias. Por eso vas por el argumento simple que menciona el comentarista Mathias, «es legal porque el Código Penal lo permite», «reglamentemos una conducta señalada en el Código Penal».

        En tu post te sitúas a favor de la Guía y omites precisar conceptos que otros comentaristas sí han precisado, eso es algo que se puede verificar fácilmente al leer tu post. Es evidente que nadie puede oponerse a la búsqueda de salvar la vida de la madre y del hijo y que el mismo tratamiento derive en la muerte del más débil.

        Sobre tercer párrafo de tu respuesta En principio nadie habla maravillas de la medicina, lo que se señala es que ahora si hay medios para atender las situaciones que la guía describe y que se basa en una norma dada en el siglo pasado. Existen falencias en todo el sistema de salud, alguien lo ha negado? Además conoces el ámbito de aplicación de la guía? Se puede aplicar en postas médicas? o en determinados hospitales? Sería bueno que revises este punto. La mortalidad materna no ocurre por la falta de existencia de la guía o por la falta de un determinado tratamiento, conoces de algún país en América Latina que haya disminuido la mortalidad materna por tener el aborto terapeútico legalizado?

        El propio gobierno ha señalado que se han dado 15 casos en los que se ha tenido que aplicar un aborto terapeútico en el Perú el año pasado y en todos los casos los médicos han tenido la libertad para aplicar un tratamiento adecuado. Entonces es innecesario tener una guía que establece un criterio tan amplio de actuación que podría abortarse por cualquier causa o motivo si la junta médica lo decide, punto 11 de la guía, le están dando la potestad a unos médicos de aplicar una sentencia de muerte en contra de un ser humano indefenso.

        Martín me sorprende que no consideres como válida la posición de la Iglesia sobre defender al óvulo fecundado. Además de ser un tema constitucional en el Perú tal como lo ha señalado la Constitución Política del Perú y ratificado por el Tribunal Constitucional Peruano.

        Utilizas una falacia como argumento, eso me sorprende viniendo de ti, sabes bien que la pérdida natural es aceptada por la Iglesia y es tal como la muerte natural acaso hay una masacre en toda regla por la muerte natural de tantas personas? Y me abstengo de comentar el tema de óvulos y espermatozoidos por absurdo me recuerda a un argumento dado por una actividades de Manuela Ramos y Flora Tristán. Sobre la viabilidad o no de un óvulo fecundado nuevamente es una falacia, puedes afirmar que la protección legal y moral de un óvulo fecundado se debe basar en el porcentaje de viabilidad de todos los óvulos fecundados? Tienes algún estudio sobre la viabilidad de los óvulos fecundados? Cuál sería el argumento moral para no defenderlos?

        Claro que tienes tus seguidores, dudo mucho que no lo sepas, y te creeré que no quieres tenerlos, te daré el beneficio de la duda.

        Hasta ahora los comentaristas previos han mostrado que no realizaste una distinción entre aborto terapeútico y aborto indirecto, también mostraron que la posición de Cipriani es la que señala la Iglesia sobre el aborto terapeútico tal como se entiende en la guía comentada, pero también planteaste casos particulares para plantear tu objeción al planteamiento, cuando nadie en la Iglesia ha dejado de lado la aplicación particular de la norma moral, que parte de una generalidad en su enunciado para una aplicación siempre particular. También se ha mostrado que omites mencionar que los principales sindicatos médicos se oponen a la guía por no permitirles desarrollar su labor médica o facilitar la misma de manera adecuada, qué opinas sobre eso? espero que no salgas con el argumento están siempre en contra del gobierno.

        Pregunto: te opones a todo lo que plantee el Cardenal Cipriani?

        La fidelidad a la Iglesia se vive desde la propia libertad, de aplicar la enseñanza de la Iglesia no a rajatabla sino tomando en cuenta los hechos que se plantean en cada caso particular y siempre buscando el bien de la persona para que se acerca a Jesús, en esto concuerdo contigo, pero siempre anclando el analisis particular en la enseñanza de la Iglesia y de Jesús en los evangelios. También percibo un cierto sesgo ideológico revestido de posiciones religiosas aperturistas en tus post y comentarios, poco a poco se va mostrando. Saludos

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      • Mi estimado Gustavo:

        Me asombras con tanta omnisciencia. No sólo dices saber lo que sabes, sino que incluso sabes lo que yo estoy pensando, aunque yo haga afirmaciones en sentido contrario. ¿Crees que el diálogo es posible con alguien que determina no sólo lo que está pensando él mismo, sino también lo que piensa su interlocutor? A eso se le llama monólogo en compañía.

        Pues en ningún momento he dicho que apruebo incondicionalmente la Guía de aborto terapéutico, sino que, desde una perspectiva moral cristiana, he planteado mis objeciones a aquellos que la condenan en bloque, sin hacer distinciones, como si todo fuera blanco y negro y los matices de grises no existieran.

        También entiendo que dentro de tu manera bipolar de ver las cosas, digas que yo no acepto de ninguna manera que el óvulo fecundado sea una persona humana. Es natural en quienes se creen con derecho a ganar una discusión, sea como sea. Se simplifica y caricaturiza la posición del interlocutor, y luego se refuta esa caricatura. Al final, no se ha llegado a entender nada. Y el problema son deja de ser por ello más complejo de lo que uno se imagina.

        Pese a quien le pese, no existen fundamentos teológicos, ni bíblicos, ni científicos para asegurar con absoluta certeza que el óvulo fecundado es ya una persona humana. Puede que lo sea, puede que no. Mientras tanto, la Iglesia se va por lo seguro. Ante la duda, se dice que sí lo es. Y a fuerza de repetir lo mismo, muchos comienzan a experimentar como una certeza subjetiva de que efectivamente es así, porque el Magisterio de la Iglesia lo dice. Y se ignora que esta doctrina recién adquiere carta de ciudadanía en la Iglesia a medios del siglo XIX. No tiene ni siquiera dos siglos de antigüedad. Por lo tanto, es válido señalar los problemas que no resuelve esta doctrina.

        Por otra parte, nunca he dicho que aborto indirecto sea lo mismo que aborto terapéutico. Un aborto indirecto es generalmente terapéutico, porque se efectúa por razones terapéuticas a favor de la vida o salud de la madre, pero no todo aborto terapéutico es indirecto, pues en el concepto de aborto terapéutico muchas veces se incluye el aborto por motivo de salud psíquica de la madre o por razones eugénesicas (un feto con enfermedades genéticas o malformaciones). Queda en pie lo que siempre he dicho: que un aborto no se justifica cuando es posible salvar la vida tanto de la madre como del bebé.

        Asimismo, no es verdad que me oponga a todo lo que dice Cipriani. Cuando no habla estupideces, estoy totalmente de acuerdo con él.

        Lo de las “posiciones religiosas aperturistas” sí que es un comentario curioso. Yo diría que revelador. ¿Piensas que lo correcto es tener posiciones religiosas de cerrazón? Parece que sí. Mientras que en la Iglesia auténtica, aquello que yo he conocido y me atrajo, vale más bien aquello de “nada de lo humano me es ajeno”. Por lo tanto, tener un corazón abierto y una actitud dialogante es lo más sano que puede haber. Y lo que más va con lo que Jesús enseña en los Evangelios.

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      • Siempre es interesante cuando pasas a una posición en la que señalas que la otra persona creer tener toda la razón y no te permite dialogar. Estimado Martín, tú siempre tienes la actitud de tener la razón, eso lo has demostrado hasta ahora en todos los diálogos que has sostenido con las personas en este blog. Me recuerda a las posiciones que siempre criticas a los sodálites, es la misma actitud que tú muestras.

        No conozco todo lo que piensas, sería imposible saberlo, pero prefiero curarme en salud ante las respuestas que puedes dar. Puede ser un método erróneo de dialogar pero prefiero usarlo en este caso.

        Un punto interesante: tú utilizas constantemente el argumento de ridiculizar las opiniones de los demás para hacer prevalecer las tuyas, pero claro cuando utilizan contigo este recurso, es un método que no permite el diálogo.

        No tengo una manera bipolar de ver las cosas, solo respondo a lo que escribes y en realidad es bueno que aclares que estás de acuerdo con la posición de la Iglesia en el inicio de la vida por más que muestres los problemas que esta enseñanza plantea, como he señalado esta posición es la más protectora del ser humano. Lo general ayuda a la aplicación particular.

        Queda pendiente por tu parte responder varias preguntas que he formulado pero que no tengo esperanza que sean respondidas.

        No te preocupes, no creo que exista una aplicación de la fe de manera bipolar, tampoco que la fe se aplique a través de una cerrazón. Pero no puedo estar de acuerdo con tus posturas ideológicas que buscan que la fe se aplique al sentir y gusto de cada persona.

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      • Bueno, Gustavo, cuando alguien da su opinión respecto a algo es porque cree tener la razón. No conozco a nadie que afirme algo porque cree que está equivocado, a no ser que sea una pregunta o expresión de una duda. Lo que viene después es lo que cuenta. Porque hay quienes enriquecen su opinión en base a lo valioso que encuetran en opiniones ajenas, o quienes simplemente buscan vencer a toda costa al adversario porque consciente o inconscientemente lo consideran un enemigo de la verdad. Y eso lleva muchas veces a creer cosas tan absurdas, como que el adversario en realidad tiene un pensamiento que no se expresa en lo que está diciendo y que incluso contradice sus palabras. Comprenderás que determinar uno lo que «realmente » piensa el otro es una falta de respeto y destruye el diálogo desde su raíz.

        Siguiendo con tus palabras, una cosa es «caricaturizar» y otra es «ridiculizar». La caricatura es un esperpento, una reproducción irrisoria de una realidad más compleja, y pretender que eso refleja fielmente la realidad es una ilusión. Pero con frecuencia se caricaturiza para atacar la caricatura y eso genera en uno la sensación de que se ha refutado al adversario. En cambio, lo ridículo es aquello por su extravagancia o excentricidad mueve a risa, a burla. Lo ridículo no es algo que se inventa y se añade al objeto, sino que se genera debido a características que posee el objeto mismo. El arte de ridiculizar, es decir, de evidenciar los aspectos ridículos que presentan ciertas realidades, va unido muchas veces a una ironía penetrante que ve lo que otros no ven.

        Por otra parte, me dices que no respondo a varias preguntas. Eso es normal, porque no tengo respuestas a todas las preguntas, y en varios asuntos tengo dudas y sólo suposiciones. Hace tiempo que he dejado de guiarme por patrones ideológicos, donde hay respuesta para todo. Para un ideologizado, el que no responde, pierde la discusión y demuestra así la verdad de lo contrario. Para una persona normal, el que no responde simplemente no sabe con certeza, y eso no demuestra la verdad de nada.

        Finalmente, la fe debe tener en cuenta los problemas e inquietudes de las personas. Pues Jesús vino para aliviar a los seres humanos y darles luz y esperanza, no para poner cargas sobre sus hombros. Y eso no es lo mismo que ajustarse a su sentir y gusto. Con lo que no puedo estar de acuerdo es con una fe petrificada donde el aspecto doctrinal prima sobre los aspectos existenciales y donde las enseñanzas vivas de Jesús son pasadas a través del filtro de un fariseísmo recalcitrante.

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      • Martín, hasta el momento poca actitud de apertura has mostrado a quienes planteamos argumentos diferentes. Podríamos hacer una revisión de tus post y nunca aceptas estar equivocado, refuerzas las opiniones de quiénes tienen posiciones similares a las tuyas, pero no aceptas otras opiniones como válidas. Debo reconocer como una virtud tu disposición a dejar que todas las personas opinen. Así que hasta ahora has mostrado que quieres vencer a toda costa al adversario llegando a dar opiniones y argumentos absurdos y ridículos. “Es que tú logras ver lo que otros no ven”.
        Admito mi error en usar la determinación de argumentos en este diálogo.
        Vamos Martín revisa las preguntas que te he realizado seguramente tendrás una opinión no es necesario que realices toda una argumentación que busque sustentar tu posición de no estar ideologizado, quedémonos con la idea que no sabes nada, a las personas normales, no les interesa saber si estás ideologizado o no.
        Claro Martín, todo católico debe vivir la fe de manera particular pero siempre tomando como base la enseñanza de la Iglesia y la acción del Espíritu Santo en su vida a través de una vida sacramental. Pero tú tienes una particular visión de la acción del Espíritu Santo, según he podido leer en otras opiniones. ¿El Espíritu Santo te puede orientar a través de la acción de tu libertad a decisiones distintas a la enseñanza de la Iglesia?

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      • A ver, mi entrañable amigo. ¿Basta con que un argumento sea diferente para que tenga que ser aceptado? En realidad, toda mi vida he considerado mis opiniones personales como provisionales. Yo compartía muchos de tus puntos de vista, hasta que la realidad misma logró convencerme de que eso no se sostenía en pie. Ahora mismo podría cambiar de opinión si me presentan argumentos de peso para hacerlo. Y hasta el momento no los has presentado. Como supuestamente a ti sí te parecen de peso, entiendo que ahora te vayas a lo personal y critiques mi actitud. Es una práctica que vi mucho en el Sodalicio con el fin de doblegar el entendimiento de alguien. Si no lo puedes convencer, cuestiona su actitud y haz que se sienta una mierda por pensar lo que piensa.

        Respecto a la enseñanza de la Iglesia, no tomas en cuenta el tema de la «jerarquía de verdades» (para entretenerte, búscala en el Catecismo). No todo lo que enseña el Magisterio de la Iglesia tiene el mismo valor. Hay verdades fundamentales relacionadas con la fe, a las cuales tienen que asentir todos los católicos, y hay otros enunciados secundarios a los cuales se debe asentir a no ser que en conciencia tengas razones importantes para disentir. Ese disenso debe llevar a plantear las dudas y problemas en una atmósfera de diálogo y respeto. Si quieres profundizar en el tema, te recomiendo el siguiente artículo: http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol41/161/161_demel.pdf

        El otro tema que no consideras es el sentido sobrenatural de la fe, tal como lo expresa el Catecismo (nn. 91-92): «Todos los fieles tienen parte en la comprensión y en la transmisión de la verdad revelada. Han recibido la unción del Espíritu Santo que los instruye (cf. 1 Jn 2, 20-27) y los conduce a la verdad completa (cf. Jn 16, 13). «La totalidad de los fieles […] no puede equivocarse en la fe. Se manifiesta esta propiedad suya, tan peculiar, en el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo: cuando desde los obispos hasta el último de los laicos cristianos muestran su consentimiento en cuestiones de fe y de moral» (LG 12)».

        Comprenderás que en temas de moral sexual, por ejemplo, hay una gran diferencia entre lo que enseña el Magisterio y lo que la mayoría de los fieles católicos consideran correcto. Hay una falta de consentimiento, que requiere que este tema sea replanteado y profundizado. En cuestiones de segundo grado como ésta, los fieles muchas veces toman decisiones que no avala el Magisterio de la Igleisa.

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